El brote de dengue que registra Argentina ya tomó dimensiones inéditas, en un contexto climático que favorece su propagación. Y en este marco, la región Rosario está dentro de la zona crítica, sin víctimas fatales pero con pacientes que padecen las inclemencias de esta fiebre que transmite el mosquito aedes aegypti.
Desde la Dirección de Epidemiología municipal se informó ayer que las complicaciones sanitarias provienen no solo del dengue, también de la fiebre chikungunya que la transmite el mismo insecto hemíptero. Y tal vector prospera hoy en esta región debido a la tropicalización del clima que se manifestó con claridad este verano.
"Es el brote más grande, incluso que los de 2016 y 2020", observó Matías Lahitte, coordinador del área, acerca de una enfermedad que retorna cada 3 o 4 años, según dijo.
El Ministerio de Salud nacional comunicó ayer que en el país hay 28.235 casos positivos detectados de dengue, de los cuales 25.400 son autóctonos; es decir, que la circulación del virus ya es interna, y los contagios por viajes al exterior son los menos. Con esta cifra, la evolución de la enfermedad incrementó 28% respecto de la semana pasada, cuando se habían declarado algo más de 16 mil casos.
A nivel ciudad, la Secretaría de Salud dejó de informar los contagios semana a semana por considerar que es inútil reparar solamente en los casos confirmados por el sistema de salud pública o privado. Se considera que en las manzanas linderas a un domicilio con paciente con dengue es muy probable que se hayan producido otros contagios aún no detectados. Esto, al tener en cuenta que el aedes tiene una capacidad de desplazamiento de 100 metros aproximadamente, y un lapso de vida que llega a 30 días.
Lahitte reveló que por estos días se atraviesa la denominada "etapa 3" del desarrollo cíclico del mal, y va de marzo a junio. "Es donde hay mayor riesgo de propagación", dijo el infectólogo y sumó, además, agravantes de coyuntura: el calor extendido en esta temporada, lo cual favorece la reproducción del mosquito, y la reapertura de viajes después de la pandemia.
La Municipalidad mandó cuadrillas a fumigar este fin de semana en espacios verdes amplios como los parques España, Urquiza, de la Bandera, Scalabrini Ortiz, Colectividades, Sur y Héroes de Malvinas. También dispersó la termoniebla insecticida en Rucci, Republica de la Sexta y Puerto Norte.
El funcionario de Epidemiología asumió, sin embargo, que la fumigación llegó tarde. "Se aplica cuando el mosquito está en fase adulta, ya en vuelo, y está comprobado que esas acciones sólo alcanzan a eliminar el 20 por ciento de la población". En cambio, dijo que igual sirve, aunque a los efectos de mitigar el brote. La clave está en reforzar la campaña de descacharrado entre julio y octubre, para disminuir la reproducción del aedes. Es en eso donde sí hay que poner el foco: descacharrar y eliminar toda superficie de agua limpia y hogareña donde el mosquito deposita sus huevos.