El domingo 26 de marzo, el playón del Paseo de los Profesores sobre la calle 55 estaba abarrotado de gente. Sorprendía a extraños tanta convocatoria frente al estadio de Estudiantes de La Plata, teniendo en cuenta que no había partidos por el fin de semana de la Memoria. Lo que estaba sucediendo, en verdad, era un homenaje multidisciplinario a Carlos Salvador Bilardo, que días antes había cumplido 85 años.
Fue la excusa perfecta que encontró el Colectivo Cultural Alejandro Sabella (otro baluarte de Estudiantes que tampoco se formó allí; Pachorra salió de las inferiores de River, y el Narigón de las de San Lorenzo), para llevar a cabo la cuarta edición de una experiencia que comenzó pre pandemia en distintas sedes, antes de pasar a la órbita del estadio UNO. El megahomenaje incluyó feria gráfica, obras varias, una instalación artística con videos, performance de pintura, stencil y serigrafía, un conversatorio en el auditorio del estadio y la reproducción de la docuserie de Netflix en pantalla gigante sobre el Paseo de los Profesores, orbitado por el grueso de la acción.
El CCAS también realiza otros eventos, todos tendientes al debate sobre la identidad pincha: desde murales en filiales de todo el país hasta intervenciones callejeras en La Plata. Pero Bilardo es un personaje que está más allá de colores o fanatismos. "A muchos el Narigón nos llegó por ser hinchas de Estudiantes, aunque otros artistas no lo sean. Lo que pasa es que su figura trascendió al fútbol, es un ícono cultural. La muestra es que siempre nos fue fácil producir y convocar artistas que produjeran obras en torno a él. No pasa con tantas figuras del fútbol, al menos no con semejante magnitud", sostiene Diego Abadie, en nombre del colectivo bautizado en honor a Sabella, quien también logró el cariño universal tras dirigir a la Selección Argentina, como el Doctor.
"Desde el primer momento la idea fue convocar a varios artistas para sacar a Bilardo un poco del fútbol y plasmarlo en otros soportes. El objetivo: lograr narrarlo de otra forma", cuenta Diego. Así aparecieron pintores, escultores, muralistas, serigrafistas. "El Narigón trasciende el fútbol, e incluso al personaje que en un momento se le creó alrededor en los medios de comunicación. Es una figura con mucho carisma y mucho para contar. Estética y visualmente es un personaje muy rico, por eso se vuelve atractivo para cualquiera."
Si bien siempre admiraron a Bilardo, Abadie dice que quizás tomaron otra dimensión de su relieve cuando empezaron a producir obras sobre él. "Viendo la cantidad de imágenes nos convencimos de que había muchas otras maneras de contarlo, más allá de la pelota", agrega. Para esta ocasión, a la muestra le agregaron un conversatorio justamente con la idea de reconstruir su figura desde distintas ópticas, y una instalación en una de las escalinatas de las entradas del UNO, con televisores con distintos videos de su vida, pinturas, una gigantografía y mapping en las paredes.
"“A medida que fuimos armando esta actividad nos dimos cuenta de que en esa posta lográbamos la síntesis final de lo que por ahí cierra el universo bilardiano. Porque, a esta altura, nadie duda que que Bilardo es mucho más que un ex jugador de Estudiantes o un técnico campeón del mundo. Es, también, una forma de ver la vida, sentirla y entenderla. Y, desde nuestro humilde lugar, el mejor de los homenajes que podemos hacerle, que es con él en vida."