Los casos de dengue aumentan a diario y en los países donde ya es un mal endémico sueñan con una vacuna que sea escudo contra una enfermedad que mata al 2,5 % de los hospitalizados con un cuadro grave, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Cuba está en ese camino con dos formulaciones efectivas en fase de estudio preclínico.
Las pruebas, desarrolladas por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, inducirían la respuesta inmunológica celular contra los cuatro serotipos del virus del dengue.
“El candidato vacunal contra dengue que estamos desarrollando en el CIGB Cuba está basado en proteínas recombinantes: una plataforma tecnológica muy segura. Tenemos un candidato tetravalente, basado en proteínas de los cuatro virus del dengue, que estamos evaluando en este momento”, precisó Gerardo Guillén, director de Investigaciones Biomédicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).
Una vacuna compleja para cuatro serotipos distintos
"Se trata de una vacuna compleja porque el dengue tiene cuatro serotipos y hay que inmunizar contra cada uno de ellos al mismo tiempo para lograr la efectividad del producto", precisó el científico del CIGB. Es que enfermarse de uno de los cuatro puede convertirse en una condena, pues el siguiente contagio supone desarrollar una sintomatología más fuerte que la primera.
"Cuando te infectas con un serotipo, quedas protegido de por vida de ese serotipo. Pero no contra los otros. Con los otros sucede lo contrario: quedas sensibilizado", indicó. "Muchas veces esa primera infección pasa desapercibida. Pero es en esa segunda picadura de mosquito en donde se esconde la amenaza real. Esto se conoce como inmunoamplificación. Tu sistema reconoce al segundo virus, pero no lo neutraliza. Lo que hace es unirse (a él) y llevarlo a las células, en donde se va a multiplicar", agregó.
Guillén enfatizó que esta naturaleza tan particular del dengue hace que se corra el riesgo de que el remedio sea peor que la enfermedad. "Lo mismo que hace la enfermedad natural (que un primer contagio haga que el segundo sea mucho más dañino) puede pasar con la vacuna (...) (en ese supuesto) es mejor no haber sido vacunado", explicó. En otras palabras, solo serviría la inoculación si es que el vacunado ya pasó antes por la enfermedad.
Ya existe un precedente. En 2017, Filipinas dejó de administrar la vacuna Dengvaxia, de la francesa Sanofi Pasteur, tras registrar la muerte de menores con casos graves. Sin embargo, también hay casos exitosos. En marzo, Brasil aprobó el registro de la tetravalente de la farmacéutica japonesa Takeda, con 80 % de efectividad y que cuenta con el visto bueno de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). En Argentina, la vacuna japonesa está en estudio aún en el ANMAT.
Esperanza cubana
Según explicó Guillén, Cuba busca hacer la vacuna de otra manera. Y, agrega, es el único país que lo está intentando por esa vía. En lugar de utilizar la proteína que se encuentra en la membrana del virus, los científicos insulares experimentan con sus proteínas no estructurales (que codifican los genes del virus).
El científico sostuvo que lo que buscan es que la vacuna fortalezca la respuesta celular de la persona que la recibe y no la de sus anticuerpos. De esta forma, según esperan que se compruebe en el laboratorio, se podría evitar la"inmunoamplificación" que hace tan difícil la vacuna contra el dengue.
"El objetivo es que esa respuesta celular sea suficiente para proteger (de los cuatro serotipos). Vamos a tener una garantía de seguridad, pero queda por demostrar si vamos a tener la eficacia suficiente para proteger de la enfermedad", advirtió.
Actualmente, los cubanos están probando dos formulaciones distintas en monos. Lo que intentarán descifrar es cuál será la "finalista" que pase a una siguiente etapa meses más adelante.
El director de Investigaciones Biomédicas del CIGB aclaró que la vacuna -aun en caso de que nada falle- no llegará este año: "Los procesos serían más rápidos sin las trabas que suponen las sanciones de EE. UU. contra la isla, que dificultan cosas tan simples como conseguir equipos o haces transferencias bancarias a intermediarios para adquirir insumos", resumió.