Aunque suene raro, el peronismo prefiere enfrentar a Carolina Losada por la gobernación antes que a Maximiliano Pullaro. No es el potencial electoral de uno y otro al que le temen, sino más bien a las características que tienen los candidatos que estarán enfrente. Losada ofrece, para los estrategas del armado peronista, “un flanco más abierto que es el de ser una mujer que hace más de treinta años que se fue de la provincia”, dijo una de las fuentes y agregó que si bien este hecho no le impidió resultar la más votada en Santa Fe en 2021 puede ser un contrapeso importante al disputar la categoría a gobernador.
Esta situación viene acompañada de la falta de conocimiento profundo que tiene de los temas más importantes de la provincia, más allá de las declaraciones de ocasión que viene realizando desde su banca del Senado nacional. No son pocos los que recuerdan, por ejemplo, su fallida denuncia sobre la venta de bebés “en las esquinas de Rosario” basándose en un solo hecho circunstancial aparecido en redes sociales. La política está muy degradada pero aún en esas circunstancias hay cosas que no se pueden decir o hacer.
Lo mas cerca que estuvo la provincia de Santa Fe de tener un gobernador con desconocimiento profundo de los temas fue cuando Miguel Del Sel, en medio de la ola amarilla que arrasó en todo el país, casi vence al candidato del Frente Progresista Miguel Lifschitz en la contienda de 2015 que lo tuvo como tercero cercano al hoy gobernador Omar Perotti.
La irrupción de Carlos Reutemann como outsider en los 90 tuvo otras características porque rápidamente ofreció un perfil de conductor desde un peronismo diezmado por la experiencia de Víctor Reviglio en el poder. Además, era de los primeros en usufructuar de ese plus apolítico al que el electorado recurre cuando la falta de respuestas de la política resulta tan palmaria.
Si bien a Losada ya la ubican propios y extraños en la grilla de largada, en su entorno más cercano aseguran que “aún falta (para el anuncio formal) porque no se trata sólo de un nombre, es un conjunto en el que todos deben estar adentro y para eso falta. Hay que seguir trabajando”, confió uno de los más fervientes impulsores de la candidatura de la senadora nacional.
Y lo que falta va desde evitar quizás un choque interno con Pullaro y lugares expectantes para el socialismo dentro de la coalición; a la formación de equipos técnicos del que después salgan nombres para un futuro gabinete. Losada puede desconocer muchas cosas pero sabe a ciencia cierta cuáles son sus límites para una gestión que no estrelle a poco de andar.
Al parecer, uno los puntos fundamentales que exige Losada es que la provean de hombres y mujeres de sólida experiencia y trayectoria y, en lo posible, que vengan de fuera de la política. Ya aclararon que “no se trata de buscar Ceos: El gobierno de Ceos ya demostró sus limitaciones y fracasó rotundamente”, dicen los radicales acerca del fallido gobierno de Mauricio Macri.
Por el contrario, Pullaro ofrece para el peronismo una batalla franca desde la política en la que se imaginan devolviendo o asestando golpe por golpe con el desgaste que ese escenario puede ofrecer a un electorado cansado, desmotivado y enojado con las distintas fuerzas a las que otorga distintas cuotas de responsabilidad en la presente frustración social.
Lo que temen además los candidatos del peronismo es que la cancha se embarre a tal punto que Pullaro pueda aparecer como el hombre de las soluciones en materia de seguridad, cuando en realidad ocupó el ministerio de Seguridad durante cuatro años y fue parte fundamental del proceso que vive la ciudad de Rosario, cercada por la violencia narco y con ataques cuyas características han demostrado rápida innovación y temeridad.
Sólo los más informados conocen la historia completa, los audios filtrados y las sociedades con oscuros comisarios que desde siempre han sido más parte del problema que de las soluciones.
Además, el exministro está convencido de que ese sólo rumbo lo puede llevar a una importante cosecha de votos. Por eso la tramitación de los papeles que le permitan portar armas durante la campaña tras sentirse “amenazado” por un papel que los criminales (de cualquier origen) dejaron tras una balacera a un cajero del Banco de Santa Fe en Granadero Baigorria.
En lo político Pullaro confiaba en sumar a Federico Angelini como candidato a intendente de Rosario, pero el diputado nacional del PRO terminó fichando al lado de Losada y muchos auguran que será el candidato a vice en esa fórmula. Así que tendrá que conformarse con la postulación de Gabriel Chumpitaz que no es precisamente de esos lanzamientos que entusiasmen demasiado.
El peronismo sabe que corre de atrás pero también conoce que nunca es sencillo vencerlo. Puede, en esta ocasión, presentarse con candidatos de no mucho volumen electoral; pero una interna animada y con estrategia lo puede depositar rápidamente en ese umbral histórico desde el que comienza todas las batallas.
Enfrente, los reunidos con poco menos que la idea de desplazar al Frente de Todos del poder, deberán ajustar mecanismos, alianzas y programas para que los heridos no le tapen el bosque y encaminarse de una manera franca hacia el triunfo en las urnas.