La actriz y empresaria Ana Obregón, de 68 años, afirmó que la niña que ha comprado a través de una madre de alquiler es de su hijo fallecido Alejandro Lequio García y, por tanto, ella no es madre de la recién nacida, de nombre Ana Sandra Lequio Obregón, sino su abuela.
"Esta fue la última voluntad de Aless, la de traer un hijo suyo al mundo", declaró la actriz y presentadora de 68 años que el pasado miércoles sorprendía a propios y extraños saliendo en silla de ruedas de un hospital de Miami con una bebé recién nacida en brazos, de quien será, además de abuela, su tutora legal.
La exclusiva de este anuncio corre a cargo de la revista ¡Hola!, donde también se publicaron las imágenes en las que Obregón aparecía con la recién nacida. Unas instantáneas que generaron un gran debate político, social y ético en España debido a que esta práctica no es legal en el país.
Ana Obregón: "Esta niña no es mi hija, sino mi nieta"
"Esta niña no es mi hija, sino mi nieta -explica Obregón en el citado magazine-. Es hija de Aless y cuando crezca le contaré que su padre fue un héroe, para que sepa quién es y lo orgullosa que tiene que estar de él. La decisión de comenzar con el proceso de gestación subrogada, que implica, como sabes, la participación de una donante de óvulo y de una gestante, la tomé el día que mi niño se fue al cielo".
Y añade: "Lo que la gente no sabe es que esta fue la última voluntad de Aless: la de traer un hijo suyo al mundo. Y así nos lo comunicó de palabra a su padre y a mí una semana antes de fallecer. Esto se llama 'testamento ológrafo' y se produce cuando una persona, ante dos testigos, expresa sus últimos deseos, aunque, por las circunstancias que sean, el notario no pueda estar presente en ese momento".
Según Ana Obregón, dicho documento "existe y es legal". "Cuando a mi hijo le diagnosticaron el cáncer e iba a comenzar el tratamiento de quimioterapia –asegura–, los médicos le recomendaron que guardara muestras de su esperma, por si los medicamentos le afectaban en el futuro, para asegurarse de poder tener hijos".
"Estas muestras –añade la actriz– estaban conservadas en Nueva York. Aquel día estábamos en el hospital; Aless ya estaba muy mal y nos dijo que, si algo le ocurría, quería que supiéramos que él quería dejar descendencia en esta vida. Aunque ya no estuviera. Desde ese momento, lo único que me ha permitido seguir viviendo cada día, cada segundo, es cumplir la misión de traer al mundo a una hija de Aless".