Las ocho organizaciones sindicales movilizadas contra la reforma jubilatoria en Francia apostaron por una gran participación ciudadana en la protesta de este jueves, la undécima contra esa reforma, al término de la improductiva reunión celebrada con la primera ministra Élisabeth Borne. Francia registra un fuerte conflicto social desde enero por la reforma del presidente Emmanuel Macron para retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030, y adelantar a 2027 la exigencia de aportar 43 años para cobrar una pensión completa. Ante el temor a perder la votación en el Parlamento, Macron decidió a mediados de marzo adoptarla por decreto, una decisión que radicalizó las protestas.
"No hay otra salida que retirar el texto"
"Tenemos que ser muy numerosos mañana para exigir el retiro de esa reforma injusta y llevar la movilización hasta el final, hasta que el gobierno entienda que no hay otra salida que retirar el texto", declaró la nueva líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, al término del encuentro. La reunión entre la intersindical y el Ejecutivo, celebrada en el Palacio de Matignon, resultó ser un "fracaso" según los sindicatos.
Los líderes sindicales indicaron que, además de la retirada de la reforma, pidieron explicaciones a Borne sobre "la violencia policial" que hubo en las últimas protestas, en alusión a la movilización ecologista de Sainte-Soline el 25 de marzo o a la de París del 23. La reunión con Borne apenas duró una hora porque los dirigentes de los sindicatos se levantaron de la mesa después de que Borne confirmara que no iban a retirar la norma. "La primera ministra ha dicho que quiere mantener su texto, una decisión grave", dijo Cyril Chabanier, presidente de la Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos (CFTC).
Después de que los sindicatos detallaron su versión, Borne compareció ante los medios para intentar mostrarse conciliadora, a pesar de los nulos avances, e insistió en la importancia de la reforma aprobada, con la que el Ejecutivo calcula que equilibrará el actual déficit del sistema de pensiones. "Hay muchos temas sobre los que coincidimos en que son importantes y de los que podremos discutir posteriormente", dijo la jefa de gobierno nombrada por el presidente francés, Emmanuel Macron.
"Ponga los pies en la tierra"
Sin embargo, las organizaciones de trabajadores acusaron al Ejecutivo de vivir en una realidad paralela. "El mensaje que enviamos es que ponga los pies en la tierra y mire lo que pasa en el país", remarcó Binet, cuya organización, la segunda en número de afiliados, está sido especialmente combativa contra la reforma. La sindicalista criticó también la estrategia del "divide y reinarás" que estima que lleva a cabo la administración de Macron.
"La intersindical (que agrupa a los ocho sindicatos contra la reforma) sigue unida y lo seguirá hasta el final", advirtió Binet. El secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, constató que la oposición a la reforma está lejos de perder fuerza y urgió a que "haya el máximo de trabajadores y de ciudadanos en las manifestaciones del jueves".
Los sindicatos responsabilizaron al Ejecutivo de un hipotético aumento de la violencia en las protestas, ya que consideran que no escucha al 70 por ciento de los franceses que se oponen al aumento de la edad de jubilación, según los sondeos. Además, los sindicatos fueron más allá al tratar de influir en el Consejo Constitucional, al que pidieron "responsabilidad" ante su esperada decisión del próximo 14 de marzo, que debe validar o no la ley, en lo que puede marcar un nuevo punto de inflexión en la crisis de las pensiones.
Para las centrales sindicales el órgano de interpretación de la Carta Magna, presidido por el antiguo primer ministro socialista Laurent Fabius, debe "ver que nuestra democracia necesita calma" luego de casi tres meses de protesta social. A la espera de una decisión en el Consejo, el gobierno intenta cambiar de página con nuevos proyectos como una nueva ley del Trabajo, que la primera ministra quería discutir este miércoles con los líderes sindicales. Sin embargo, las centrales dijeron a la prensa que no están dispuestos a abordar nuevos temas mientras no se retire la ley de las pensiones.
Siguen las protestas
En la víspera de la undécima movilización, a las puertas de las fiestas de Pascua en Francia, está previsto un dispositivo policial robusto, aunque algo menor que en otras citas. Se desplegarán en el país 11.500 agentes, de los que unos 4.000 estarán en París. Varios manifestantes colgaron este miércoles una pancarta en contra de la reforma jubilatoria de Macron en lo alto del Arco del Triunfo de París, una protesta que obligó a cerrar el monumento durante una hora.
Los trabajadores convocados por la sección de cultura de la CGT colgaron el cartel en lo alto del Arco del Triunfo en el que se leía el lema principal de las protestas contra la reforma de las pensiones: "64 c'est non" (No a los 64 años). La referencia es al retraso de la edad mínima de jubilación que establece la nueva ley, de 62 a 64 años. Los trabajadores bloquearon el monumento, en pleno centro de los Campos Elíseos, desde las 11 hasta las 12 horas, momento en que se anunció su reapertura.