Hace unos años era impensable que un ascensor pudiera funcionar con un mecanismo que no requiriera de engranajes y poleas. Ascender y descender a través de un tubo transparente que utilizara los principios del aire y el vacío solo parecía posible en Los Supersónicos, la célebre serie animada de William Hanna y Joseph Barbera sobre una familia futurista del 2060 que vivía en una casa robot moderna y eficiente. Sin embargo, por fortuna, no hizo falta esperar tantos años para que esta idea se convirtiera en realidad.
En 1994, un abogado y aficionado del rugby de Paraná puso en marcha una empresa que, tras años de intentos, desperfectos y ajustes, logró fabricar un ascensor diferente a los ya conocidos, en apariencia similar a los vistos en la ciencia ficción, pero con un funcionamiento realista y original.
Son ascensores que se mueven con la fuerza del aire y del vacío: los pasajeros viajan en una cabina a través de un cilindro trasparente de un piso a otro, con una visión panorámica 360º. Además de su atractivo diseño y singular funcionamiento, son ecológicos y poseen muchos beneficios para las personas mayores o con movilidad reducida.
"Mi papá intentaba ver la realidad un poco más allá que el resto", contó a Página|12 Maitane, hija de Carlos María Ascúa, creador y fundador de Elevadores Neumáticos S.A (ENSA), la compañía que revolucionó el transporte vertical para casas familiares.
Una idea loca, un galpón y un largo camino
El germen de todo fue una idea que, para la mayoría de las personas, podía sonar como un disparate. Maitane cuenta que, en los noventa, Carlos Sors, un inventor paranaense, le golpeó la puerta a su padre —abogado de profesión y exjugador de rugby—, para transmitirle una idea original. "Se trataba de una máquina que a través del vacío generaba la elevación de la cabina (del ascensor). Era una idea muy loca, que a papá le pareció fantástica", recuerda la joven.
Ascúa, que no tenía conocimientos en ingeniería o física, quedó fascinado. Compró la idea y junto con su esposa, Patricia Popelka, comenzó un largo camino hasta transformar aquella "idea loca" en el primer prototipo de ascensor neumático.
"Todo arranca en un galpón, acá en la ciudad de Paraná, de la mano de tres operarios. En un proceso de prueba y error, que duró casi siete años, estuvieron dedicados al desarrollo del primer elevador que funciona con este sistema innovador de succión de aire”, precisó la joven, que a su vez es coordinadora general de ventas de la compañía familiar en Argentina y Latinoamérica.
El primer elevador neumático por vacío se instaló en la casa de los padres de Carlos. Ya funcionando, su esposa se puso como objetivo vender al menos un ascensor en el año. "No lo pudo cumplir", recordó Maitane.
"Así empezaron: a fuerza de mucha voluntad, mucho pulmón, con objetivos muy llanos que fueron creciendo poco a poco", contó. La idea estaba, el producto funcionaba, pero faltaban compradores. Este panorama, contó Maitane, hizo que su padre saliera "a buscar compradores de pantentes por el mundo". Y los consiguió.
Industria argentina: de Paraná al mundo
"Con esta idea ya desarrollada, con un prototipo listo, y con el afán de buscar financiamiento, sale al mundo a vender la patente, y logra este cometido en Francia. Eso es lo que les permite seguir en este desafío de generar una empresa sustentable", reveló Maitane. En 2003, Carlos Ascúa logró la homologación con el sello UL para su comercialización en Estados Unidos y se dispararon las ventas en ese país.
Desde su fundación, y a partir de que logra entablar relaciones comerciales con figuras de la industria de Estados Unidos, ENSA comenzó a experimentar un crecimiento exponencial de ventas y una importante expansión en el país nortemaericano.
Con el tiempo, la empresa paranaense obtuvo el sello de comercialización CE y se instaló también en España, Portugal, China y Emiratos Árabes, y además, se convirtió en líder del mercado de producción de elevadores sustentables y tecnológicos a nivel nacional y latinoamericano. Según sus registros, llevan instalados más de 20.000 ascensores en todo el mundo.
“El número local de ventas en Argentina es muy bueno, pero si lo comparamos con el desarrollo comercial que conseguimos en Miami y España, estamos por debajo. De igual manera estamos buscando ampliar ese porcentaje. Hasta hace unos años, el 95 por ciento de los equipos iban para afuera, y un 5 por ciento quedaba acá en Argentina y Latinoamérica”, sostuvo.
El motivo que frena el asentamiento comercial de los elevadores en suelo argentino es "la homologación del equipo, que en Argentina se trata a nivel municipal", afirmó Ascúa.
El futuro llegó hace rato: un ascensor sustentable que carga hasta 225 kilos
Los equipos que fabrica ENSA usan poca energía eléctrica: uno solo emplea 220 voltios (como un electrodoméstico) unicamente para el ascenso de pasajeros. Para el descenso, el consumo energético es nulo. Se considera de esta manera como un ejemplar de transporte vertical eficiente y ecológico.
Pero además de reducir los costos por consumo energético y ser muy modernos y atractivos por su diseño cilíndrico trasparente, que permite una visión panorámica 360º, lo que vuelve verdaderamente destacable a este ascensor 100% argentino es que, a diferencia de los convencionales, la cabina de pasajeros sube y baja gracias a un sistema que funciona principalmente con aire y vacío.
La compañía entrerriana produce tres modelos de elevadores: el primero, PVE30 750, tiene capacidad para una persona (120 kg), y puede realizar hasta cuatro paradas; el segundo, PVE37, puede transportar hasta 2 personas (200 kg), y realiza cinco paradas; mientras que el más grande de los tres, PVE52 1316, tiene lugar para tres personas (225 kg), y es apto para personas con movilidad reducida que utilizan silla de ruedas.
Por otra parte, no hace falta invertir en grandes obras de ingeniería para su instalación, como cavar una fosa o instalar una sala de maquinarias con lubricantes, poleas, engranajes, y otros elementos. Se tratan de modelos autoportantes, muy ligeros por sus materiales, que se colocan directamente sobre el suelo existente del hogar, y que no necesitan que se fijen a una pared o a algún refuerzo.
Cómo funciona un ascensor neumático por vacío
Casi tres décadas atrás, los fundadores pusieron en práctica la idea de fusionar los principios de la neumática y el vacío para dar lugar a la tecnología de su proyecto de asensor. Ambos fundamentos son diferentes pero están relacionados.
"La neumática es la tecnología que emplea el aire como modo de transmisión de la energía necesaria para mover y hacer funcionar mecanismos (...). Por otro lado, el vacío es la condición de una cavidad cerrada donde la presión de aire u otros gases es menor que la atmosférica", explica la compañía en su página web.
El ascensor consiste en un cilindro de aluminio y policarbonato en cuyo interior se desliza una cabina sellada, donde viajan los pasajeros. El principio es similar al de tomar mate, pero en vez de agua, sube una cabina.
Para transportarse a un piso superior, el pasajero necesita poner en marcha un motor ubicado en la parte superior del ascensor que succiona el aire que está por encima de la cabina. A medida que se genera el vacío y se reduce la presión atmosférica interior comparada a la exterior del policarbonato, la cabina es empujada desde abajo y se eleva lentamente. Al llegar a destino de ascenso, la cabina queda anclada.
En tanto, para bajar, el ascensor solamente abre una válvula que permite el ingreso del aire, que hace que la presión se balancee y que la cabina con los pasajeros descienda despacio. "Esto quiere decir que se usa la energía únicamente para el ascenso”, afirmó Maitane. En el interior de la cabina, la presión atmosférica donde viajan los pasajeros se mantiene siempre a un nivel normal y seguro.
"El consumo de energía es reducido en su recorrido de ascenso y nulo en el descenso", destacó. Además subraya que los elevadores "no requieren de aceites, grasas ni lubricantes perjudiciales para el medio ambiente".
Exposición Sello de Buen Diseño: cómo viajar en el ascensor del futuro
Elevadores Neumáticos S.A (ENSA), la empresa argentina que fabrica ascensores neumáticos por vacío, es decir, que funcionan principalmente con aire, vacío y escasa energía eléctrica, se presentará en la exposición anual de productos seleccionados en la convocatoria del Sello Buen Diseño argentino del año pasado, que se realizará entre el 13 y el 16 de abril en el Centro Cultural Kirchner (CCK) con entrada libre y gratuita.
Se trata de una gran oportunidad para que muchas personas puedan conocer y apreciar de forma presencial uno de los productos de sello nacional más innovadores, tecnológicos y sustentables que se desarrollaron en el último tiempo.
A través de la distinción del Sello Buen Diseño argentino, la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo busca fomentar y potenciar a todas las empresas y PyMES nacionales con distintas estrategias, a fin de promover su competitividad y productividad. La convocatoria de 2023 está vigente hasta el 15 de mayo.
En tanto, los creadores de estos ascensores dirán presente en la exposición que reúne a todos los ganadores de la distinción 2022 con uno de sus modelos más impresionantes, apto para transportar hasta dos personas.
El sistema neumático por vacío en Argentina: para qué y desde cuándo se utiliza
El sistema neumático por vacío con fines comerciales y comunicacionales es una tecnología que se utiliza desde hace tiempo: en Argentina se implementó por primera vez a principios del siglo XX, y quedó en desuso casi antes del comienzo del nuevo siglo.
Se lo conocía principalmente por el correo neumático, un sistema por el cual las cartas y los telegramas viajaban a una gran velocidad por largas distancias mediante tubos que estaban distribuidos por toda la Ciudad de Buenos Aires y que funcionaban a través de aire comprimido o por medio del vacío.
Es decir que, además de una red de subtes, la ciudad porteña esconde varios canales de tubos vacíos de hasta 60 kilómetros de extensión debajo de la superficie. Basta ver el ingreso a lo que era la estación central del correo neumático en la esquina de Rivadavia y Montevideo, sobre la Plaza del Congreso, para comprobarlo.
Negocios, bancos, empresas que necesitaban enviar con carácter urgente paquetes con dinero o correo y a distancias breves, apelaron gustosos al sistema de los tubos neumáticos. Sin embargo, en 1970 dejó de funcionar. Al día de la fecha, el sistema neumático por vacío para envíos se utiliza en algunas empresas o instituciones públicas y privadas, como hospitales.