Esta vez no fue la puja salarial ni alguna otra trinchera de la negociación paritaria lo que ayer atrajo a cientos de docentes hasta la plaza San Martín. Se encontraron con alumnos y alumnas en primera fila, también padres y no docentes, y la misma consigna: "Basta de violencia, basta de balaceras". Fue el reclamo unísono de la comunidad educativa en torno a las escuelas José Mármol y Rosita Ziperovich / T'aigoyé, en zona norte, que fueron blanco de disparos el fin de semana pasado. Ayer las clases se interrumpieron en esos establecimientos por la convocatoria a la protesta; y hoy tampoco habrá actividad en esas y otras escuelas debido al paro nacional de ATE que en este ámbito incluye al personal no docente.
"¿Cómo explicar lo que pasó? ¿Cómo contar lo que sentí el sábado a la noche cuando llegué y vi los vidrios rotos a balazos? ¡Nos dispararon con armas automáticas! Yo decido no bajar los brazos y los invito a todos a hacer lo mismo. La escuela tiene que ser el lugar seguro que nos aloje, en el que los chicos encuentren una palabra de afecto, a su seño, al profe, algo para aprender, un plato de comida", exclamó Ana Ugarte, docente y directora de la Escuela n°84 "José Mármol", después de los 14 tiros que le prodigaron al edificio de Vélez Sarsfield y Larrea, frente a la plaza Pocho Lepratti, en barrio Ludueña.
La escuchaban cientos de colegas, alumnos de nivel primario, algunos padres, y el personal que completa la comunidad educativa en esas y en otras escuelas de barrio que se han vuelto blanco elegido de grupos criminales para hacer visibles sus mensajes mafiosos. Niños y niñas elevaban carteles con apelaciones a la paz, a la reacción del Estado: "Bajen las armas", "Basta de matar a nuestros alumnxs”, “Basta de balaceras a las escuelas”, “Merecemos una educación más segura”, “Basta de violencia”, “Abracemos la educación pública”, fueron algunas de las consignas plasmadas en los carteles que alzaron tanto docentes como alumnos.
“Les hablo a los de más arriba –remarcó Ugarte– al presidente, al gobernador, al intendente, que le quepa el sayo a quien le quepa, pero ellos deben saber qué tienen qué hacer. ¡Se están metiendo con lo más sagrado, nuestros niños, con la escuela, que es lo básico de una sociedad, que es el futuro de una nación! Me pregunto qué estamos haciendo, qué estamos esperando. Nos amenazan, nos matan los pibes, los chicos tienen miedo de ir a clase”, imploró la directora de la escuela atacada.
"No puedo creer estar viendo acá a nuestros alumnos con sus madres y carteles pidiendo que nos dejen de balear", lamentó.
La manifestación se desarrolló frente a la sede local de Gobernación, con el aval y la participación de los sindicatos Amsafé, Sadop y ATE. Referentes gremiales fueron atendidos al mediodía por funcionarios del Ministerio de Seguridad, como gesto de escucha y atención al reclamo de base.
“Estamos muy tristes por todo lo que se está viviendo. Están golpeando lo que la sociedad más siente que son las escuelas. Es complicado explicarle a los chicos que la escuela ha sido baleada y sacarles el miedo. Hay que convencerlos de que van a estar protegidos”, dijo Joaquín, profesor de Educación Física en la escuela de barrio Ludueña.
El secretario general de Amsafé Rosario, Juan Pablo Cassiello, observó que los últimos ataques se dieron contra instituciones de Ludueña y Empalme Graneros: "¡Dos de los barrios más custodiados en estos días!", señaló en alusión al patrullaje de fuerzas federales.
A la par, ATE anunció para hoy un paro de 24 horas a nivel nacional, y eso sacará a los porteros de algunas escuelas afiliadas a ese sindicato, por lo que entonces habrá establecimientos educativos en Rosario que no abrirán. Sí en cambio, el personal no docente garantizará su presencia en los comedores escolares. El reclamo es por un aumento anticipado a cuenta de la paritaria.