El Gran Pez es el nombre de una película de Tim Burton, pero también de una librería marplatense orgullosa de su origen costero. Su ubicación en el corazón de la ciudad le hace justicia: San Luis al 2100, a cincuenta metros de la avenida Colón y a ocho cuadras del Casino y la Rambla. Ganadora del Premio a la Librería de la Feria de Editores en 2021, impulsan a la manera malabarística de las librerías modernas aún más que vender libros, y ofrece ciclos y talleres de lecturas, música, teatro y pintura.
En estos días, la popular librería y centro cultural fundada en 2017 sumó otra insignia al convertirse en sello editorial con la novela “Todos se escondieron ya”, del autor encubierto bajo el seudónimo Yuri V, que inaugura la colección La novela del verano. Mar del Plata es, una vez más, la ciudad elegida para que tenga lugar el relato: historias cruzadas se conectarán al viajar todos los personajes a la Costa Atlántica.
"Nosotros tenemos nuestra comunidad local, y después tenemos nuestra comunidad turista. El premio de la FED nos puso en el circuito turístico, mucha gente viene a Mar del Plata y se da una vuelta por nuestra librería. Entonces nos parecía que situar la colección en nuestra ciudad iba a funcionar, y funcionó", afirma Esteban Prado, editor, librero y fundador de la librería.
A pesar de que los marplatenses pueden renegar de su identidad de ciudad costera y turística, El gran Pez utiliza a su favor su identidad de destino costero. "Hay como un clima del marplatense típico de que llega la temporada y nos quejamos, llegan los turistas y nos quejamos. Pero desde la librería lo vivimos de otra manera. Nos gusta que la gente venga a conocer, nos encantan los turistas. Nos sentimos cómodos con ser una librería marplatense", afirma.
"Nosotros reivindicamos la ubicación geográfica: el centro. A veces al marplatense le parecen mersas esas cosas que nos dan nuestra identidad, el centro, los lobos. Ahora los vecinos nos dicen "nunca vengo al centro, ahora porque está la librería"", afirma Esteban.Tienen planes de mudarse pero no abandonarán el barrio: su nuevo local es a dos cuadras, más al centro y más tradicional todavía. Se trata de una casa antigua de 1926 que adquirieron y por la que están muy emocionados de abrir.
Antes de ser librería, fueron tres editoriales: Puente aéreo, Letra sudaca y La Bola. Hasta ahí, simplemente vendían sus libros de forma virtual, o en las ferias de editores. Hasta que en 2020 se lanzaron al mundo físico decidiendo montar una librería que cuando llegó el ASPO no había llegado a ver la luz del sol. En marzo, ni siquiera habían terminado de hacer la mudanza al local.
"La terminamos medio clandestinamente, con toda la incertidumbre de habernos activado la tirita de crecer con un panorama. No solamente en lo comercial, en la vida en general. No sabíamos muy bien a dónde íbamos a parar", afirma. La pandemia los obligó a reinventarse, pero lo que los salvó fueron sus clientes.
"Reforzó la relación con nuestra gente. Los que tenían laburo venían a comprar. Ni siquiera conocidos, conocidos que se hicieron habituales por venir a la librería. La gente nos apoyó mucho", afirma.
Lo cierto es que aunque la pandemia trajo horror para muchos, el sabor agridulce está presente en que las librerías pudieron sobrellevar. "Las librerías sobrevivimos gracias a que la gente se volcó mucho a la lectura, al no tener muchas actividades para hacer claro, como mucha gente, como que redescubrió, tuvo más tiempo para leer. Y eso estabilizó mucho", afirma.
Ahora, gracias a esa leal comunidad de clientes, pueden devolverle literatura propia en forma de localidad, reivindicando la tradición de vacacionar en la costa. Sin embargo, el misterio está en quién es el autor detrás de la novela firmada con el seudónimo Yuri V.
Esteban cuenta que el anonimato lo trajo el autor, y después de analizarlo mucho lo aceptaron. "Una vez que lo aceptamos dijimos apostemos a este juego. Nos pasó que nos rebotaron muchas notas o reseñas por no tener una cara, una foto y una firma. Pero se presta a un montón de juegos. Nos gustaba arrancar la colección con un anonimato, tener una puesta distinta. Hoy se piensa al autor muy en esos términos, de figurar, de hacer prensa. Pero queríamos pensar un poco en la confianza sobre la novela, de leer igual aunque no sepamos quién la escribió", afirma.
Pero, ¿existe realmente Yuri V? En la solapa de su novela puede leerse bajo la biografía de autor: "Desde El Gran Pez -guardianes del secreto- sabemos en qué laboratorio literario trabaja Yuri para crear su obra, sabemos de qué experimentos surgió la novela, quiénes fueron los primeros en leerla y quiénes fueron los primeros en hacerla circular con devoción. Todo lo sabemos. A nadie nada nunca diremos".
Por supuesto, le pregunté a Esteban si era posible hacer aparecer la voz de Yuri en la nota. Misteriosamente, me mandó un link donde uno puede escribirle a Yuri, que, receloso, no quiere ni que su voz se conozca. Solo a través de las palabras, ofrece el siguiente sistema:
* El día 30 de cada mes Yuri responde las consultas existenciales que le lleguen. Menos en febrero, claro, mes en que Yuri descansa.
* Recuerde que Yuri V es un ser susceptible, modesto, incapaz de ser el centro de luz y responder preguntas personales.
* Para hacerle llegar su respuesta, Yuri le pide un dato, su correo electrónico.
* Por último, cada palabra que usted escriba en estos formularios puede ser incorporada a futuras obras de Yuri V. Es una advertencia del buffet de abogados de El Gran Pez.
Jugando al juego que Yuri propuso (y con la esperanza de que algo de esta nota forme parte de la próxima obra de Yuri), a continuación se encuentra nuestra entrevista. A pesar de que intenté hacerle la mayor cantidad de preguntas que obviasen sus datos personales (excepto la última), Yuri me dejó saber solamente lo que él quiere que se sepa: se piensa y se autopercibe, marplatense.
--¿De dónde surgió tu relación con la escritura y la literatura?
--Es inútil negarlo, qué otro lugar que la Escuela Primaria N° 6 de Mar del Plata. Uno siempre se quiere inventar la excepción, una iniciación especial. Pero en la escuela empieza casi todo. En mi casa entrené la oreja, tenía un tío que se anotaba chistes verdes y los iba soltando según la ocasión. Mis primas mayores y sus amoríos, las penas y el duelo de veinte años de mi abuela, todos cuentos y cuentos y cuentos. Después vinieron los años de viajante y la compañía de la lectura para mitigar la soledad. De grande, los talleres, pasé por muchos talleres.
--¿Por qué situar la novela en Mar del Plata? ¿Cuál es tu relación con la ciudad y la costa?
--Porque no tengo imaginación espacial. Nunca podría escribir esas novelas que transcurren en lugares exóticos o inventados. Pero, además, porque para mí no es lo mismo. Pasé los 90 subido a un Volkswagen Gacel haciendo el interior de la provincia, podría escribir algo sobre eso. Soy de la vieja escuela, necesito conocer los olores para poder escribir. Después, con la trama, hago cualquier despelote, pero no es lo mismo los matices que encuentro al hablar sobre una ciudad o una calle o una orilla por la que pasé miles de veces, lugares que evocan sentimientos que uno tiene guardados no sabe dónde pero se vienen encima al decir, por ejemplo, Corrientes y Moreno.
--Tu novela tranquilamente podría enmarcarse en el género de la ciencia ficción. ¿Qué significa la ciencia ficción y los extraterrestres para vos? ¿Cuál es el valor de ese género hoy en día?
--La ciencia ficción es un género que admiro, que me divierte y que nunca podría llevar adelante como corresponde. La vida fuera de la Tierra me intriga, aunque no soy de esos que andan justificando la existencia extraterrestre con un silogismo raro que dice que en un universo tan grande no podemos ser los únicos. Para mí, los extraterrestres son una fuente de curiosidad y de entrenamiento en la diplomacia. Imaginese qué distinta hubiera sido la llegada de Colón si en vez de leer novelas de matamoros y de cazadores de dragones, hubiera visto ET cuando era chico. En cuanto al valor, no sabría responderle. Hay mucha gente que ve a la ciencia ficción como antes iba a leer el diario, para entender algo de lo que pasa en el mundo.
--¿Por qué te ocultas detrás de un seudónimo? ¿Te da miedo que eso subestime tu literatura? ¿O te emociona que la haga más grande?
--Es difícil pasar desapercibido. En mi literatura se filtran intimidades, soy un traficante de chismes, y los que conocen mi nombre irían a comprar la novela y después vendrían a casa a golpear la puerta para que les rinda cuentas. Por ese lado, quedo protegido. En cuanto a la lectura, sí, mejor Yuri V para Antonio García. Me entusiasma. Además, creo que le da su toque cuando se entiende por qué elegí ese nombre.
--¿Por qué la advertencia apenas empieza la novela de que lo que a continuación leeremos se trata de una historia real?
--Eso estuvo en duda hasta último momento. Es mentira, creo que queda claro enseguida. Pero me encanta el impacto. Era indispensable aclarar que todo sucedía en marzo del 2020, justo antes de las medidas de encierro. Me hacía gracia que después de la montaña rusa de la novela, las lectoras pensaran: qué loco, ahora a estos tipos se les viene la pandemia. Lo de "una historia real" es un homenaje los Coen, gente que
quiero mucho.
--El título hace eco en una canción de Él mató a un policía motorizado. ¿Son pistas que dejas para que te encontremos en alguna franja etaria?
--Son las pistas de aterrizaje de un ilusionista.