En Santa Fe todos están pendientes de lo que vayan a decidir la senadora Carolina Losada en el frente de frentes y Marcelo Lewandowski en el Frente de Todos. No es poco para ellos generar semejante expectativa, en política las expectativas lo son casi todo en un proceso electoral. Pero pocos se concentran en qué va a hacer el gobernador Omar Perotti que es -hoy por hoy- el jefe político de mayor peso y que podría dar vuelta el escenario con su decisión. Lo único concreto es que no tiene reelección, pero ni siquiera se ha manifestado sobre si encabezará una lista de candidatos a diputados provinciales. Todos suponen que así será y que pretende después quedarse con la presidencia de la Cámara baja santafesina siguiendo el camino de sus antecesores Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz. Pero de su boca aún no se escuchó ni en público ni en privado, si ese será realmente su camino.

“No hay pistas, no hay reuniones, no hay negociaciones. Toda la estrategia, si está, está en su cabeza”, confió una alta fuente del gobierno y del partido. Ni siquiera hay indicio de quiénes podrían acompañarlo en una eventual lista de candidatos a diputados provinciales que él encabece, Todos los días, ministros, secretarios de Estado y otros tantos tratan de adivinar algún gesto, alguna mirada. Pero no están seguros de nada frente a un dirigente que hizo del hermetismo un signo distintivo de su carrera política.

Sí habla de los precandidatos a gobernador de su espacio porque ya están lanzados y no tiene alternativa. Pero públicamente el gobernador repite lo que les dice a todos en privado: “Ustedes caminen (la provincia), mientras más alternativas tengamos mejor”. Aunque en la práctica es Roberto Mirabella, su hombre de confianza por casi 30 años, el que cuenta con más apoyo real y concreto; tampoco sabe porque no se lo dice ni en privado, si es su mejor y única opción. A tal punto que hoy en la Casa Gris circula un chiste que dice que Perotti “le puso mil pesos de Infinia en el tanque a Rolly Santacrocce y con eso arrancó”, en referencia al vistoso intendente de Funes que ya lanzó su campaña a gobernador del peronismo con afiches y gráfica en los principales medios.

“Está concentrado en la gestión, en dejar las cosas lo más encaminadas posible”, asegura un hombre de primera línea en el agitado frente diario de batalla. Y no suena a frase hecha para quedar bien porque Perotti es más que nada eso, un fanático de la gestión por más que los resultados a veces no sean los mejores, es difícil desanimarlo en ese terreno. “Están las dificultades que impone el proceso inflacionario. Hoy abrir un sobre de licitación es una moneda al aire porque nunca se sabe cómo evolucionarán esos costos”, agregó la fuente para dar a entender el difícil panorama que hay enfrente. Pero las grandes obras ya están lanzadas y se continuarán. Los acueductos están en marcha y será otro gobernador el que corte las cintas, pero eso es lo que sucede con las obras de infraestructura.

La renuncia esta semana de la ministra de Educación Adriana Cantero, por problemas de salud, mostró un poco el espíritu de este gobierno. En redes y en diversos medios se calificó como “una de las peores gestiones en educación en Santa Fe”. Pero en rigor nadie recuerda a un ministro de Educación de la provincia que se haya ido sin feroces críticas de los gremios docentes y de algunos entendidos en la materia., De hecho una de las más críticas de la gestión de Cantero fue su antecesora Claudia Balagué que, en su momento, dejó su cargo también en medio de sonoros reproches. Por eso el gobierno despidió de manera agradecida a la ministra y dejó en claro que se iba del cargo por su desgaste físico y no político. Y esto quedó claro para todos. En un entorno de escuelas en pandemia, inflación comiéndose a los salarios docentes y violencia criminal que también empezaron a sufrir los establecimientos educativos de varios barrios en Rosario.

El gobierno ingresó en su último año y muchas decisiones y acciones hay que verlas en este contexto. Hay una especie de alivio y hasta satisfacción por cómo se resolvió, por ejemplo, el tema de los pliegos de aspirantes a conducir el Ministerio Público de la Acusación, la Defensoría General y las jefaturas regionales de las fiscalías. Mientras que sectores del peronismo le pedían a Perotti que diera una batalla para nombrar candidatos de referencia y más cercanos; la menor resistencia pública sobre el tema hizo que el gobernador sorprendiera enviando a la Asamblea Legislativa las postulaciones de todas mujeres para los principales cargos. “Si no les gusta, que voten en contra en la Asamblea del día 13 de abril”, confió una fuente ministerial sobre el asunto.

También pasa en materia de seguridad, el mayor problema estructural que le queda a la provincia. En acuerdo, Perotti y el intendente Pablo Javkin lograron un cambio de paradigma al instalar que se trata de delitos federales y que Rosario es parte de la Argentina y que el gobierno nacional no podía tolerar que algo así pasara en su territorio. No fue fácil y tuvieron que suceder dos hechos críticos para conmover al presidente Alberto Fernández y a su ministro de Seguridad Aníbal Fernández: La balacera al supermercado de la familia política de Lionel Messi y la pueblada contra los bunkers en Los Pumitas donde había sido asesinado el chico Máximo Gerez. Antes de eso en la Casa Rosada trataban a Perotti de “pesado” y “reiterativo” sobre el tema. Aún así, gran parte del costo político lo cargarán indefectiblemente el gobernador y el intendente rosarino.

La gente sigue muriendo por las balas criminales pero hay algunos indicios de que la violencia desaceleró un poco por una mayor efectividad en la coordinación de las fuerzas federales en el terreno. La provincia tramita una docena de móviles para las tropas federales y el gobierno nacional se comprometió a sumar una cantidad similar en unos días más. Se espera que mañana arribe nuevamente a Rosario el ministro Fernández, en principio para encabezar un acto de quema de droga incautada.

Donde no crecen las expectativas del gobierno provincial es en el tratamiento de la Ley de Emergencia en Seguridad que Perotti envió en enero a la Legislatura y que los senadores votaron recién esta semana. Saben que en Diputados habrá varias modificaciones y que “hay legisladores (de la oposición) que están discutiendo cosas que nada tienen que ver con la emergencia”, dijo el ministro de Gestión Pública, Marcos Corach. El funcionario cruzó esta semana a la oposición al señalar que “los mismos que nos dejaron sin ley de emergencia en seguridad por más de un año, hablan de que tenemos plata en el banco sin haberse informado mínimamente del tema”.

La idea de la oposición de extender la emergencia en seguridad hasta el 2025 no preocupa demasiado al gobierno. “No es nuestra potestad”, señalan. Pero se sospecha que los senadores peronistas que se negaron a esta extensión en el debate en la Cámara alta, quieren hacerse de un elemento de negociación poderoso para sentarse con el futuro gobernador de Santa Fe desde el próximo 10 de diciembre.