Según fuentes del gobierno, el equipo económico trabajó durante todo el fin de semana en el "ajuste de los detalles con los diferentes sectores del agro" que serán incluídos en el beneficio de un dólar especial para las exportaciones que se declaren en los próximos 90 días. Se espera tener definidos para este miércoles los distintos aspectos de la medida, entre ellos nada menos que la definición de cuántos y cuáles sectores accederán al dólar diferencial. Así como también las medidas que se adoptarán para evitar un traslado a precios internos de la mejora del tipo de cambio real a recibir por los productores. Si se cumplen los plazos, el dólar agro será presentado junto al anuncio del dólar soja este miércoles por el ministro Sergio Massa.

Los sectores que más resuenan como receptores del beneficio del dólar agro son la vitivinicultura, el maní, la yerba mate, el arroz, como una herramienta a favor de los pequeños y medianos productores regionales para compensarlos por las pérdidas ocasionadas por la sequía y otros fenómenos climáticos adversos. Del lado del gobierno permitirá adelantar ingresos de la cosecha, ya que se asegurarían la liquidación de unos 6.000 millones de dólares en las próximas semanas entre soja y producciones regionales.

El gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, pidió al ministro de Economía, Sergio Massa, que la producción citrícola también sea incluida. "Permitirá impulsar las exportaciones, el ingreso de divisas y ayudará a sostener miles de fuentes de trabajo en Entre Ríos en el difícil contexto que generó la sequía", dijo el mandatario provincial.

Impacto sobre precios

La incertidumbre que genera el “dólar agro” es su impacto en los precios domésticos, dado que los regionales forman parte de la canasta básica alimenticia y ya vienen acusando subas desmesuradas. La relación exportación/producción de buena parte de los productos regionales es alta y eso genera tensiones sobre los precios que impiden que sean compatibles con el ingreso doméstico. 

“Hacer esta devaluación selectiva para las economías regionales va a generar una mayor tensión entre exportar y abastecer al mercado interno, en ambos casos los productores ganan: por exportar en dólares a un tipo de cambio alto o por vender caro en el mercado interno” sostiene Ernesto Mattos, director del IDEPI-UNPAZ.

Ante este escenario, se torna prioritaria una adecuada regulación del Estado para que no sean los atomizados consumidores quienes subsidien a los pequeños y medianos y a los grandes comercializadores.

Inserción internacional

Mattos publicó en este diario un artículo en los que calculan la “inserción internacional” de buena parte de los productos regionales usando datos de FADA. Por ejemplo el té, que se exporta en un 94 por ciento de lo fabricado, el limón, en un 85 por ciento; la cebada, también en un 85 por ciento, la soja, 84 por ciento; el 67 por ciento del trigo, 64 por ciento del girasol, 62 por ciento de las legumbres, 61 por ciento del maíz, 61 por ciento de la pesca, 59 por ciento del maní, 49 por ciento de la pera, 42 por ciento del arroz, 37 por ciento de productos ovinos, 29 por ciento de bovinos y 26 por ciento de los lácteos.

El último Informe Económico Regional de la secretaría de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal del ministerio de Economía de la Nación convalida esa información con el seguimiento un indicador sintético de la actividad (ISER) que crece, en todas las regiones del país y desde hace un año y medio, pero marcadamente por debajo del desempeño exportador. 

A modo de ejemplo, en la zona del noroeste argentino el ISER creció 7,6 por ciento interanual en el segundo trimestre de 2022 y las exportaciones aumentaron 31 por ciento, impulsadas por la cadena de valor maicera, minería metalíferia y no metalífera (litio), limón y legumbres.

Exportaciones y divisas

En 2022, el principal complejo exportador fue el de granos y oleaginosas, dando cuenta del 50 por ciento de las ventas: 25.000 millones de dólares se exportó en soja, 9.500 por maíz y 4.700 por trigo. Cabe notar que el ministerio de Economía aún no definió si el trigo y el maíz tendrán dólar diferencial, no son regionales y además su incidencia en la cadena productiva de otros alimentos es muy alta. En segundo lugar, entre los complejos agropecuarios se ubicó el bovino con un valor de 4.300 millones de dólares (6,4 por ciento).

Si bien la producción de esos renglones es heterogénea, la comercialización está altamente centralizada, al igual que ocurre con algunas economías regionales.

Solo cinco compañías dan cuenta de casi el 60 por ciento de las exportaciones de los principales cultivos: la norteamericana Cargill, Cofco (ex Nidera) de China, Bunge de Estados Unidos, ADM de Estados Unidos y Oleaginosa Moreno (de Vittera) de los Países Bajos. Operan en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.

La industria láctea es otra economía regional, emplazada en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. La producción de leche está descentralizada y la mayoría son empresas PyMEs pero la distribución de lácteos en supermercados está concentrada en un 70 por ciento por Mastellone. El sector lácteo exportó en 2022 unos 1.400 millones de dólares, es decir 1,6 por ciento del total. La leche entera subió 9 por ciento en el primer bimestre del año y en polvo 13 por ciento, según datos de Indec.

La industria vitivinícola, por su parte, se desarrolla en la región de Cuyo, fundamentalmente en Mendoza y también en San Juan, La Rioja y Salta. El grueso de la producción de vinos se destina al mercado interno, mientras que el mosto (que es el jarabe para endulzar, hecho a base de uva) se dirige mayormente al extranjero, a Estados Unidos. En suma, el complejo de la uva exportó por 1.000 millones en 2022 dando cuenta del 1,14 por ciento de las exportaciones. La cosecha en 2023 habría caído un 23 por ciento por segundo año consecutivo, por la sequía y las heladas tardías. El vino común subió 16 por ciento en el primer bimestre del año.

La producción de limón se concentra en Tucumán y se exporta en gran medida, fresco e industrializado, cuyo destino más relevante es Estados Unidos. En 2022 se exportaron 487 millones de dólares por esta fruta (0,55 de las exportaciones totales), y en el primer bimestre del año subió un 17 por ciento su valor interno.

Peras y manzanas se producen básicamente en Río Negro, pero también en Neuquén y Mendoza. El 70 por ciento de la producción se destina al consumo interno fresco y un 30 por ciento se industrializa y en parte se exporta. Nada menos que 37 por ciento subió el precio local de la manzana entre enero y febrero de 2023. Y ambas frutas generaron 285 millones de dólares por exportaciones en 2022 (0,3 por ciento del total).

En cuanto a la yerba mate, que se fabrica mayormente en Misiones, y el arroz, que también ocupa la región del Noreste argentino, destacándose su producción en Corrientes y Formosa. Dos plantadores, Las Marías y Ereñú, son los grandes jugadores del sector yerbatero. En 2021, la producción y el consumo interno de yerba fueron récord histórico Las Marías explica el 42 por ciento de la oferta de yerbas en supermercados. La yerba aumentó 10 por ciento su valor en el primer bimestre y el arroz, 27 por ciento. Por yerba se exportaron 94 millones de dólares en 2022 y 81 millones por té, un destino relevante es Oriente. Las exportaciones arroceras fueron por 213 millones (0,24 por ciento del total).