Es casi un hecho que Julio Garro enfrentará una lista interna, por primera vez desde que ganó la Municipalidad de La Plata, allá por 2015, impulsado tanto por el descontento general con Pablo Bruera, el recuerdo aún fresco de la inundación y el arrastre de las boletas de Mauricio Macri y Maria Eugenia Vidal. Desde la oposición, en cambio, por primera vez en años no se reeditaría la disputa entre Florencia Saintout y Victoria Tolosa Paz.
En los círculos de la política platense hay algunos consensos generalizados. El intendente Julio Garro, a la hora de ir por su tercer mandato, tiene dos cosas a favor y una en contra. Entre los activos se destaca un trabajo sobre su imagen pública que lo muestra como un personaje que camina, sonríe, abraza y se saca muchas, muchas selfies junto a sus simpatizantes. El gesto se acompaña con una permanente actividad en las redes sociales, donde se muestra activo casi a diario.
Previo a su desembarco en la política municipal, fue presidente de la peña boquense de La Plata, rol que le permitió generar toda clase de eventos y tomar contacto estrecho con Mauricio Macri, el alma mater del PRO y su candidatura de 2015. Antes de eso, organizó durante años las fiestas para los estudiantes de las distintas localidades del interior bonaerense, residentes en la Capital. Ese capital político sostenido en la actividad privada del actual mandatario también encuentra un contexto proclive a su desarrollo virtuoso en la idiosincrasia platense, más bien conservadora, refractaria a los cambios, y desde finales del siglo pasado, propensa a ciclos políticos largos. Contando desde 1991, pasaron cuatro mandatos de Julio Alak, dos de Bruera y, hasta ahora, dos de Garro.
Entre los puntos flacos del actual intendente está la gestión. Después de más de siete años, la oposición lo acusa de "no tener un proyecto estratégico", y de haber concentrado todos los recursos, ya no en el casco como había hecho su antecesor, Pablo Bruera, sino en la zona norte, especialmente en Gonnet, City Bell y Villa Elisa, donde residen los sectores con mayor nivel adquisitivo de la ciudad. ¿Le alcanzará? Depende, en buena medida, del contexto, donde las críticas contra la actual administración no llegan sólo desde el peronismo.
La interna
El martes 28, Macri reunió a su tropa en sus oficinas de Olivos y bajó una línea clara: cuidar los municipios. Seguiendo tal fin, sugirió que en los distritos en los que gobierno el PRO se evitara habla de PASO, acción que le permitiría a los jefes locales mantenerse equidistantes respecto a la disputa provincial y nacional, donde todo parece conducir al enfrentamiento interno. Garro volvió de esa reunión con una sonrisa más amplia que de costumbre. Pero la tranquilidad le duró poco.
El sábado pasado Patricia Bullrich pateó el tablero al anunciar por Twitter, la incorporación a sus filas de Manuel Passaglia, intendente de San Nicolás. Todavía es pronto para calcular la onda expansiva de esa decisión, pero los garristas temen que algún efecto tendrá sobre Juan Pablo Allan, el senador por la región capital que representa a Bullrich en el distrito y termina su mandato este mes de diciembre.
Allan, que representa el ala más dura dentro el universo amarillo de la Capital, ya manifestó anteriormente su voluntad de competir y repite a quien quiera escucharlo que su proyecto es “una ciudad más ordenada”. Recientemente, incorporó a su armado al ex fiscal Marcelo Romero, vinculado también a la “mano dura” e integrante de la denominada “mesa judicial” bonaerense.
Entre otras cosas, Romero fue designado por el procurador vidalista, Julio Conte Grand, en la causa que se abrió al intendente de Ensenada Mario Secco, por ingresar a la Cámara de Diputados bonaerense en plena sesión para denunciar una represión policial. Era 14 de diciembre de 2017, y Secco había ingresado a la Legislatura con un puñado de cartuchos de gases lacrimógenos, que puso sobre el estrado de la Presidencia del cuerpo, que entonces ejercía Manuel Mosca. La Policía los había utilizado minutos antes para dispersar a manifestantes que se oponían al tratamiento de un paquete de leyes enviado por la gobernadora María Eugenia Vidal. Desde el entorno del intendente, acusaron a Conte Grand de ordenarle a Romero la detención del alcalde, con una clara intención política.
El propio Allan, por su parte, fue filmado en las oficinas del BAPRO, en la famosa reunión en la que se escuaha a dirigentes macristas pedir por una "gestapo para terminar con todos los gremios", y en la que se planificaba el armado de causas contra sindicalistas y opositores. En aquella mesa también participaron funcionarios del vidalismo, como el entonces ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, y directivos de la AFI, como Alan Ruíz.
Cerca de Garro afirman que Allan “no junta votos” y que los platenses “no lo conocen”, a pesar de la vocación mediática de su nuevo socio político. En cambio, reconocen cierta preocupación por el tono que pueda adquirir esa campaña, más duro e incómodo para el actual intendente. Sobre todo teniendo en cuenta que no será el único frente de batalla interno que tendrá que enfrentar. También amparado bajo el ala del bullrichismo, el diputado Daniel Lipovetzky trabaja "para despertar La Plata".
También amparado en el discurso de "el orden", el legislador es otra de las herramientas con la que Patricia Bullrich busca alimentar su candidatura, restando fuerzas a su oponente, Horacio Rodríguez Larreta, el presidenciable preferido de Garro.
El Frente de Todos, sin definiciones
Por el lado del Frente de Todos, la novedad más relevante es el muy probable fin de la guerra de baja intensidad que, desde hace años, protagonizan la actual directora del Instituto de Cultura, Florencia Saintout, y la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz.
La actual diputada nacional, que encabezó la lista del oficialismo nacional en las legisaltivas del 2021, tiene aún por delante dos años de mandato y volvería a ocupar su banca luego de su paso en el Ministerio de Desarrollo Social. Su nombre, incluso aparece en otro puñado de armados especulativos siempre atados a la suerte del Presidente Alberto Fernández, cuyo núcleo más cercano ella integra. Desde el entorno de Saintout, afirman su voluntad de “no renunciar ni entregar el espacio”. “En La Plata, la representación de Cristina es ella” dicen pero, llegado el momento, aceptarán un ordenamiento desde arriba, si este se produce.
Vale recordar que, en las PASO de 2019, la sumatoria de ambas contendientes, Saintout y Tolosa Paz, aventajaba a Garro por diez puntos, 47 a 37. Sin embargo, las desavenencias internas permitieron la remontada de Garro, que en las generales se impuso 48 a 41.
Otra figura conocida viene asomando: la del cuatro veces intendente y actual ministro de Justicia, Julio Alak. “El turco comenzó a caminar hace muchos meses y está muy bien, todos los días repara una vieja herida o recupera a alguien; además, es la contrafigura perfecta de Garro”, cuentan cerca de él. Allí, también sostienen que, a su favor, el minsitro tiene la capacidad de expresar a los sectores del peronismo no kirchnerista. La única discusión, en la que los entrevistados difieren, es si construye por pedido expreso del gobernador o, simplemente, sin su veto.
Un poco más atrás, integrante del partido Kolina, dentro del espacio “La Patria es el otro”, que conduce Andrés “Cuervo” Larroque, asoma Gastón Castagneto. De apenas 34 años, concejal mandato cumplido y actual responsable del Servicio Alimentario Escolar, del que dependen programas de ayuda como “Mesa Bonaerense”, es bien visto por las otras líneas del peronismo.