El video conjunto que tuitearon el sábado pasado la precandidata presidencial del PRO y presidenta de ese partido político a nivel nacional, Patricia Bullrich, y el intendente de San Nicolás, Manuel Passaglia, en el que intercambian elogios y anuncian trabajo en conjunto, confirma lo que la oposición nicoleña venía anticipando. El pase de Passaglia a la escudería de la ex ministra de Seguridad, que inaugura una etapa en la que la presidenciable busca ganar terreno en su disputa interna contra Horacio Rodríguez Larreta. 

Conducido por su padre, Ismael Passaglia, ex intendente de la misma localidad y ex ministro de Salud de la Provincia, el intendente de San Nicolás se alinea con Bullrich luego de acercar posiciones con el monzoísta Sebastián García de Luca y empieza a sonar como uno de los jefes locales que aspira a ser candidato a vicegobernador por ese espacio. Antes cercano a Rodríguez Larreta y Diego Santilli, Passaglia se ganó el reconocimiento de Bullrich le reconoce el endurecimiento de sus posición, entre las que destaca la reciente ruptura con IOMA que, a pesar de la pirotecnia verbal y tuitera, aún no se concretó.

Como ya contó BuenosAires/12, el peso del mayor de los Passaglia se mantiene intacto a pesar de los años. Administra el poder y el uso de la palabra de sus hijos, Manuel y Santiago, actual diputado provincial. La familia ha sabido acordar con los distintos liderazgos provinciales, de Eduardo Duhalde a María Eugenia Vidal, pasando por distintas etapas en su relación con Néstor y Cristina Kirchner. Ese poder deriva del ejercicio continuado de la función pública y de la construcción política, pero también de la tierra y de la cercanía con los grandes medios de la Argentina.

Esa cercanía con el poder económico también es algo que el bullrichismo observa desde la mirada estratégica de la disputa política que concentra su atención en vencer a su contrincante porteño, primero, para después avanzar definitivamente hacia la Presidencia de la Nación. Una batalla abierta contra IOMA suma, a su vez, al discurso contra los organismos estatales y contra el Estado mismo. A la vez, abre camino hacia acuerdos con prestadoras privadas que, desde todo el país se frotan las manos al observar la posibilidad de hacerse cargo de grandes espacios para la explotación de sus servicios que, cerrando el círculo de negocios, servirán para engordar su poderío económico. 

 

Así como la ruptura tendría consecuencias que Passaglia no midió o subestimó, como la cobertura de los enfermos crónicos o la dificultad de obtener servicios adecuados a partir de aportes salariales muy bajos, también su alineamiento con uno de los precandidatos presidenciales podría generar un pequeño caos provincial en Juntos por el Cambio.

El anuncio del acuerdo entre Passaglia y Bullrich se contradice abiertamente con lo que acordaron las principales espadas provinciales del partido, el pasado martes, en la reunión que mantuvieron en las oficinas de Mauricio Macri en Olivos. La directiva era que evitar el enfrentamientos en los distritos en los que gobierna el partido amarillo, a modo de blindaje, garantizando que los intendentes pudiera "pegar" su boleta a la de ambos presidenciables durante las PASO. 

El intendente de San Nicolás no asistió a la reunión, pero su decisión abre la posibilidad a que el larretismo busca abrirse camino en ese partido a partir del explícito apoyo de Passaglia a Bullrich. Algo similiar sucede en distritos gobernados por dirigentes afines al alcalde porteño. Como por ejemplo en La Plata, donde la ex ministra de Seguridad le planta una interna a Julio Garro a través de la candidatura de Daniel Lipovetzky.

 

 

Bullrich, para gobernador, todavía no se pronunció entre Cristian Ritondo, Javier Iguacel y Néstor Grindetti, pero ya tendría el segundo término del binomio. ¿Se puede ser candidato a vice sin saber de quién? Claro, si es una fórmula competitiva mejor, pero de todos modos ese lugar garantiza visibilidad, centralidad y, especialmente, manejo de recursos.

Luego, se confirma que la motivación para romper con IOMA no solamente respondía a una decisión relacionada con la salud de los trabajadores municipales. Desde que, meses atrás, varias encuestas coincidieran en que el gobernador Kicillof encabeza las preferencias electorales de los bonaerenses, Macri puso a los suyos a buscar la forma para horadar la imagen del mandatario y achicar distancias. 

Los antecedentes

En septiembre de 2022 el concejo deliberante de Capitán Sarmiento dio de baja el convenio que unía a los trabajadores municipales con el instituto provincial, por indicaciones de su intendente Iguacel, ex ministro de Energía y ex titular de Vialidad Nacional durante el el gobierno nacional de Cambiemos que encabezó Macri entre el 2015 y el 2019. Un mes atrás,  Passaglia, hizo lo propio en San Nicolás. 

La medida, apoyada en una retórica basada en la libre elección y el derecho a elegir, fue saludada en Twitter por Macri. "Que caigan todas las vacas sagradas", escribió. La pirotecnia discursiva continuó y otros intendentes de Juntos por el Cambio como Hernán Bertelli (Azul), Javier Martínez (Pergamino), Pablo Petrecca (Junín) y Gustavo Posse (San Isidro), anunciaron decisiones similares. Sin embargo, nada de eso ocurrió.

 

La batalla expuesta hizo que el consejo consultivo del IOMA, que preside Jorge Rachid, decidiese tomar cartas en el asunto para "intentar resolver la situación, en defensa del derecho a la salud de los trabajadores". El mencionado concejo solicitó formalmente, y por escrito, que los municipios ratificaran o rectificaran la voluntad de desadherir al convenio. Ante el pedido, tanto Azul como Tandil, se corrieron de la anunciada avanzada y confirmaron sus acuerdos con la obra social provincial.

Además, una delegación del consejo consultivo, encabezada por el propio Rachid, se desplazó el viernes a San Nicolás, para tomar medidas en el terreno junto a amplio espectro de representantes políticos, gremiales y profesionales. Entre los apoyos a IOMA, se cuenta el de Naldo Brunelli, histórico dirigente de la UOM y senador del Frente de Todos por la segunda sección. La ordenanza aprobada en San Nicolás dejaba el convenio sin efecto a partir del pasado viernes 31 de marzo. La Municipalidad nunca comunicó oficialmente la salida a la IOMA. "Hasta que eso no suceda y sigan pagando, el convenio sigue vigente", aseguran desde la obra social provincial.  

El caso Azul

En Azul, el proyecto de ordenanza anti IOMA ingresó con la firma del concejal Ramiro Ortíz, quien fue hombre de máxima confianza del intendente Hernán Bertellys, pero sin su acuerdo. De hecho, en el recinto, varios oficialistas manifestaron reparos, pero finalmente resolvieron que se girara a comisiones. Desde el sindicato de trabajadores de Azul, primero manifestaron su desacuerdo en un comunicado y luego se hicieron presentes en el legislativo local para expresar ruidosamente su rechazo a la medida. Bertellys aceptó recibirlos al día siguiente.

 

 

El enigma se resolvió por esas horas. Los trabajadores le manifestaron al intendente que, aunque existen quejas respecto del servicio que brinda IOMA, para ellos la baja del convenio se acercaría más a una profundización del problema que a una solución. En términos de su secretario general, Luciano Varela, "la opción de máxima es una obra social propia, en la que estamos trabajando". Varela es parte de la Federación de Sindicatos Municipales Bonaerenses (FESIMUBO), que conduce el "Cholo" García

Casi al mismo tiempo, Ortíz, autor e impulsor del proyecto, manifestó su voluntad de competir con Bertellys por la intendencia, en una PASO de Juntos por el Cambio. En medio de la interna, el intendente se comprometió a mantener y respetar el convenio con IOMA y la voluntad de los trabajadores. La diferencia de posiciones entre el alcalde y su ex aliado confirma que Passaglia no está solo con la idea de que pegarle a IOMA trae algún rédito electoral. 

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