Menos de 24 horas después de que lo procesaran por 112 secuestros y 23 homicidios, el exjerarca de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) Patricio Finnen recibió una noticia promisoria: la Cámara Federal porteña le concedió el arresto domiciliario. El espía saldrá de la Unidad 34 de Campo de Mayo, donde estaba detenido por orden del juez Daniel Rafecas, tan pronto como le asignen una pulsera electrónica para monitorear sus movimientos.
La decisión de mandar a la casa a Finnen fue tomada por los camaristas Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens. Si bien el Servicio Penitenciario Federal (SPF) había dicho que tenía la capacidad de atender a Finnen por sus dolencias, Bruglia y Bertuzzi entendieron que su edad --71 años-- resulta ser una "circunstancia que por sí sola lo coloca en una situación altamente riesgosa en cuanto a su estado físico".
Rafecas deberá disponer que vuelva a su casa cuando le asignen un dispositivo de geolocalización. Finnen vive en una casona en la zona de Castelar con su esposa y, según dijo en su pedido de domiciliaria, suele cuidar de sus nietos.
Finnen entró en la SIDE en 1974. Según reconstruyeron en el juzgado de Rafecas, en 1976 estuvo destinado a los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio Bacacay y Automotores Orletti. Un sobreviviente dijo que uno de los guardias se apodaba "Paddy", el sobrenombre por el que es conocido Finnen.
Durante la democracia hizo carrera en el organismo de inteligencia. Antes del atentado a la Embajada de Israel, él era el único agente que la SIDE había desplegado en territorio israelí. Fue el creador de la Sala Patria, que se dedicó a la recaptura de Enrique Gorriarán Merlo y a la investigación del ataque contra la AMIA. Fue juzgado por el encubrimiento, pero absuelto por el Tribunal Oral Federal 2. Su situación está pendiente de revisión en Casación.