El Consejo General de Cultura y Educación bonaerense aprobó los dos proyectos presentados desde la Dirección General de Cultura y Educación que permitirán la actualización de los Acuerdos Institucionales de Convivencia en los colegios, junto con la formalización de la organización del ciclo lectivo en dos cuatrimestres. Asimismo, también se acreditó el Registro Institucional de Trayectorias Educativas como mecanismo para evaluar si un alumno aprobó o no una materia. Ante las acusaciones desde la oposición de que desde el gobierno provincial se pregona el “facilismo”, desde Educación explicaron que son medidas que están en funcionamiento desde 2020, con aceptación de la comunidad educativa y "buenos resultados".
Así como hace más de un mes la cartera educativa provincial tuvo que salir a desmentir que la repitencia dejaba de ser una opción en el ciclo escolar, el ministro Alberto Sileoni explicó a Buenos Aires/12 que las medidas criticadas por la oposición se encuentran vigentes desde el 2020 y que solamente fueron certificadas por el Consejo. “Lo que sucede lo inscribo en un año electoral, pero en un año donde muchos están dispuestos a todo”, lamentó Sileoni. Con el advenimiento de los comicios y la necesidad de que cada sector establezca posturas que suelen ser extremas, el ministro condenó aquellas “expresiones periodísticas donde se rompe todo el umbral ético y se miente por cualquier cosa.”
La razón de las palabras de Sileoni descansan en que una de las resoluciones que fue aprobada no modificaba nada, sino que formalizó algo que está vigente. Por un lado, está la organización del ciclo lectivo en dos cuatrimestres que reemplazó a los tres trimestres. “Lo hemos charlado con las escuelas en su momento y les gusta más esta organización porque tienen más tiempo para planificar el año y el aprendizaje”, señaló el ministro.
En un comunicado del ministerio del 3 de abril, la cartera educativa provincial anunció que se elevaría el proyecto que propone organizar el año escolar en dos cuatrimestres, tanto para el Ciclo Básico como para el Ciclo Superior, en todas las escuelas secundarias: Orientadas, Técnicas, Agrarias y especializadas en Arte. El texto concluye con que “todas estas definiciones se inscriben en una modalidad de trabajo que las escuelas secundarias bonaerenses ya vienen desarrollando en los tres últimos ciclos lectivos”. No hubo novedades en lo aprobado.
Dentro de las iniciativas que se certificó por resolución del Consejo está el Registro Institucional de Trayectorias Educativas (RITE). Este consiste en una calificación conceptual del estudiante bajo tres denominaciones:
- Trayectoria Educativa Avanzada (TEA): para quienes que alcanzaron los aprendizajes correspondientes en una materia.
-Trayectoria Educativa en Proceso (TEP): son los estudiantes que no alcanzaron los aprendizajes correspondientes, pero que mantienen una buena vinculación pedagógica.
-Trayectoria Educativa Discontinua (TED): son los estudiantes que no alcanzaron los aprendizajes ni estuvieron vinculados a la escuela.
Si la alumna o alumno es calificado con TEA, la materia está aprobada. En el caso de recibir TEP o TED, el estudiante ingresa a un “período de intensificación” que se componen de dos semanas durante el mes de diciembre y otras dos durante el mes de febrero. Ambas instancias funcionan como mecanismo de acompañamiento y guía para el estudiante. En ese tiempo, el docente de la materia en cuestión definirá con qué herramientas y cuáles contenidos serán evaluados en los alumnos según cual haya sido su desenvolvimiento a lo largo del año. “Cómo se hizo siempre”, aseguró el ministro. En caso de no aprobar, la materia quedará, como se conoce comúnmente, como previa. Ahí recién en esa instancia tendrá intervención un tribunal examinador ante el cual el alumno o alumna deberá rendir.
En el marco de estas declaraciones, Sileoni negó que se haya cambiado el régimen de promoción. “Se pasa de año hasta con dos materias previas, no más”, repitió. A su vez, también aclaró que las mesas examinadoras no desaparecen, y que su intervención está vigente en los casos que la materia no sea aprobada durante los períodos de intensificación.
“A los pibes hay que darles una mano, no hay que regalarles nada”, indicó Sileoni. En este sentido, criticó a quienes comparan esta “instancia de acompañamiento con facilismo”. “Nosotros discutimos con esa idea porque es retrograda e injusta”, sentenció. Habiendo hecho alusión a discusiones que atrasan, como el caso de la repitencia hace poco más de 30 días atrás, quien hoy está al frente de la cartera educativa se mostró decepcionado por aquellas posturas políticas que apelan a la idea de para un estudiante la posibilidad de aprobar una materia tiene que ser difícil o incluso se deben pensar estrategias educativas para que pasar de año sea cada vez más complejo.
La mirada de Sileoni tiene una premisa: “los pibes, vamos a decir, no-pobres, tienen un apoyo usualmente de la familia, donde pueden contratar un profesor de matemática, de una segunda lengua, pero los pibes carecientes no tienen esas oportunidades”. En relación a las últimas críticas desde Juntos por el Cambio para con estas iniciativas, remarcó que no lo asombran, pero que últimamente han perdido “razonabilidad” y lo adjudicó a un fuerte pensamiento de derecha extrema que se gestó en parte de la política argentina. “Dejaron las huellas del peor gobierno en materia de educación, no dejaron una sola marca positiva”, se despachó el ministro en relación a la gestión de María Eugenia Vidal.
Lo que no se cuenta
Las declaraciones opositoras se centraron en un grupo de medidas aprobadas por el Consejo General de Educación contenidas en una resolución. Pero hubo dos resoluciones firmadas el día de ayer. La segunda trató la actualización de los Acuerdos Institucionales de Convivencia (AIC) en los colegios, algo que no se realizaba desde el 2011. Se incorporó una perspectiva de Educación Sexual Integral y mecanismo para una mejor convivencia en redes sociales con el fin de combatir el bullyng y el grooming, entre otras prácticas usualmente violentas en el universo de los estudiantes.
Es un acuerdo escrito que incluye a la comunidad educativa de todo el colegio. Adultos y jóvenes. Alumnos, docentes y directivos. En el marco de un protocolo, el cuál efectivamente se actualizó, cada institución secundaria construye sus normas de convivencia, atendiendo a las necesidades y características propias de cada escuela. “En esta sociedad salvaje hay un acuerdo donde decimos es hasta acá”, reflexionó Alberto Sileoni. Calificó a estos instrumentos como “una frontera para con lo que se vive en la sociedad”, y valoró su rol para marcar qué se dice, que no se dice, “esto no vale”. “Que esto exista es un paso gigante en esta sociedad donde se puede hacer cualquier cosa”, destacó.
El cambio en los AIC estuvo acompañador de una mayor celeridad burocrática para su conformación y aprobación. El ministro explicó que antes cada acuerdo debía transitar un proceso burocrático más largo porque debían aprobarse por la Dirección Provincial Secundaria. Hoy ya no es necesario, y el acuerdo de convivencia que hace la escuela lo aprueban las autoridades distritales, facilitando el proceso. La modificación incorporó la organización de tres jornadas anuales, sin pérdida de días de clases, entre docentes y estudiante, “porque los pibes demandan espacios de escucha”.