Las plantas que atraviesan situaciones de estrés, como puede ser la falta de agua o tener tallos cortados, producen cerca de cuarenta sonidos por hora, mientras que aquellas que están bien hidratadas permanecen más silenciosas, con solo un sonido por hora. La afirmación fue incluida en un trabajo realizado por científicos de Harvard y la Universidad de Tel-Aviv y publicado de manera reciente en la prestigiosa revista Cell.
Ahora bien, la pregunta que surge de inmediato es: si las plantas hacen ruido, ¿por qué los humanos, en general, no pueden escucharlos? La razón, desde la perspectiva de estos especialistas, reside en que son emitidos a una frecuencia que difícilmente se percibe. De hecho, son tan agudos que muy pocas personas y en situaciones específicas, pueden escucharlos. Sin embargo, algunos animales pueden oir a las plantas sedientas: los murciélagos, los ratones y las polillas podrían vivir potencialmente en un mundo lleno de sonidos vegetales.
Cómo escuchar los quejidos
Para escuchar a las plantas, científicos de la Universidad de Tel-Aviv en Israel colocaron plantas de tabaco y tomate en pequeñas cajas equipadas con micrófonos. Estos dispositivos captaron cualquier ruido, incluidos aquellos que los investigadores no podían escuchar. Como resultado, los sonidos fueron particularmente evidentes en los casos de las plantas que estaban estresadas por falta de agua o por un corte reciente. En esta línea, ¿cómo son estos sonidos? Según los investigadores, si los sonidos se bajan y se aceleran, suenan como el pochoclo cuando explota en una olla.
Es evidente que las plantas no tienen cuerdas vocales. Bajo esta premisa, la teoría sobre cómo hacen estos sonidos se apoya en su xilema: los tubos que transportan agua y nutrientes desde sus raíces hasta sus tallos y hojas. Al igual que el agua succionada a través de una bombilla, cuando se rompe una burbuja de aire se produce el ruido de un chasquido. La aparición de burbujas de aire es más probable durante el estrés por falta de agua, momento en que estos sonidos son más frecuentes. Sin embargo, los investigadores aclaran que, para saber el mecanismo exacto, se requieren más estudios.
En todo está la inteligencia artificial
Los científicos desarrollaron un algoritmo que permitía deducir si una planta había sido cortada o presentaba estrés debido a la deshidratación a partir de los sonidos que emitía. Llegaron a obtener un 70 por ciento de precisión, con lo cual se podría monitorear el estado de los cultivos gracias a los sonidos que se emiten.
Para validar esta forma de medir estrés, el equipo de científicos registró los sonidos de las plantas en un invernadero. Luego de filtrar los ruidos propios del ambiente, quedaron los murmullos de las plantas. Los autores del trabajo científico supieron así que no solo las plantas de tabaco y tomate emitían sonidos sino también las que dan las uvas para el vino.
Los científicos lograron entender los sonidos que emiten las plantas. Ahora el interrogante es, ¿pueden escuchar? En trabajos previos, los mismos habían observado que las prímulas nocturnas liberan un néctar más dulce cuando se exponen al sonido de una abeja voladora. Si bien restan mas estudios que confirmen esto, los ruidos de las plantas son una característica importante de los ecosistemas que podría influir en los comportamientos de los animales.