Otra empresa extranjera se suma a la ola de despidos que signa la gestión del presidente Mauricio Macri. La cadena francesa de supermercados Carrefour cesanteó a cincuenta trabajadores esta mañana de su local de Paraná, según denunció el Sindicato de Empleados de Comercio local, que solicitó a la gobernación de la provincia su intervención en el conflicto.
Según informaron, la excusa es la misma que se viene repitiendo en el resto de los recortes de personal que están llevando adelante en las fábricas del país: la caída de las ventas y la baja de la rentabilidad, signadas por una colosal caída del consumo, que en junio registró su decimoséptima caída consecutiva.
El secretario general del gremio, Daniel Ruberto, opinó que el supermercadismo "no está perdiendo plata, sino que están ganando menos de lo que pretende" y denunció que, para estas empresas, los trabajadores son "un número" y por eso "sufren el ajuste", bajo el argumento de la rentabilidad.
"Solo la codicia y el desproporcionado interés lucrativo las mueve. Y aprovechan que tienen un gobierno nacional de empresarios que todo lo deja librado al mercado, a la oferta y la demanda. Son sus principales socios", denunciaron a través de un comunicado, en el que también condenaron la apertura de las importaciones que "han generado mucha incertidumbre en Paraná" y "pérdidas de puestos laborales".
Por su parte, Ruberto puntualizó: "Es curioso porque los supermercadistas son los principales actores en la suba de los precios de manera constante y quienes mayor rédito obtienen de la inflación. Estas multinacionales han ganado siempre y por desarrollo global no necesitan echar a nadie".
El sábado se realizó una asamblea, que convocó a una gran cantidad de empleados de la firma, y allí se decidió la "defensa y preservación de las fuentes laborales" y ratificaron que rechazarán "cualquier tipo de despido unilateral" por parte de la empresa. Otra de las decisiones de la asamblea fue el pedido de apertura de retiros voluntarios, con el beneficio de que quien opte por esta posibilidad se vaya de la empresa con una indemnización equivalente al doble de lo que le correspondería.
El gremio pidió hoy nuevamente al gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y al intendente de Paraná, Sergio Varisco, que intervengan a favor de los trabajadores y advirtió que no se quedarán con los "brazos cruzados" ante esta situación. "Estos 50 hombres y mujeres despedidos no son ni serán jamás un número. Detrás de cada uno de ellos hay una familia que empieza a vivir la incertidumbre de la desocupación", alertaron.