La movilización del próximo 22 de agosto es lo único que la CGT tiene hasta ahora confirmado en su agenda. No será una jornada sencilla porque la conducción deberá llegar con algo más que un buen discurso. Hay por lo menos dos opciones, el anuncio de una convocatoria al Comité Central Confederal, el órgano de mayor representación de la CGT, que tiene la potestad para realizar medidas de fuerza o, como se reclamó en el plenario del viernes pasado, llamar a un paro el mismo día de la movilización. Sin embargo, hasta que llegue ese día la sorda interna por el control definitivo de la central obrera se está profundizando.
Hoy, los triunviros Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña volverán a verse después de la aciaga jornada del viernes pasado durante el plenario que se realizó en micro estadio de Ferro. La movilización es uno de los temas a discutir y sirve, de paso, para avanzar en el proceso de mayor reunificación que incluye el retorno del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), donde figura como principal dirigente el taxista Omar Viviani, y la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), cuya cabeza visible es el bancario Sergio Palazzo. Estos dos sectores comprometieron su presencia para el próximo 22 pero también pretenden que el acercamiento vaya más allá de esta acción directa.
No son los únicos. El moyanismo considera que la movilización puede servirle para su proyecto de terminar con el triunvirato. Ayer, el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, aseguró en una entrevista que tras de las elecciones la CGT “debe estar unificada y con un secretario general”. Luego dijo que el esquema de triunvirato “fue transitorio”. El propio Moyano dijo después que este próximo viernes su sector se reunirá con las 62 Organizaciones, que habían quedado bajo el ala del fallecido ruralista Gerónimo “Momo” Venegas. “La postura es confrontar contra un modelo económico que le está dando todo a los sectores que más han ganado”, indicó Moyano. Lo llamativo es que las 62 Organizaciones fueron más que simpatizantes del gobierno macrista, al menos durante la gestión de Venegas.
Estas declaraciones confirmaron lo que el sector de los Gordos, los gremios más importantes en cantidad de afiliados, venía advirtiendo sobre las intenciones del moyanismo. Ayer, por caso, en el gremio de la Sanidad se reunió un sector de dirigentes para analizar estos días por venir. No participaron los secretarios generales que responden al moyanismo y al barrionuevismo. En ese encuentro, los Gordos e independientes analizaron la estrategia para “frenar” a Moyano, a quien ven como la punta de lanza de un grupo que pretende un nuevo cisma en la central obrera.
Mientras todo esto se define, los días pasan y la movilización se acerca. Los triunviros en particular y el consejo directivo en general corren el riesgo de repetir la escena de marzo pasado cuando los militantes sindicales le exigieron la fecha de un paro general.