El presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo declaraciones contundentes este sábado analizando el presente de su gobierno, que carece de mayoría en el Congreso, obligándolo a construir una coalición mayoritaria en donde su fuerza política necesita de otras que no son tan progresistas y han estado ligadas al pasado institucional: "Considero que el radicalismo en sí mismo puede llevar a errores. En la tensión existente entre reforma y revolución, una reforma mantiene algunas cosas del pasado y provoca una ruptura hacia el futuro. Esa ruptura tiene que ver, en todas las reformas que he presentado, con la superación del modelo neoliberal. No se trata de abolir el mercado sino de quitar la preponderancia del mercado y poner la preponderancia en el derecho del ciudadano y la ciudadana”.
"Superar el modelo neoliberal"
En la entrevista con el programa de radio La Pizarra del Canal Red en España que le hizo el académico español Alfredo Serrano Mancilla, Petro agregó que las tres grandes reformas que impulsa, están vinculadas a las jubilaciones, la salud y el régimen laboral, apuntando a superar el modelo neoliberal: “Eso no es superar el capitalismo, es acompasarlo. Incluso he dicho desarrollarlo, porque en Colombia no tenemos el capitalismo desarrollado, es raquítico. Los grandes acumuladores de capital que hay en el país, lo hacen a costa del Estado con sus recursos". Esto habría generado que pusiesen al Estado a su servicio volviéndolo antidemocrático, quitándole el poder a la población y excluyéndola. "El régimen que sale de ahí es de profunda desigualdad social y de un raquitismo capitalista enorme”, dijo.
A esta situación, Petro lo considera “relaciones de producción premodernas”, algo que también ocurre con las tierras en Colombia: “prácticamente está en manos del feudalismo, y es otra de las reformas en curso. Tenemos 20 millones de hectáreas fértiles, que las poseen dos mil o tres mil personas y no tienen actividades productivas”. En ese sector terrateniente improductivo, la figura de Petro genera tensión: “ellos son los dueños de los medios de comunicación; entonces tengo una campaña diaria contra mí y sin embargo, el pueblo ha mantenido una mayoría conmigo, pero aún le falta movilizarse más. Esas reformas van a tener grandes problemas para construirse en la realidad, si el pueblo no se moviliza. Colombia tiene una experiencia balbuceante en la organización popular, muy fuerte en la indígena, sobre todo en el sur del país, y muy débil en las grandes ciudades. Estamos en un momento en el que están propuestas las reformas fundamentales, muchas tienen que ver con cambiar relaciones de producción, pero no podría asegurar que las vamos a pasar”.
La comunicación en el mundo digital
El análisis de Gustavo Petro derivó hacia las redes sociales y la comunicación digital, reflexionando que, en un principio, se las percibió como una posibilidad de “democratización de la información”, en el que el esquema de grandes medios fue perdiendo audiencia, ante unas redes sociales que abrían la posibilidad de “expresarse más libremente”, donde él fue precursor difundiendo sus ideas en redes. El problema, desde su óptica, sería que en Colombia la mitad de la población no está conectada a internet, no sólo por falta de infraestrucutra de conectividad, sino también por una cuestión de costos que no pueden afrontar en lo que hace a servicio telefónico y el acceso al celular. Y agregó que otro factor mundial es la apropiación de las redes: "los propietarios de cada plataforma son grandes acumuladores de capital, tienen ideología y actúan; entonces los algoritmos no son democráticos. Cuando te aparece una información, generalmente no es una información progresista. Y ya muchos filósofos han ahondado en esta materia y en la posibilidad de la manipulación, casi a individuo por individuo; esto abre una visión un poco más catastrofista del medio de comunicación, es decir, podría ser peor que el medio tradicional".
Por esto considera Petro que, lograr democratizar la web, amerita un gran debate público
mundial: nada ganaría la democracia si se pasara de un sistema de medios
tradicionales en manos de los grandes acumuladores de capital, hacia unos
medios de comunicación supranacionales en manos de los grandes acumuladores del
capital mundial.
La unidad latinoamericana
Petro dio su opinión sobre la integración latinoamericana, la cual ve como "más retórica que real; los europeos nos han enseñado cómo se integran: parten de proyectos muy concretos como el carbón y la economía fósil. Nosotros hoy no podemos integrarnos por la economía fósil, que es el petróleo y es abundante en América Latina. A mí me parece que ahí ha estado el error de Chávez; él creía en una integración alrededor de la cuestión energética como en Europa, pero en la economía fósil. Hoy no podemos pensar en un mundo basado en la economía fósil, eso nos ancla al pasado, a un viejo progresismo que ya no es y que nos podría dejar perfectamente en un gran fracaso en una o dos décadas, porque la supervivencia humana implica dejar la acumulación de capital fósil. Esto abre un escenario, pero aún no ha sido previsto, que es la integración de América Latina a través de las energías limpias, en unas economías descarbonizadas, que implica ligar redes eléctricas y redes de movilidad limpia".
Petro subrayó que hoy, casi no hay proyectos alrededor de estos temas en el surcontinente, donde existirían unas fuerzas centrípetas que se dispersan a partir de dos grandes economías de la región: México con el Tratado de LIbre Comercio (TLC) y Brasil, que se ha ligado más a los BRICS. En este contexto, la integración latinoamericana podría verse como algo pequeño, porque desde los ojos mexicanos y brasileños, juntarse con Ecuador o Colombia "puede no verse como una prioridad".
El potencial de las energías limpias
En la entrevista Petro dijo hay varios imperialismos en el mundo y no sólo el que se construyó en Estados Unidos: "A veces siento miedo cuando proyectos de izquierda deciden separarse de EE.UU. y entregarse al proyecto europeo o al chino. El tema ruso es importante, no se puede medir a Rusia por su pasado, ni el imperial ni el revolucionario. La Rusia de hoy es otra, tiene relaciones de producción capitalistas. A China hay que mirarla con más cuidado porque la desconocemos mucho, tiene un gran dominio de infraestructuras mundiales que la pueden convertir en un imperio".
El líder colombiano cree que el antiimperialismo hay que mirarlo de otra forma: "se trata de identificar cómo crece más el poder latinoamericano, cómo somos más poderosos para que no nos dominen los imperios. Por ejemplo, desde la perspectiva de la crisis climática, que es como he propuesto que se miren todos los problemas".
Según Petro, la Selva Amazónica le otorga un poder a Sudamérica, en relación a las nuevas tecnologías de las energías limpias como la solar, la hidráulica y la eólica: "hasta el día de hoy la región con más potencial para generar energía limpia es América Latina". Y el fuerte de esa demanda estaría en EE.UU. que necesita descarbonizarse. Ante la necesidad de la economía de dejar de consumir petróleo y carbón, al surcontinente le convendría evitar repetir el error de producir materias primas energéticas como carbón y petroleo, lo que impide la industrialización a nivel local.
Para el presidente de Colombia, "la discusión es cómo, desde la energía limpia, aparece la industrialización descarbonizada, que es lo que nos daría nuestro poder económico. Esta discusión la deberíamos construir en un nuevo escenario como la UNSAUR o en la CELAC porque si no lo hacemos, no estaríamos hablando en el lenguaje del nuevo poder del mundo".