Hubo patadas, empujones y copadas de parada a lo guapo en el clásico rosarino de este domingo. Lo que no hubo, como tantas otra veces, fueron goles. Newell's y Central no supieron entregar a los hinchas más emociones que los reclamos por infracciones en el Marcelo Coloso Bielsa y ambos perdieron la oportunidad de subir en la tabla de posiciones, que tiene a los de Miguel Ángel Russo con 18 puntos y a los de Gabriel Heinze con 15.
La cosa empezó complicada ya desde la salida de los equipos. Mientras en las tribunas se levantaba la humareda negra y roja de las bengalas, en la cancha el rostro del arquero visitante, Jorge "Fatura" Broun, se pintaba de rojo sangre luego de recibir el impacto de un proyectil muy cerca del ojo derecho. El uno fue atendido por su cuerpo médico mientras el árbitro no supo bien qué hacer, más que demorar un poco el inicio del encuentro.
La tónica del clásico tuvo a un Newell's dominador de la pelota, algo reflejado en la posesión final de 68 por ciento, pero con un Central mucho más directo y, a la vez, peligroso: los cuatro tiros al arco que se dieron fueron todos de color azul y amarillo, con lo que el arquero y capitán local, Lucas Hoyos, tuvo más trabajo que su herido colega del área de enfrente.
Con el central colombiano Willer Ditta comandando buena parte de los ataques locales, como suele suceder en el equipo de Heinze, lo de Newell's se hizo lento y previsible. Apenas Iván Gómez pudo destacarse entre los del Gringo más que nada por su regularidad en el mediocampo. Por su parte, el prometedor veinteañero Brian Aguirre no estuvo fino para el arco y su ocasión más clara, tras centro de Bruno Pittón, terminó en un muy mal remate de frente al arco y con dirección final de saque de banda.
La mejor de Central no fue producto de la elaboración, sino un atrevimiento del volante Kevin Ortíz con un bombazo desde afuera del área que contó con una muy buena reacción de Hoyos. Planteo sabio el de Russo, que apostó por el orden de sus dirigidos -metió tres centrales en el fondo- y la inspiración de alguna de sus cartas de ataque, como el colombiano Jaminton Campaz, quien no tuvo una tarde especialmente creativa.
Así las cosas, la ciudad de Rosario terminó igualada, el resultado más repetido del historial: 103 empates contra 93 triunfos de Central y 77 de Newell's. El clásico pone mucho en juego y arriesgar se torna difícil para los protagonistas: por caso, este domingo ni siquiera se animaron demasiado a realizar modificaciones: Heinze hizo apenas uno y Russo, dos. De todos modos, el peor sabor se lo llevó Newell's, que no gana un derby como local desde 2008 (gol de Rolando Schiavi, de penal) y estiró esa racha a ocho encuentros.