Dayana Bermúdez Cortes nació y se crió en Pereira, ciudad ubicada en la zona cafetera del oeste de Colombia, un lugar de montaña alejado de las playas caribeñas y paradisíacas que vemos en las agencias de turismo pero que nada tiene que envidiarle a la belleza de las casas pintorescas y cascadas de agua cristalina de Pereira. Al mar del Caribe Dayana lo conoció a los siete años, cuando tuvo la oportunidad de ir a San Andrés, una isla en Colombia.

Antes de abandonar su ciudad natal estudió Comunicación Social y Periodismo en Bogotá, “había en mí una necesidad natural expresiva y comunicativa”, asegura pero reconoce que fue más por una imposición familiar que por motus propio porque lo que ella realmente deseaba era estudiar actuación y a los 12 años ya hacía teatro.

Dayana tiene tres hermanxs, como muchas familias colombianas en búsqueda de mejores oportunidades, su familia tuvo una migración interna. “La mayoría de la población de gente negra de Colombia está en las costas por donde históricamente llegaron los barcos después de la trata transatlántica. Pereira, es todo lo contrario, la mayoría de la población es no racializada, mis papás se mudaron de Cali a Pereira. Mis abuelos paternos son de Chocó y mis abuelos maternos de Nariño, ambas ciudades son del pacífico colombiano. Esa es mi raíz.”

Vivir en Argentina como destino para profesionalizarse como actriz nunca estuvo en los planes de Dayana: “En Colombia aspiramos a tener el sueño americano o ir a Europa, la mayoría de las madres y padres de mis compañeros, por ejemplo, en la escuela casi siempre estaban en algún otro país trabajando para mandar dinero a su familia, es un mecanismo que en la economía de Colombia funciona, viaja un integrante y el resto se queda.”

Ya casi finalizando la carrera en comunicación durante las prácticas conoció a un joven alemán: “Me fui a Alemania no tan convencida, sabía que no le iba a pasar bien y así fue, vivía en un pueblito en el sur de Alemania, una zona que se llama Saarbrücken donde había mucha gente mayor, muy retrogradas, cómo de otra época. Lo que rescato de ese viaje es que aprendí a hablar inglés porque las clases de alemán me las daban en inglés. Entendí que era una cultura muy distinta la mía y que me iba a costar muchísimo adaptarme, además los planes que tenía mi pareja no tenían nada que ver con lo que yo realmente quería”. Después de un año y tres meses en Alemania, Dayana volvió a Colombia y ahí fue cuando empezó a interesarse por venir a Argentina para formarse como actriz de teatro.

En Colombia no está tan desarrollada la profesión del artista, es siempre una segunda opción, pero nunca una profesión o una carrera, cuesta acceder a los estudios y socialmente no hay mucha oferta, tampoco hay un consumo del arte ni incentivo para eso, entonces los artistas no son reconocidos ni respetados en comparación con otros lugares como Buenos Aires. Salvo en ciudades como Bogotá donde hay una movida cultural muy interesante.”

Foto: Jose Nicolini 

Al rescate de la historia afroargentina

Hacer teatro en Argentina tampoco es fácil, a pesar de que existen incentivos y una valoración hacia lxs artistxs, eso Dayana lo tenía en claro, por eso a la par desarrolló su carrera como modelo: “Ninguna actriz del under o del teatro independiente - que es lo que estoy haciendo ahora - puede vivir solamente de eso. Hay otras cosas que tienen que ver más con la estética de lo que sirve al sistema, en mi caso ser modelo y hago uso de eso porque necesito dinero para vivir y poder armar mis propias historias en teatro. La primera vez que llegué al teatro como protagonista de una obra fue porque esa obra la produje yo con el dinero que obtuve como modelo.”

En 2019 Dayana tuvo su primera participación en el teatro argentino en “Muchacho de Luna”, una obra inspirada en textos de Federico Garcia Lorca y dirigida Oscar Barney Finn. “Fue muy importante para mí porque Lorca es mi autor favorito, aunque me genera una contradicción porque me hubiese gustado que mi referente fuera una mujer negra.” Estudió con Agustín Alezzo y en la escuela de Claudio Tolcachir, le sacó provecho en poco tiempo a todo lo que pudo incorporar. “Con una postura muy clara de mujer extranjera negra en un país mayoritariamente blanco que no da muchas oportunidades o que no ve ni siquiera a personas como yo, he hecho todo para que me vean”, asegura.

“Madre de la patria” es la obra que Dayana protagonizó y produjo el año pasado donde retrata la vida de la capitana María Remedios del Valle. Cuando llegó a Argentina se propuso conocer la historia afro del país, estaba convencida de que, como en el resto de los países latinoamericanos, había una parte de la historia donde las personas afro e indígenas fueron borradas o invisibilizadas. “Me hacía ruido porqué nadie se identificaba como negro y además es una mala palabra. 

Empecé a investigar y conocí a María Remedios del Valle, continué la investigación con el autor de la obra y la fuimos haciendo en conjunto, incluso también con el resto de los actores que tampoco conocían la historia de la madre de la patria, fue como reeducarnos. Vimos cómo opera el racismo de diferentes formas. Hay una percepción de que el racismo solamente pasa en Estados Unidos porque matan a los negros, pero hay otras formas de racismo tambien, hay racismo estructural, institucional, micro racismos que son situaciones que no son tan violentas, pero violentas en sí. Hacer ese camino fue muy interesante para mí porque me ayudó a descubrir situaciones racistas que yo nunca había vivido porque estuve en un entorno un poco más protegida por mi familia donde siempre exaltaron el valor que tenía reconocerme como mujer negra y me prepararon para la vida en la calle. Al colegio al que fui eramos pocos los niños negros, se que hay otras personas que no tienen ni esa red de apoyo y por eso reniegan de su negritud.”

Dayana junto al elenco de "Madre de la patria"

De exilios y reencuentros

El año pasado Dayana protagonizó la película "El exilio del mar", film que participó en más de 60 festivales y además le valió un premio como mejor actriz, “es la historia de Joana, una mujer negra colombiana que justamente retrata la vida de quienes se van a otro país para trabajar y ayudar económicamente a su familia y vive muchas situaciones racistas que nunca le pasaron cuando estaba en su país. Lo que muestra la peli es que a toda persona racializada en algún momento de su vida le llega el racismo, por mucho que hayas estado protegido, ese racismo que te toca, te cambia, te carga y te mata porque mata el alma”, explica Dayana y agrega: “Otra de las cosas que nos sucede con el racismo es que nos mantiene desenfocados, desconcentrados, es una de las funciones principales que tiene el racismo porque yo ahora estoy hablando de esto, en vez de estar hablando de mi trabajo, de mi familia o de lo que soy como ser humano. La mayoría de los artistas, deportistas, músicos o profesionales de cualquier área, primero tienen que explicar su existencia negra antes de empezar a hablar de lo que son como seres humanos o profesionales. La mayoría de las veces que hay gente negra en la televisión están hablando de racismo, no hay una persona negra de por sí conduciendo un programa, actuando, o un periodista, eso también es una forma de ponernos en el lugar de la gente que tiene que explicar su existencia y eso es una forma de discriminar.”

Dayana recuerda que su mamá era amiga de un grupo de mujeres trans que vivían al lado de su casa y le enseñaron a su mamá el oficio de peluquera, creció con ellas y la cuidaban. “No me gusta comparar las luchas pero algo parecido le pasa a las personas trans, es algo que tenemos en común y además es algo que conozco muy bien. Recuerdo que cuando tenía cuatro o cinco años más o menos, mi mamá, sus amigas y yo salíamos todas juntas y sufríamos el mismo acoso callejero, cuando no era era por una cosa, era por otra. Las querían tocar y a mi mamá también, querían tocar la piel, el pelo, el racismo es eso también, invadir su espacio. Y cuando reaccionan se habla de la sensibilidad, eso también es otra forma de deshumanizar a la gente negra ¿por qué la gente negra no se puede enojar? 'no te enojes, te lo digo cariñosamente' nos dicen ¿no podemos sentir acaso rabia, odio o tristeza? Eso es una forma de invalidar las emociones que tenemos respecto a una situación racista, nos dicen cómo nos tenemos que sentir frente a determinadas situaciones.”

Dayana milita el afrofeminismo junto a sus compañeras en Colombia con quienes está siempre en contacto y en Argentina lo hace junto a las mujeres que integran la comunidad negra en Buenos Aires y asegura: “Yo no me puedo ubicar en un feminismo comercial que no representa en nada lo que es una mujer negra, ni tampoco en el feminismo de Ángela Davis que en sus reuniones no tiene ninguna mujer negra para que cuente sus historias o las cosas que vive una mujer negra, en ese debate estoy con mis amigas feministas en Colombia.”

Mientras se prepara para una nueva versión teatral de la vida de María Remedios del Valle, Dayana asegura que elige Argentina todos los días de su vida, “porque a pesar de lo que dicen afuera, es uno de los países de latinoamérica que más avanzado está en materia de igualdad de derechos, es el lugar donde pude encontrarme conmigo misma, reconocer mi identidad y todo lo que representa y porque aquí encontré gente maravillosa que no conocí en otros lugares del mundo.”