La Fundación Mediterráneathink tank apadrinado por las principales empresas del país, está elaborando un programa económico para el próximo gobierno. Desconfiando de la improvisación en materias de planes y cuadros técnicos de las principales fuerzas políticas, el poder real se propone asumir en sus propias manos dicha tarea. Para encabezar ese trabajo designaron al economista Carlos Melconian. Compartió con uno de los líderes del Partido Judicial, Ricardo Lorenzetti, la presentación de la propuesta en una conferencia titulada “Los desafíos de la gobernabilidad” en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

En la disertación señaló que el objetivo es lograr repetir “un programa de estabilidad serio” que implicó “una reforma estructural importante y un cambio de régimen”, como lo fue el plan de Convertibilidad aplicado por Carlos Menem y su ministro Domingo Cavallo a comienzos de la década del noventa del siglo pasado. 

Fueron mencionados como ejes de las políticas a implementar los siguientes: ajuste del gasto público y equilibrio presupuestario, reordenamiento y privatización de empresas públicas, revisar la dependencia de muchas provincias de los fondos nacionales, Banco Central independiente, ayuda social focalizada sin intermediarios, reforma laboral y un nuevo régimen cambiario y monetario.

La viabilidad política de avanzar en un programa liberal “disruptivo” que genere “cambios estructurales irreversibles”, en palabras de Melconian, depende de la “batalla cultural” que habilite socialmente dichas reformas. En ese sentido, señaló a favor del proyecto liberal que el actual gobierno haya aceptado la necesidad de conseguir un equilibrio fiscal, un ordenamiento de los planes sociales, reducir los subsidios tarifarios, entre otras medidas, en el marco del programa pactado con el FMI.

Este “blanqueo de los problemas macroeconómicos” dejaría sin "defensas morales" a quienes enfrentan un proyecto liberal, puesto que de esta manera ganaría consenso en la sociedad sin una oposición cultural real.

En esa batalla cultural también juegan a su favor, el paso del tiempo que deja atrás en la memoria de muchos que el plan de Convertibilidad generó hiperdesempleo e incremento de la deuda externa insostenible. Muchos parecen olvidar o desconocen por su juventud, que este esquema económico sucumbió en el marco de una crisis bancaria donde la población vio incautados sus ahorros, mientras se sucedían saqueos a lo largo y ancho del país. 

Tan importante como la desmemoria para la victoria cultural del liberalismo es la falta de implementación de un programa de estabilización de precios heterodoxo efectivo. Este no animarse a intentarlo característico del gobierno de Alberto Fernández termina dejando la puerta abierta para que, en nombre del combate a la inflación, el establishment edifique las bases de un país para pocos.

 

@AndresAsiain