Pilar Tellería es oriunda de Ituzaingó y se coronó como como la nadadora más joven en cruzar el Río de la Plata al alcanzar el récord de 12 horas, 18 minutos y 40 segundos en unir la orilla argentina con la uruguaya. Durante el trayecto fue acompañada por un bote guía y una lancha de la Cruz Roja con médicos y guardavidas. Anteriormente, el título lo tenía Lautaro Lasgna, que en 2013 completó la travesía en 14 horas. “Por suerte no sufrí y lo disfruté. Yo tenía esa seguridad de que lo iba a cruzar”, afirmó Tellería de 19 años tras lograr la hazaña.

Fueron meses de preparación física y mental para la joven nadadora de Ituzaingó. A su corta edad y con el gran esfuerzo que conlleva ser una deportista de alto rendimiento, se preparó para atravesar los 42 kilómetros que separan Punta Lara, ubicada en Ensenada, de la oriental Colonia del Sacramento, con un arduo entrenamiento físico de, mínimo, seis horas diarias. “Entrené de lunes a sábado. Hacía dos turnos de pileta de 2 horas o 2 horas y media, cada uno. Después hacía gimnasio, dependiendo del día”, precisó Tellería, quien se preparó por aproximadamente un año luego de un primer intento fallido, en 2022, en que no había logrado cruzar.

Además del entrenamiento físico, Pilar se preparó con una profesora de meditación con quien realizó diversos ejercicios con el objetivo de mantener la calma ante un desafío tan exigente como el que estaba por enfrentar. Con la perspectiva de 12 horas continuadas de nado, la joven requería de una estabilidad anímica que le permitiera mantener la calma durante todo ese tiempo. “La salud mental es fundamental para hacer estos desafíos. Es igual de importante que el entrenamiento físico”, afirmó y señaló que es algo a lo que le otorga un papel crucial porque “una vez que uno está listo físicamente, lo que sigue es la cabeza”. También mencionó el rol de su círculo más cercano a la hora de enfrentar el desafío: “El apoyo durante el entrenamiento es importante, porque es duro y lo estoy dejando todo. Es mucha energía y tengo que dedicar mi vida a eso. Así que el apoyo de los amigos y familia fue súper importante”.

Su ambición comenzó a los 11 años y recuerda tener el sueño de cruzar el Río de la Plata desde los 15: “No todo el mundo tiene la oportunidad de cumplir su sueño, yo la estaba teniendo y tenía que disfrutarlo a full”. Sobre su motivación, incluso en los momentos más difíciles de las 12 horas de la travesía, concluyó: “Yo respiraba y tenía a mi familia enfrente. No había forma de que no dejara la vida en eso”.