Desde San Salvador de Jujuy
“Acá hay un dicho que dice que si pasaste agosto tenés un año más de vida, porque la tierra así como te da, te quita”, dice una de las mujeres de la Tupac Amaru, en la sede de la organización en la que poco a poco van volviendo a entrar los militantes. Es la fiesta del 1 de agosto, la celebración a la Pachamana. Cada quien llega con pequeñas bandejas de frutas de estación: frutillas enormes, trozos de manzanas, naranjas y bananas cortadas en rodajas, también semillas, cereales y pedazos de pan que serán colocados alrededor de un agujero inmenso en medio de la tierra. La boca abierta de la madre tierra los espera, como dice el hermano Sergio, amauta encargado de la celebración. Una celebración que está a punto de estallar de felicidad, pero todavía no estalla. Que espera, da cuenta de algo bueno que está por suceder, pero que todavía falta. Esperan que en este agosto también Milagro Sala consiga ese año de vida, claro, si dejan que finalmente abandone la cárcel.
Los integrantes de la organización aguardan de un momento a otro la salida de Milagro Sala de la cárcel. Desde hace días corren todo tipo de rumores. Hoy viaja el presidente Mauricio Macri a Jujuy. Llegará alrededor de las tres de la tarde para un acto de campaña en uno de los barrios del Alto Comedero, el corazón del desarrollo territorial de la Tupac Amaru. Antes, tendrá una reunión con el gobernador Gerardo Morales. Mientras, la provincia puso en marcha dos mecanismos para la revisión de la cautelar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que otorga un plazo de 15 días para dejar a Milagro fuera de la cárcel, con una domiciliaria o una libertad fiscalizada. Uno quedó activado por el Superior Tribunal de Justicia, que recibió una comunicación digital de la cautelar. Y otro, es del propio Ejecutivo: el lunes al mediodía Morales chequeó personalmente el texto de un decreto redactado por la fiscalía de Estado. El texto contiene la trascripción de las “recomendaciones” de la CIDH. Y un párrafo especial en el que dice que pese a no estar de acuerdo considera que la cautelar tiene carácter obligatorio. En Buenos Aires, mientras tanto,el Comité por la Libertad de Milagro Sala entregó en la Casa Rosada una petición con 45 mil firmas a favor de la dirigente social.
De acuerdo a la información oficial, tanto el decreto del Ejecutivo como la circular que pondrá en marcha el STJ van a terminar poniendo la decisión de la cautelar técnicamente en manos de los dos jueces que tienen detenida a Milagro Sala: Pablo Pullen Llermanos y Gastón Mercau. Dicen aquí, que ellos son los que deben ponerle día y hora a la salida de la cárcel.
“¡¡Me dijeron que el sábado, sí o sí, Milagro debería estar ya en su casa!! ¿O no es así?”, preguntó ansiosa una mujer en la entrada de la sede. Mabel Noemí Freire, 75 años de edad, apenas llegaba al local, decía que eso mismo se lo había escuchado decir “al magistrado internacional”, y habló de Baltasar Garzón. Le preguntó todo junto a Luis Paz, abogado de Milagro. Mientras iban entrando quienes llegaban a la celebración, Mabel contaba a todos que el español también había dicho que sí o sí tienen que liberar a Milagro. “Yo vengo diciendo esto por todos lados”, dijo. “En mi Facebook, en mi tuitter y en mi instagram”, y subía la apuesta totalmente agiornada. Ella, que nunca en su vida militó en un espacio político, que se hizo militante a partir del día que decidió pedir por la libertad de La Flaca, porque fue la única que le dio unos audífonos a su nieto cuando nadie se los daba, cuenta que acaba de discutir todo eso en un colectivo. “Se lo dije recién a una señora, ella decía que son todos chorros y yo le dije que estaba muy equivocada”. En la charla apareció Raúl Noro, el esposo de Milagro, con la misma ansiedad. Un periodista local llegó con información de un juez. Dijo que Mercau había dicho que deben cumplir la orden de la CIDH. Pero que Pullén Llermanos ni siquiera le atendió el teléfono.
Adentro comenzó la celebración en la que por primera vez después de muchos meses Raúl fue capaz de reírse. Juan Manuel Esquivel, diputado del Frente Unidos y Organizados, heredero por pura necesidad de la coordinación del territorio, también fue capaz de tirar un puñado de papeles de colores en la cabeza de Raúl, como una bendición, y una fiesta.
“Pidan por la salud”, dijo Sergio, el amauta. Y caminó. Con vestidos de los pueblos indígenas, poncho, su gorro, sus collares, y los colores derramados en la tierra, llevó en las manos una pequeña llama muerta antes del parto. El símbolo de un animal que no nació ni vio la luz, dicen acá, que se entrega en ofrenda a la tierra como nexo entre los dos mundos. Sergio, que es el hijo de mama Quilla, la anciana que inició a Milagro Sala en el camino de la espiritualidad andina, sigue ahí. Va hablando. Pide a todos que levanten las manos. Pidan, dice. “Pidan por la salud, por el trabajo, por esa persona que tienen enferma porque nuestra Pachamama ha abierto la boca. Pidamos como lo hacían nuestros ancestros. Pidan ahora. Están en una conexión. Los deseos van a cumplirse. Este es nuestro ritual milenario. Esta Pachamama tiene miles de años. Hay que agradecer. La Pachamama está abierta. Puede escuchar. Ahora”.
Las serpentinas barrieron el suelo. Un grupo de niñas y niños comieron caramelos arrodillados frente al agujero en la tierra. Aquella mujer que hablaba del mes de agosto, también dice que esto es parte de otra de las trasformaciones producidas por la organización. Que antes las ceremonias se hacían a puertas cerradas, adentro de las casas. Y Sergio dice lo mismo. Que fue la hermana Milagro la que hizo grande también estas fiestas.
–¡Jallalla! –dice Luis Paz– ¡Libertad a Milagro Sala! -repite. Y lo mismo van a decir los que van pasando cerca del fuego. Nando Acosta, dirigente de la CTA. Juan Manuel Esquivel, Noro. Pachila, ex detenida política de la organización. Jorge Ramos, coordinador de pueblos originarios.
Las celebraciones se repiten durante todo el mes de agosto, siempre al mediodía, justo cuando el sol cae con más fuerza a la tierra. Pero todo lo que hasta ese momento parecían certezas también cambiaban de clave con el correr del día. Durante la tarde, este diario habló con integrantes del Ejecutivo sobre el mecanismo técnico que se dieron para resolver la cautelar. Según esa explicación, el decreto que supuestamente Morales firmará hoy está dirigido al STJ con las recomendaciones de la CIDH. Ellos dicen que luego será el Poder Judicial el que decida. Pero en paralelo, el propio STJ ya comenzó su propio circuito a partir de una comunicación que recibió de parte del estado nacional. Según la explicación que dieron en el poder judicial, los jueces no resolverían nada de modo inmediato, sino que generarían un “incidente” y darían traslado a las partes. Pero sus abogados sostienen que ese paso no es necesario. Que sería una maniobra más para alargar el tiempo en prisión.