El Papa Francisco reapareció este sábado en la misa de la Vigilia de Pascua que se realizó en el Vaticano, luego de ausentarse el viernes en el tradicional Vía Crucis para preservar su salud del frío intenso que atraviesa estos días a Roma, en el marco de la bronquitis por la que hace solo una semana fue internado tres noches en el hospital Gemelli de la capital italiana.

 

 

Durante la celebración, el Sumo Pontífice lamentó la impotencia y el desaliento “que hemos sentido ante el poder del mal, ante los conflictos que dañan las relaciones, ante las lógicas del cálculo y de la indiferencia que parecen gobernar la sociedad, ante el cáncer de la corrupción, ante la propagación de la injusticia, ante los vientos gélidos de la guerra”.

Luego, criticó "la indiferencia de un mundo, donde parece que siempre prevalecen las leyes del más astuto y del más fuerte". Y se refirió a aquellos que estuvieron "cara a cara con la muerte" porque les "quitaron la dulce presencia" de sus seres queridos o porque los alcanzaron la enfermedad o las desgracias.

En este sentido, buscó animar a los creyentes a recordar el momento en el que se volcaron a la religión católica. “Cada uno de nosotros conoce dónde tuvo lugar su resurrección interior, ese momento inicial, fundante, que lo cambió todo. No podemos dejarlo en el pasado, el Resucitado nos invita a volver allí para celebrar la Pascua. Hoy, la fuerza de la Pascua nos invita a quitar las lápidas de la desilusión y la desconfianza".

Como es costumbre desde 2022 por los problemas en su rodilla derecha, el Papá entró a la Basílica en silla de ruedas, mientras adentro unos 6.000 fieles contemplaban a oscuras el tapiz expuesto de "La resurrección", hecho entre 1783 y 1784 con hilos de plata dorado sobre la pintura de Anthony van Dyck.

La misa del día de la Resurrección

Tras la Vigilia de este sábado, Francisco tiene previsto encabezar este domingo la misa del denominado día de la Resurrección desde 5 de la mañana (hora Argentina) y luego, al mediodía, impartirá desde la Basílica de San Pedro la bendición Urbi et Orbi (A Roma y al mundo), en la que se referirá a los distintos conflictos abiertos a nivel mundial.

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