En marzo de este año, Oetec publicó dos informes vinculados al impacto del proyecto gasífero Vega Pléyade (Tierra del Fuego) en la producción nacional de 2016. ¿Por qué? ¿Qué impacto podría tener un único yacimiento? En primer lugar, no se trata de cualquier yacimiento: Vega Pléyade (VP) explica cerca del 7 por ciento de la producción mensual de gas natural del país. En segundo lugar, su puesta en funcionamiento data de 2013 pero comenzó a producir en febrero de 2016, es decir, proviene del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner. Y, en tercer lugar, jugó y juega un rol determinante en la tasa de producción a nivel nacional dado los calamitosos resultados de la administración macrista: 1) El 90 por ciento del gas nuevo producido en 2016 a nivel nacional proviene de VP (gráfico 1); y 2) la producción acumulada de gas para los meses de enero a abril de 2017 implicó una caída del 0,6 por ciento en relación a igual período de 2016 (gráfico 2). ¿A qué obedece la caída si la producción de VP se expandió un 311 por ciento entre el primer cuatrimestre de 2017 respecto de 2016? Los yacimientos más allá de VP se desplomaron un 337 por ciento en su tasa de producción. La notable expansión del proyecto fueguino heredado no alcanzó a compensar. Lo acontecido con este yacimiento –solo como comparado con el resto– resulta emblemático para tomar conciencia de la burda estafa que significan el tarifazo y los nuevos precios del gas en boca de pozo.
* Federico Bernal es director del Oetec y consultor técnico en energía de la Acción Declarativa de Certeza promovida por el Cepis.