La irrupción de la policía israelí en el interior de la mezquita Al Aqsa de Jerusalén, lugar sagrado para los musulmanes, para desalojar a "agitadores” elevó la tensión en Oriente Medio, dio lugar a cruces entre palestinos e israelíes y fue repudiado desde distintos ámbitos y países.
El movimiento islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, denunció un "crimen sin precedentes" y apeló a los palestinos de Cisjordania "a acudir en masa hacia la mezquita Al Aqsa para defenderla".
"Hezbolá denuncia enérgicamente el asalto de las fuerzas de ocupación israelíes a la explanada de la mezquita de Al Aqsa y sus agresiones a los fieles", afirmó la formación chiita en un comunicado este jueves.
La organización proclamó “su total solidaridad con el pueblo palestino y los movimientos de resistencia (a Israel)” y afirmó que estará a su lado para todas las medidas que tomen a fin de proteger a los fieles y la mezquita de Al Aqsa, y disuadir al enemigo de proseguir sus agresiones".
Israel recibió numerosas condenas internacionales después de que la policía interviniera la madrugada del miércoles para desalojar violentamente a fieles palestinos de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, el tercer lugar santo del islam.
La intervención de los agentes antidisturbios israelíes se saldó con 350 detenidos, según la policía, y con 37 heridos, de acuerdo con el balance de la Media Luna Roja palestina.
El templo de Al Aqsa se encuentra en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, el sector palestino de la Ciudad Santa ocupado por Israel desde 1967 y anexionado.
La Explanada está construida asimismo sobre lo que los judíos llaman el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo.
La incursión israelí se produjo cuando los musulmanes celebran el mes de ayuno del ramadán. Al mismo tiempo, los judíos empezaron el miércoles por la noche a celebrar la Pascua, en un clima especialmente tenso entre israelíes y palestinos desde el inicio del año.
El ejército israelí aseguró haber interceptado un cohete lanzado desde Líbano en respuesta a su incursión en la mezquita de Al Aqsa.
En las ciudades de Shlomi y Moshav Betzet, así como en la región de Galilea, en el norte de Israel, sonaron sirenas de alarma, añadió el Ejército de Israel.
Nadie reivindicó el ataque de momento y la última vez que se lanzó un cohete desde Líbano hacia Israel fue en abril de 2022.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, está recibiendo "actualizaciones continuas sobre la situación de la seguridad y llevará a cabo una evaluación con los jefes de los cuerpos de seguridad", señaló su gabinete.