Un juicio ético popular se realizará el miércoles próximo, en el Espacio Cultural Universitario (ECU, San Martín 750) de la Universidad Nacional de Rosario, por el femicidio de la militante feminista y comunista María Florencia Gómez, ocurrido el 12 de octubre de 2020, en San Jorge. Florencia era referente de Género del Partido Comunita de Santa Fe y es esa fuerza la que impulsa esta acción. "No nos limitaremos a reclamar justicia: el Partido Comunista acusa al Poder Judicial santafesino de cómplice y responsable de la impunidad sistemática que otorga al crímen organizado”, invitan las y los militantes comunistas al encuentro con personalidades reconocidas del ámbito jurídico, las comunicaciones, con activistas sociales y políticos, y familiares de víctimas de femicidios.

María Florencia Gómez fue brutalmente atacada, violada y asesinada y hasta la actualidad, el Poder Judicial no ha encontrado ni trazado una hipótesis que se acerque a conocer qué le pasó a Florencia aquella tarde cuando salió a caminar.

En el juicio ético y popular, sus compañeros de militancia buscan "problematizar el accionar corriente de las policías, fiscalías y el conjunto de instituciones estatales que intervienen en este tipo de crímenes". Y desde la sentencia del juicio ensayarán respuestas para que la Justicia sea reformulada, que haya profesionales capacitados para investigar con perspectiva de género y se pueda avanzar en erradicar estas violencias estructurales.

Desde el momento en el que Florencia fue encontrada muerta en un camino rural por el que acostumbraba caminar, desde el PC subrayan que se trató de "un femicidio político" y argumentan que "la lucha feminista de Florencia Gomez fue efectivamente una amenaza enorme para los sectores concentrados y profundamente mafiosos del pueblo de San Jorge y de todo el cordón de San Martín. Abolicionista y profundamente solidaria, Flor pudo tenderle una mano compañera a muchas personas que se encontraban en situaciones económicas de extraña urgencia, o que estaban atravesando relaciones violentas, o que en su vida las habían hecho sentir insignificantes, inútiles. Estas personas son las principales víctimas de las redes de trata, que se presentan como una solución cuando en verdad lejos está de ser una forma de emancipación de las mujeres". 

Para las compañeras de Florencia, "con la connivencia policial, política y del poder judicial, el caso de Flor lleva 2 años de impunidad".