A veces tenemos la sensación de estar vivenciando un fin de ciclo pero no en lo vital sino en lo histórico social.

En efecto, sentipensamos que, como señaló Antonio Gramsci, hay etapas históricas en las que lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba de nacer. Tiempos turbulentos y hasta de perversiones, económicas, políticas, sociales, militares, etc.

La guerra de Ucrania, así como la pandemia de Covid 19 marcan puntos de inflexión a nivel mundial, su impacto es global y expande las consecuencias a las latitudes más diversas.

Así es como, en mi recorrida mañanera, tuve dos encuentros fortuitos que derivaron en conversaciones cargadas de sentido.

Primero con Miguel, vendedor de diarios y bandoneonista ubicado en la esquina de Mendoza y Laprida, que me explicó el contraste entre los estilos de composición y ejecución instrumental entre Aníbal Troilo, Astor Piazzolla y Osvaldo Pugliese y sus marcas distintivas.

Luego me encontré con Mario, que estaba juntando cartones con su bicicleta en calle Colón casi esquina 3 de febrero. Bebimos una botella de agua con gas cada uno e intercambiamos experiencias y visiones sobre la realidad social de miseria creciente y desigualdad nos saludamos deseándonos una buena jornada estrechándonos las manos.

Aprendizajes en la "universidad de la calle".

Me viene a la memoria aquella frase de Martin Luther King, quien en medio de una crisis mundial dijo que aún si supiera que el mundo va a desaparecer mañana, igual plantaría un manzano.

Carlos A. Solero