Hace cinco años --con una pandemia en el medio-- que el Cirque du Soleil no pisa suelo argentino. La compañía fundada en 1984 por Gilles Ste-Croix y Guy Laliberté volverá a Buenos Aires el 23 de junio con Bazzar, espectáculo que reenvía a los orígenes del grupo y que cuenta con más de 35 artistas de 23 países en escena. El Cirque está realizando una gira por Latinoamérica. Luego de presentarse en Brasil y Chile hará una última parada en la ciudad de Bogotá antes de instalar la Gran Carpa en Costanera Sur. El director artístico del espectáculo, Johhny Kim, adelanta detalles de la puesta a Página/12. Por otra parte, en julio se verá Messi10 en Salta.
Bazzar tendrá dos semanas de funciones, de martes a domingos. Es presentado por Fenix Entertainment como un "show ecléctico lleno de acrobacias, bailarines, luces y música, que marca el regreso del circo a sus raíces". La compañía con base en Quebec comenzó trabajando en la calle, de manera muy diferente en comparación al despliegue que ahora la caracteriza. La intención, entonces, es traer a la actualidad algo del antiguo espíritu, de aquella simpleza de los primeros tiempos. Un gesto que también se registraba en Amaluna, la obra que se vio en 2018, planteada como una vuelta a las bases, en ese caso con un elenco conformado mayoritariamente por mujeres.
Kim cuenta cómo es la historia que va hilando las destrezas: "Trata sobre el personaje de un Maestro y su búsqueda para devolverle la vida a su orquesta con los talentos del elenco. Cada acto representa una sección diferente de la orquesta y muestra que la música está a nuestro alrededor y dentro de nosotros. Un Mini-Maestro es su protegido, quien es guiado para aprender las formas de dirigir y ser un maestro él mismo. Con el tiempo, Mini-Maestro encuentra su propio estilo juvenil y también se inspira en su nuevo amor, la Mujer Flotante".
Con la pandemia como telón de fondo, el Cirque se declaró en quiebra y tuvo que despedir al 95 por ciento de su personal. La salida de la pandemia implicó su reestructuración como empresa y el regreso a los escenarios. "Para ser honesto creo que el desafío (de este espectáculo) fue redescubrir cómo es estar de viaje y trabajando de nuevo", dice Kim. "Hay mucha experiencia en este espectáculo, en los artistas del escenario y en todos los que están detrás de escena, que lo hacen posible. La mayoría de nosotros --me incluyo-- estuvo desempleada por mucho tiempo debido a la Covid, así que volver al ritmo de la gira fue un poco desafiante. Fue demandante física y mentalmente para los artistas, el staff y el equipo. Pero el lado positivo es que a pesar de los desafíos y la adversidad, siempre estamos aquí porque amamos lo que hacemos. Es nuestra pasión la que nos conduce hacia adelante y pudimos superar cualquier obstáculo que apareció en el camino."
Entre les artistas de Bazzar hay bailarines, acróbatas y trapecistas. Los números incluyen destrezas con patines, bicicleta acrobática, trapecio, manipulación de fuego, suspensión capilar, juegos icarianos, báscula y hula hula, entre otros; como siempre con una historia que incluye distintos personajes y un clown que establece la complicidad con el público. "La audiencia será parte del show", promete Kim. Es su debut en la Argentina con el Cirque.
Por otra parte, Messi10 --el espectáculo con el cual la compañía giraba antes de la pandemia-- se verá en Salta el 14 de julio. Será la primera vez que el público salteño reciba un espectáculo del Cirque, con cinco funciones en el estadio Delmi de la capital. El 5 de octubre se lo verá en Buenos Aires. Es una producción de PopArt Music y es la primera vez en que el grupo homenajea a un deportista. Cuenta la historia de un joven con la ambición de superar cualquier obstáculo para ser el mejor número 10 del mundo. El elenco está compuesto por 46 artistas.
--¿De qué forma está Bazzar está conectado con los orígenes del Cirque?
--Bazzar rinde homenaje al Cirque con números tradicionales que han entretenido a los espectadores desde los tempranos ochenta. Algunos los presentamos de manera renovada; también incorporamos actos que nunca se hicieron en un escenario. Hay un pequeño parecido con los actos de cuerda floja de los viejos tiempos, pero con una versión moderna mediante el uso de slackline (deporte de equilibrio conocido en español como "cinta tensa"). La suspensión capilar es una vieja disciplina que está resurgiendo y es nueva para esta generación. También
tenemos mallakhamb (deporte de la India) por primera vez.
--¿Qué novedades trae el espectáculo en términos estéticos, técnicos, argumentales?
--Bazzar celebra la simplicidad de mostrar hermosas proezas físicas sin una gran cantidad de tecnología. La belleza de lo que hacemos nos recuerda a todos cómo podemos entretenernos sin estar en nuestros teléfonos o depender de la tecnología. Las vistas, los sonidos y el color de nuestro espectáculo también brindan una gran representación de los sudamericanos y nuestra música los dejará con melodías que a lo mejor tarareen mientras salen de la carpa.
--¿Cómo fue el proceso de armado del show?
--Después de dos años y medio de no presentarlo debido a la pandemia necesitábamos reunir a los equipos de Bazzar de todo el mundo. Tenemos mucha gente nueva. Todos trabajamos muy duro para unir de nuevo las piezas del show. Hay algunos cambios técnicos que tuvimos que hacer para tenerlo listo para prepararlo en la Gran Carpa, y aprovechamos la oportunidad para hacer modificaciones artísticas y darle una conexión con las multitudes sudamericanas.
--¿Cómo es tu trabajo?
--Como director artístico superviso toda la calidad de la producción. La narración, elementos de acrobacia, música, vestuario y maquillaje, cómo los elementos técnicos del sonido y la iluminación sostienen el show, incorporación de artistas, casting, desarrollo y evolución del show. Tener una mano en todo es una gran tarea, pero es mi actividad favorita, está en la estructura de quién soy. Lo que más me gusta es trabajar con gente de muchas partes del mundo. Es la mejor lección de vida que alguien puede tener. Todos hablamos el mismo lenguaje en lo que respecta a hacer arte, pero aprendemos de la educación cultural de cada uno, de su bagaje, y de cómo son como personas. Descubrir cómo cada uno aprende y recibe información ha sido la herramienta más importante para entender la gran cantidad de terreno común que tenemos. Es un hermoso crisol y estoy muy orgulloso de ser parte de esta familia multicultural. Si cada uno en el mundo pudiera funcionar como lo hacemos en el Cirque habría más paz en la tierra.