El Lugar de Memoria (LUM) de Perú, un espacio que contiene archivos y documentos sobre la violencia política que sufrió el país entre 1980 y 2000, fue clausurado temporalmente el pasado 28 de marzo. El cierre del LUM coincidió con la celebración del Foro de Madrid en Perú,  impulsado por el partido VOX de España, una formación política conservadora. 

La ONU, Unión Europea y el gobierno de Alemania y organizaciones locales de derechos humanos criticaron el cierre del museo. “Ese es nuestro museo también; esa memoria es para nunca olvidar, no para cerrar”, señaló la presidenta de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos, Lidia Flores. 

Esta semana la ministra de Cultura del gobierno de Dina Boluarte, Leslie Urteaga, aseguró que para la próxima semana espera tener "buenas noticias" sobre la reapertura del espacio de memoria.

Cerrar la memoria

El alcalde del distrito de Miraflores en Lima ordenó el cierre temporal del espacio de memoria creado en 2015. Según la alcaldía, al Lugar de Memoria (LUM) le faltaba un certificado de seguridad.

Sin embargo, en paralelo al cierre del LUM se realizó el Foro Madrid que reunió a militantes de derecha de la región iberoamericana. En esos días, el gobierno de Perú le prohibió la entrada a 15 argentinos y a una estadounidense que viajaron para apoyar al destituido presidente Pedro Castillo.

En el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social, están almacenados y a disposición del público más de 4.000 archivos y miles de materiales fotográficos y de video que documentan la violencia con base en el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).

Preocupación internacional

Las críticas por el cierre del Lugar de Memoria no se hicieron esperar.El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Perú, La Unión Europea (UE), uno de cuyos miembros, Alemania, financió la construcción y la implementación del LUM, expresó en un comunicado “preocupación” por la clausura del lugar y declaró confianza en que “se tomen las medidas necesarias para reabrir lo antes posible y de manera segura ese espacio público vital para un debate social importante”.

La clausura del LUM  se produjo poco antes del informe de Amnistía Internacional (AI) en el que da cuenta de la situación de derechos humanos en Perú. El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga expresó sus objeciones respecto al documento de AI.

“Basta ya de estos museos de la memoria y la reconciliación que no tienen nada de memoria ni reconciliación”, dijo en enero López Aliaga del partido Renovación Popular (RP), al asistir a la posesión como nuevo alcalde de Miraflores de Carlos Canales, su subordinado en el partido ultraconservador Renovación Popular (RP).

“Allí se escribe una narrativa donde los mismos guías te mienten descaradamente poniendo a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional como si fueran agresoras, y eso no es así, han salido a defender a la patria porque esa es su misión”, dijo el jefe del gobierno de Lima en esa oportunidad.

La clausura del Lugar de Memoria, un acto político

Sobre el cierre del LUM, su director, el historiador Manuel Burga aseguró que se trata de “un acto ilegal, injusto y abusivo con una institución ganó un premio de arquitectura en Perú y América Latina, que no tiene todas las perfecciones que uno puede esperar, pero cumple con todas las normas de seguridad”. Para el excoordinador del museo, Mauricio Zavaleta, la clausura fue un “acto político” porque en los siete años desde que se creó el LUM nunca hubo problemas y las observaciones de seguridad hechas por inspectores eran subsanadas.

Según el portal de investigación periodística Ojo Público, solo tres de 56 museos administrados por el Ministerio de Cultura cuentan con el certificado de inspección técnica de seguridad, el documento cuya ausencia motivó el cierre, del que no se sabe por cuánto tiempo estará vigente.

Aunque la Comisión de Verdad y Reconciliación y el LUM señalan que la mayor parte de la culpa por la violencia entre 1980 y 2000 recae en los grupos como Sendero Luminoso y MRTA,  los partidos de derecha y las Fuerzas Armadas aseguran que el museo hace apología a la subversión porque también documentan los excesos cometidos por las fuerzas estatales. La construcción del LUM fue coordinada por un grupo encabezado por el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, un escritor más ligado a grupos conservadores de derecha. 

“Ese es nuestro museo también; esa memoria es para nunca olvidar, no para cerrar”, señaló por su parte la presidenta de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos”, Lidia Flores.

Un Lugar para la Memoria

Cuando se decidió construir el LUM, algunos distritos de Lima con administraciones de derecha buscaron no albergarlo, pero al final lo hizo Miraflores, uno de los más emblemáticos y sector de residencia de clase alta y media-alta.

Se construyó en Miraflores, pero “en un terreno alejadísimo, distante de los parques y grandes atractivos del distrito, en una parte del acantilado donde se oculta tras la neblina, un lugar recóndito, casi imposible de alcanzar caminando”, recordó la semana pasada el escritor Juan Manuel Robles.

“No es que (los críticos del LUM) crean realmente que es ‘proterruco’ (proterrorista), lo que les molesta es que, a pesar de todas las presiones, el museo siga mostrando también, entre tanto horror, una victoria de la sociedad peruana: la caída del autócrata (Alberto) Fujimori”, añadió Robles en una columna periodística.

Por ahora, el museo está funcionando en forma virtual, sin presencia de público. Sus directivos esperan reabrir pronto.