Desde Santa Fe

La confesión de un arrepentido y el peritaje del teléfono de uno de los condenados por el homicidio del empresario Hugo Oldani en febrero de 2020 resultaron pruebas clave para descubrir otra célula de una banda mixta de comisarios y su mano de obra que opera en Santa Fe desde 2012, hace diez años, según reveló ayer la fiscal de Delitos Complejos, Laura Urquiza. El juez Nicolás Falkemberg ordenó la prisión preventiva de cinco de los investigados en la causa: los comisarios Gabriel Lemos (de 41 años) y Leonel Almada (47), el subcomisario Maximiliano Morgans (43) y dos cómplices: Andrés Kaipl (32) y Alejandro M. de 53 años por supuesta “asociación ilícita” y “robos calificados”, entre otros hechos. Kaipl (32) es el relacionista publico que hizo inteligencia previa al asesinato de Oldani y desde el 23 de marzo cumple una condena a 22 años de prisión como “partícipe secundario” del crimen. Desde enero está preso otro comisario, Sebastián Palavidini, por el copamiento de la Subcomisaría de Arroyo Leyes, en noviembre de 2022. Urquiza dijo que la “conexión” con el caso Oldani -por ahora- es porque Kaipl participó en los dos hechos. “La pericia de su celular en la causa por el homicidio sirvió para estructurar la asociación ilícita” y “reveló que tenía conversaciones con policías que hoy están detenidos”. "Operaban en forma muy descarada", reveló la fiscal.

El Ministerio Público imputó a Lemos y Morgans como “organizadores de la asociación ilícita” y al comisario Almada, Kaipl y Alejandro M. como “miembros” de la banda. Los cinco son investigados por presuntos “robos calificados”. En la audiencia, Morgans y Kaipl aceptaron la prisión preventiva, mientras que la defensa de los otros tres propusieron medidas alternativas, sin éxito.

Urquiza dijo que las “evidencias recolectadas” hasta ahora permitieron acreditar tres hechos ocurridos en los últimos tres años, pero que según la confesión del arrepentido –que participó en el copamiento de la Subcomisaría de Arroyo Leyes- “estas personas actúan de manera conjunta al menos desde el año 2012 hasta ahora”.

-¿Una banda de policías que opera en Santa Fe desde hace diez años? –le preguntó un colega de LT10.

-Exactamente –contestó la fiscal. “Hemos podido acreditar hechos concretos de robos que cometieron en 2020, 2021 y 2022. Pero un declarante (arrepentido) reveló que esta situación comienza en 2012 y brindó datos, información concreta de otros hechos en la que operaron en forma conjunta. Por ahora, se imputó a la banda hechos a partir de 2020, pero los vínculos comienzan desde hace bastante tiempo atrás”.

La fiscal dijo que los jefes policiales manejaban “información privilegiada” y ocupaban cargos relevantes en la Unidad Regional I de Santa Fe. “Dos de ellos eran comisarios supervisores, que es una jerarquía superior a la de comisario. Y otro es subcomisario”. Estuvieron al mando de las comisarías de San José del Rincón, Recreo y la Cuarta de Santa Fe, fueron jefes de zona. “Y el que fue detenidos en enero, que forma parte de esta asociación ilícita, era jefe del Centro de Monitoreo Municipal”, reveló la magistrada. “Son cargos en los que tenían un gran manejo de información, de la vida de los vecinos, de la estrategia y logística la ciudad para evitar robos, pero todo eso lo ponían a disposición de lo contrario: de más inseguridad”.

-¿Cómo se vincula con el caso Oldani?

-La vinculación surge porque un integrante de esta banda (Kaipl) –dijo Urquiza- fue condenado por el homicidio” del empresario que operaba una cueva financiera. “La conexión es porque se trata de la misma persona, por el momento. La pericia de su teléfono celular en la causa por el homicidio (de Oldani) sirvió como base para estructurar la asociación ilícita. Tenía conversaciones con los jefes policiales que hoy están detenidos.

-Usaban su condición de policías: el uniforme, la placa, el arma reglamentaria, la frecuencia policial, los vehículos de la fuerza.

-Exactamente –respondió la fiscal Urquiza. Y reveló tres hechos:

*El 20 de agosto de 2021, en otro robo en el distrito de Los Zapallos, en la zona costera, los fiscales detectaron –por las atenas de geolocalización- la presencia de dos comisarios: Almada y Lemos. Almada había sido jefe de la comisaría de San José de Rincón hasta el día anterior. El 20 asumió al mando de la Comisaría Cuarta de Santa Fe. Sin embargo, alrededor de las 20, se presentó en la comisaría de Rincón y se llevó una camioneta que utilizó para “buscar a los integrantes de la banda. Los esperó. Y después del golpe subió en el móvil y los trajo a Santa Fe, a sus domicilios particulares”, relató la fiscal.

*En marzo de 2022, en un asalto en la zona rural de Recreo operaron cuatro integrantes de la banda, entre ellos Morgans y otro policía que está prófugo. Simularon un allanamiento, apresaron al dueño de casa y lo dejaron en un descampado. Lemos era el jefe de la comisaría de Recreo, la fiscal dijo que no había estado en todo el día, pero llegó justo para liberar la zona. “Les brindó a los otros integrantes de la banda la tranquilidad suficiente para que actuaran” sin problemas.

*En noviembre de 2022, en el copamiento de la Subcomisaría de Arroyo Leyes, por el que es investigada la primera célula de la banda, vestían uniformes policiales, no sólo los policías, también los civiles. La fiscal dijo que hay tres prófugos, dos por el copamiento y otro por los delitos que imputaron esta semana.

-¿Han tomado dimensión de los hechos?

-No hemos tenido presiones externas. Por supuesto, tenemos dimensión de la gravedad de los hechos. Son jefes policiales, con jerarquía y altos cargos que cometían estos hechos en forma tan descarada. Utilizaban los medios que les proporciona el Estado para brindar seguridad a los santafesinos y santafesinas y ellos los usaban para la seguridad a la propia banda. Es muy grave. Es un caso muy importante”, concluyó la fiscal.