Empleados del supermercado Carrefour sacaron ayer a la calle una situación que definen como una amenaza concreta a su fuente laboral: denunciaron que la empresa multinacional quiere reemplazar algunos trabajadores por “cajas digitales o cajas robot” y alertaron sobre un proceso de reducción de personal en las cuatro sucursales rosarinas de la cadena, hasta la mitad de la dimensión que contaba la década pasada.
“El cajero robot no se enferma, no tiene vacaciones, es una ganancia limpia para la empresa”, indicó Eugenio, delegado del Carrefour, en conferencia de prensa.
Los trabajadores desplegaron ayer una volanteada en el ingreso a las sucursales de Pueyrredón al 700, Necochea y 27 de Febrero, y avenida Circunvalación y Newbery, para hacer visible su malestar ante la clientela que arribaba al establecimiento. De la misma manera, la misma acción gremial se realizó en simultáneo en la casa central de Carrefour Argentina, en la localidad bonaerense de Martínez.
Bajo el lema "No te conviertas en el robot de Carrefour", los trabajadores denunciaron que "la intención de esta empresa multinacional francesa pretende convertir a todos sus clientes en empleados robot, forzándolos a operar cajas digitales que reemplazarían a las compañeras y compañeros cajeros", señaló uno de los delegados de la Asociación Empleados de Comercio que ofició de vocero en la sucursal de Pueyrredón al 700.
Sebastián Ferro, de AEC, dijo en Sí 98.9 que la decisión empresaria "es una política que empezó en Francia, siguió en Buenos Aires y ahora quiere seguir por Rosario. Está probando cajas automáticas. Una cajera supervisa 4 cajas, el cliente pasa, escanea los productos, paga con tarjeta, embolsa y se va". "Lo que queremos es poner en agenda esto: no estamos contra la tecnología pero que no atente contra el trabajo", señaló. Y advirtió que hay otras cadenas de hipermercados en el mismo plan.
Lo que la cadena multinacional de supermercados viene presentando como una innovación tecnológica en la atención al cliente, desde la posición de sus empleados es una amenaza lisa y llana a la continuidad laboral.
"Para tomar dimensión del daño que provoca esta medida podemos decir que cada cuatro cajas digitales se necesita un operario que las controle, es decir que se perderían tres puestos de trabajo. Donde hoy trabajan cuatro compañeros y compañeras, mañana lo hará uno solo", resumió el delegado mercantil.
El dato más elocuente que pregonaron es el achicamiento paulatino de la planta de personal. "Esta empresa nunca estimuló ni fomentó el trabajo, y para demostrarlo alcanza con comparar los 850 trabajadores que sostenían el funcionamiento de las cuatro sucursales en 2008 –dijeron desde el sindicato– mientras que hoy, con las mismas sucursales pero con más servicios y más secciones, Carrefour emplea en Rosario menos de 400 personas, es decir que redujo su personal un 53 por ciento. Es evidente que se nos ha venido sobrecargando las tareas y aplicando el criterio de multifunción sobre los trabajadores", graficó.
Hasta hace unas semanas, la cadena había tercerizado funciones a través de contratar selectoras de personal que asignaban cajeros. "Pero los contratos terminaron y no tomaron más", agregó el delegado. "Todo esto redunda en llevar sus brutales ganancias a Francia, a expensas de los trabajadores argentinos. Por eso informamos a la ciudadanía, para que no se convierta en destructora del trabajo local", concluyó.