En 2022, en Singapur hubo cinco ejecuciones en un período de menos de cuatro meses, luego de una pausa de dos años por la pandemia de la covid-19. Todas las personas que fueron ahorcadas habían sido condenadas con pena de muerte preceptiva por delitos relacionados con drogas. Sin embargo, según sostiene la Heritage Foundation en su Índice de Libertad Económica, tan citado y elogiado por Javier Milei, es la economía más libre del mundo.
Singapur lidera el ranking del Índice de Libertad Económica 2023 (ILE), con un puntaje de 83,9 sobre 100. En teoría política hay autores que afirman que existe una correlación entre la existencia de instituciones inclusivas en el terreno económico y en el político, y viceversa. Pero Singapur es la excepción a la regla, esta ciudad-Estado posee una de las economías más desarrolladas y ricas del mundo y sin embargo su régimen político es autoritario. Todavía rigen penas corporales para más de 40 delitos e incluso la pena de muerte.
Singapur ocupa el primer puesto del ILE por cuestiones tales como que se puede abrir un negocio en 2 días, según datos del Banco Mundial en 2019. Asimismo, el producto bruto interno (PBI) per cápita, uno de los principales indicadores de riqueza de un territorio, se calculó para el año 2021 en 72.794 dólares, mientras que el peso del mercado privado en la economía es del 85,5 por ciento.
La riqueza de Singapur y la mano visible del mercado
El ILE es utilizado por libertarios para demostrar que los países más libres son los que más crecen debido a que no hay intervención estatal. Pero Singapur, pese a que para iniciar su desarrollo económico tuvo una postura pro-mercado, no descuidó el aspecto social y la intervención estatal en cuestiones tales como vivienda, salud y educación. Entonces, es cierto que Singapur tuvo un excelente desarrollo económico (su PBI per cápita pasó de 428,1 dólares, a precios actuales, en 1960 a 72.794 en 2021, según datos del Banco Mundial), pero no fue justamente por las medidas que promueven los libertarios.
Otro aspecto interesante es que el mayor propietario de tierras individuales es el Estado, que a su vez las administra y las mantiene para su correcta planificación. También existen mecanismos para que el Estado se haga de tierras privadas, si fuese necesario, para algún proyecto de bien común. Tal es la defensa de la tierra pública que incluso hay un interesante programa que permite alquilar tierras por períodos para el desarrollo de actividades privadas, pero sin resignar la titularidad de las mismas. Este sí podría ser un caso interesante para replicar en otros países.
Paraíso fiscal
Singapur no sólo ocupa el primer lugar del ILE sino que también se sube al podio en el Índice de Secreto Financiero de 2022 (FSI por sus siglas en inglés) ocupando el tercer lugar, según la organización especializada Tax Justice Network. Este índice conjuga el nivel de opacidad del sistema financiero, que permite desde la evasión fiscal hasta el blanqueo de capitales de origen ilícito, junto con el peso en la escala mundial de cada jurisdicción del índice. Por lo cual, muestra el reducido nivel de colaboración de Singapur para evitar fraudes fiscales y combatir delitos como corrupción y narcotráfico. Esto, junto con su reducido nivel de tributación, lo convierte en uno de los más importantes paraísos fiscales.
Otra cuestión relevante es que Singapur tiene serios problemas con sus datos de pobreza. No sólo es difícil encontrar información al respecto sino que en distintos momentos hubo quejas acerca de este aspecto que parecieran incomodar al gobierno.
Autoritarismo en Singapur: casamiento igualitario prohibido
Las autoridades singapurenses restringen libertades civiles, políticas e individuales, como la homosexualidad, que si bien dejó de ser un delito por una ley aprobada a finales de 2022, al mismo tiempo el parlamento singapurense enmendó la Constitución para fortalecer la definición tradicional de matrimonio entre hombre y mujer. Además, por ejemplo, hay una ley que prohíbe la fabricación y venta de chicle, con penas de hasta 2 años de cárcel.
El Partido de Acción Popular (PAP), que gobierna el país desde 1959, es un partido único de facto, aunque hay que aclarar que no accedió al poder de manera violenta, es decir, con un golpe de Estado o conflicto bélico, sino al contrario, mediante elecciones.
En las elecciones de 1968, en las cuales se elegía a los miembros del Parlamento singapurense por primera vez tras la salida de la Federación de Malasia, que se había producido en 1965, los partidos opositores llamaron a un boicot masivo a las elecciones, no postulando candidatos. El PAP ganó con un resultado global de 86,7 por ciento de los votos emitidos y aprovechó todo el poder obtenido para comenzar a monopolizar a su partido como la única fuerza política.
El actual Primer Ministro, Lee Hsien Loong, que accedió al cargo en 2004, es decir, hace más de 15 años, es el hijo de Lee Kuan Yew, el padre fundador de Singapur, lo cual añade un cierto elemento dinástico al acceso al Poder Ejecutivo.
(*) Economista, miembro de Fundus