¿Qué pudiera tener más ADN salteño que la intersección de las calles Güemes y Güemes? ¿Qué otra esquina pudiera superar esa conjunción de apellido probo bañado en bronce? Más allá de las caracterizaciones sobre las figuras históricas, cierto es que el solo nombrar a Güemes genera una inmediata relación y vínculo con la salteñidad.
Sin embargo, la pregunta que surge es ¿De cuál calle Güemes estamos hablando? ¿Es buena opción planear una cita o encuentro en la esquina de las calles Güemes y Güemes? Pareciera a priori, no ser la mejor idea.
Surcando la ciudad por la calle Güemes
La calle General Güemes nace en el este de la capital salteña, muy cerca de los cerros que limitan la ciudad capital en aquella dirección. En clara referencia al líder salteño, la vía nace como continuación de una calle homónima llamada Paseo Güemes, que aparece solamente por dos cuadras y va desde los pies del monumento que se erige al General al pie del Cerro San Bernardo. Este primer tramo güemesiano tiene la pomposidad de una calle boulevard con caserones de diversas y refinadas arquitecturas, donde también se encuentra exclusivo Club 20 de Febrero.
Luego de zanjada esta primera posible confusión entre dos Güemes que son el mismo, pero no son la misma calle aunque se continúen, la calle General Güemes comienza a surcar la ciudad con un inicio cool en una zona recualificada de bares y restoranes que apuntan a un público joven y, en muchos casos, estandarizados en sus consumos.
Güemes se cruza con Güemes
En su recorrido hacia el oeste, la calle General Güemes se topa en el macrocentro citadino con otra que lleva su mismo apellido, en este caso el homenajeado en cuestión es Adolfo Güemes, uno de sus nietos. Y he aquí la primera posible confusión donde se cruzan Güemes con Güemes.
¿Y quien es este tal Adolfo? Para algunos será un ejemplo de político representante del partido radical, gobernador de la provincia entre 1922 y 1925, con logros destacados en diferentes áreas. También es reconocido por ser quien motivó la fundación de la Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes.
Sin embargo, hay quienes sostienen otras hipótesis, como, por ejemplo, el antropólogo José Romano, quien remarca: “Adolfo Güemes favoreció y se prestó a los juicios políticos para el derrocamiento del gobernador Joaquín Castellanos en 1921. Una destitución que no era para sacarlo y que venga otro, porque a Castellanos lo derrocan dos meses antes de que termine su mandato. La intervención a Castellanos tenía como objetivo dejar sin efecto leyes laborales, leyes obreras, la ley en defensa del trabajo, y la ley que establecía las 8 horas de trabajo y la creación del departamento de trabajo para que se fiscalicen las condiciones laborales en el campo y en la ciudad. Paradójicamente, Castellanos era gobernador cuando se cumplió el centenario de la muerte de Martín Miguel de Güemes, entonces en homenaje puso de nombre a las leyes ‘Libertadoras’ o ‘Ley Güemes de protección del trabajador’”.
Es un juego interesante hacer una hipótesis sobre qué hubiera sido de una charla, intercambio o encuentro de ambos homenajeados en la esquina que los intersecciona. Y si bien esto no fue posible ya que entre la muerte del abuelo y el nacimiento del nieto separan 50 años, resulta extraño pensar una convivencia armoniosa entre alguien que fue gobernador y perseguido hasta su muerte, y otro que sirvió para la destitución de un gobernador que había homenajeado con leyes progresistas a su abuelo, el héroe gaucho.
Pero volviendo a tiempo presente, y situándonos nuevamente en la esquina en cuestión, podemos encontrar uno de los personajes que vive el presente cotidiano en la conjunción güemesiana. El es Julio, un diariero que trabaja hace más de 30 años en la esquina de Güemes y Güemes (en cuya intersección se ubica la clínica Güemes además). Vecino del barrio 20 de Junio, tiene cantidad de anécdotas referidas al confuso entrecruzamiento de calles, “las veces que tengo que dar direcciones a clientes digo Güemes y Güemes y doy como punto de referencia la clínica, porque mucha gente se equivoca”, resalta el canillita.
“La gente se confunde con los Güemes, siempre tengo que aclarar. Les digo ‘éste es General Güemes y ese es Adolfo Güemes. A veces buscan Güemes al 200 y en verdad buscan la otra Güemes y son como ocho cuadras más allá”, comenta el diariero entre risas y agrega: “A veces directamente les pido que me muestren la dirección que ellos tienen en un papelito para aclarar el tema, para orientarlos. Inclusive a muchos turistas los ves dando vueltas, se pierden… Antes había un cartelito que al menos señalaba las dos calles, ahora no hay nada, se lo llevaron puesto y nunca más lo restituyeron”.
Otro Güemes es parte de la cita
Continuando por la calle Güemes, la del General, en sentido hacia el poniente, la mencionada vía comienza a dejar atrás el macrocentro de la ciudad mermando su pomposidad inicial, para convertirse en una simple calle más de la capital salteña. Luego de cruzar las vías del tren y antes de su finalización, encuentra dos zigzageos que pueden confundir en su traza, chocando en uno de ellos con la antigua Casa del Buen Pastor, hoy convertido en un polo con diferentes instituciones educativas.
Sin embargo, cuando pareciera que la calle en homenaje al General terminará definitivamente su recorrido, aparece otro Güemes en cuestión que alimentará aún más la redundancia del apellido en la señalética salteña, así como también generará una nueva intersección entre dos apellidos idénticos.
La confusión se vuelve alimentar; la esquina de Güemes y Güemes aparece nuevamente pero 12 cuadras hacia el este de la primera intersección antes mencionada. En esta esquina se cruzará nuevamente el General con otro de sus nietos, el Doctor Luis Güemes.
En esta esquina citadina se destaca la despensa de Silvia, quien trabaja hace 17 años en la intersección. “Cuando le tengo que decir a la gente donde queda el negocio, si les digo General Güemes y Luis Güemes, la mayoría de las veces los llevan al otro Güemes. La gente pone Güemes y Güemes y los lleva a la otra esquina. Entonces para que no ocurra eso, les digo General Güemes al 2301, y así es más fácil, no se pierden”.
La historia de este nuevo cruce pareciera un tanto más ameno en un hipotético encuentro entre ambos homenajeados, ya que Luis Güemes abocó su vida al trabajo enfocado en la medicina, teniendo la posibilidad, por su pertenencia de clase social, de estudiar en Buenos Aires e inclusive en Europa, dejando una gran huella que perdura en el tiempo.
Hoy en día quedan como testimonio de su herencia grandes estructuras y terrenos que él mismo donó con destinos específicos: uno de ellos es la ex Palúdica, territorio de 10 mil metros cuadrados destinado a la creación de una estación sanitaria, la cual fue mermando en su utilización hasta el día de hoy que se encuentra transferido a la Municipalidad de la ciudad y es un territorio de gran valor inmobiliario y en constante disputa. Este edificio, por si faltara más, queda sobre la calle General Güemes.
Otro de los terrenos cedidos para ser vinculados a la salud pública de los habitantes salteños, es lo que hoy se conoce como el Legado Güemes, un gran predio que contiene la Secretaría de Deportes de la provincia, campos de juego, diversas disciplinas y un estadio multifunción. A su vez, se encuentra emplazada la cancha del club Central Norte, que lleva como nombre, nada más ni nada menos que Luis Güemes.
Sin duda lo güemesiano en Salta tiene una ascendencia positiva, ya que el legado que dejó plantado el líder independentista pareciera no tener dobleces ni discusiones, aunque si fuertes tensiones. “Al General Güemes se lo apropian todos, no hay nadie que hable mal de Güemes porque sería como decir que Messi juega mal al fútbol. Güemes es una figura que está siempre en disputa”, remarca el antropólogo José Romano, dando cuenta de que, al menos a priori, cualquier Güemes goza de un cierto manto de bonanza.
Sea como cada quien interprete la historia, lo cierto es que la capital salteña está llena de referencias al apellido Güemes en su concepción más general, siendo homenajeados varios familiares, e inclusive introduciendo nombres de fantasía que incluyen la palabra Güemes.
Si bien los salteños y salteñas nativos tienen mucho más naturalizado el uso (y abuso) de la palabra Güemes, y generen sus propios tips para reconocer una u otra calle, vale decir que todo esto se puede prestar (y sucede) a confusión. Por eso, no pareciera ser recomendable pactar un encuentro en la Güemes y Güemes, al menos, sin una aclaración secundaria que diga expresamente de cual de todas las calles Güemes estamos hablando.