Uno, dos, tres y hasta cuatro micrófonos se posan sobre un hombre que mantiene la bandera que reza "Berni=inútil". Estamos en Lomas del Mirador, casi doce horas después de que el chofer de la línea 620 Daniel Barrientos sea asesinado a sangre fría en un crimen en Virrey del Pino, y también en los minutos posteriores a la golpiza que sufrió el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, cuando apareció en la protesta de los compañeros de Barrientos en General Paz. El hombre al que apuntan las cámaras de televisión no duda y empieza a vociferar: "Ni ustedes ni nosotros podemos ir a trabajar, pero los planeros sí tienen seguridad para cobrar". Un par de aplausos le brindan la seguridad al "entrevistado" para seguir su discurso en el que no se duda en señalar a los culpables de la inseguridad: "guachos de quince años", comenta. Pero, ¿quién es ese hombre?
La pregunta tiene su respuesta en cuestión de minutos. Es que, en redes sociales, algunos memoriosos le ven cara conocida al hombre que sujeta la bandera: se trata nada menos que Daniel Barrientos, el fundador de Vecinos en Alerta de Lomas del Mirador (VALoMi), una aparente organización social que pretende luchar "contra la inseguridad la hipocresia y los derechos humanos para los delincuentes", en un slogan que no conoce tildes ni reglas ortográficas.
La cuenta institucional de Twitter sirve para una pequeña muestra de su ideología, en la que no escatiman fake news, intentos de convocatorias vecinales y, sobre todo, mensajes de odio.
Luciano Arruga: las extrañas hipótesis de Lombardo y las amenazas a Vanesa Orieta
Vanesa Orieta atiende la consulta de Página/12. Ella, hermana de Luciano Arruga, es, quizás, una de las voces más autorizada para detallar la trayectoria de Lombardo. Es que el director de VALoMi fue el principal impulsor de un destacamento policial en el barrio 12 de octubre, en La Matanza. En ese misma dependencia -mucho más un chalet de familia que una unidad policial- Luciano Arruga fue torturado el 31 de septiembre de 2008 por policías por no aceptar salir a trabajar para ellos.
“¡Vanesa, me están pegando!”, recuerda Vanesa que gritaba Luciano en la tarde de septiembre. Ella esperaba frente al destacamiento para que lo liberaban. Cuando salió, Luciano señaló uno a uno a los golpeadores. “Acá no te hicimos nada. Negrito de mierda, te vamos a llevar a Quintana para que te violen, o terminás en un zanjón”, lo amenazaron. Según el relato de su hermana, tras ese episodio, a Arruga lo volvían a parar cada vez que andaba por la calle. Los mismos efectivos justificaban sus acciones por pedido de "El Jefe", que no pocos señalan a Lombardo como el destinatario de ese apodo.
Luciano desapareció a los pocos meses y su cuerpo fue enterrado como NN en el cementerio de Chacarita, muchos años después. Durante la búsqueda, Lombardo no perdió tiempo en divulgar hipótesis que solo mareaban a la investigación, al sugerir en televisión que Arruga había viajado hacia Córdoba o que no se conocía su rastro después de una pelea familiar.
"Vivíamos muy cerca con Lombardo. Y mientras nosotros buscábamos a mi hermano, una vez se acercó a mi y, con voz muy bajita, me decía 'vos no entendés nada, zurdita de mierda', entre otros tipo de insultos", comenta a este diario Orieta. Otras veces, agrega, Lombardo la acosaba cuando ella llegaba a su casa.
A lo largo de los años, el mismo mensaje represivo
Tras su improvisada conferencia de prensa, Lombardo comenzó un raid mediático con varios canales de noticias que cubrían la muerte de Barrientos. Se presentó como un vecino del lugar y transmitió que "la sociedad no da más", a la vez que acusó por la inseguridad al gobernador Axel Kicillof, al ministro Berni y al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
Fue el mismo mensaje que repitió en noviembre del 2021, por ejemplo, cuando fue invitado a varios canales de televisión ante otro violento hecho, como lo fue el crimen del kiosquero Roberto Sabo. Pero también en un robo en Lomas del Mirador, en septiembre de ese año, cuando otra vez ofreció testimonios a distintos medios, en el que volvió a apuntar contra dirigentes del Frente de Todos y con un pedido para bajar la edad de imputabilidad.
Y fue el mismo que, dieciséis años atrás, aceptó dar testimonio al diario La Nación en un informe sobre la "inseguridad en La Matanza". Fue publicada esta declaración suya, sin dar más detalles: "Un chico de ocho años que se crió en la villa no es una criatura. Hay que bajar la edad de imputabilidad penal. Los malandras están en las villas."
"Lo que pasó hoy en La Matanza y otros casos es aprovechado por este personaje y por otras personas, siempre con la estética de 'gente de bien' para direccionar acciones violentas, sobre todo, contra pibes y pibas de barrios humildes", explica Orieta y pide que se haga un abordaje sobre la inseguridad que vaya más allá de la mirada punitivista contra adolescentes de barrios carenciados. "Sino tenemos estos discursos violentos que debilitan nuestra democracia", completa.