“Estaba cansada de la negatividad; quería un pensamiento positivo y ahí empecé a cantarme: ‘Oh, Universo Amor, confío en tu amor; en el juego del amor siempre triunfo yo’.” Vale la pena toparse a la mañana con Keity Moon & Lxs Reales, una cofradía devenida en banda de tecnopop que, más que salida de un cuento, parece decidida a vivir en uno.
En el Pasaje de la Piedad, el refugio que tienen en Congreso, la ex modelo de Pancho Dotto y estudiante de yoga Catalina Martin y sus increíbles compañeras Verdelicia y Blanca Cura ofrecen mate, tostadas, miel, jugo de naranja y frutas secas en un espacio plateado en el que también funciona la productora audiovisual Palmera Museo.
El grupo que completa Gregorio Rubio en programaciones comenzó con la idea de hacer canciones de autoayuda, pero Lxs Reales también bailan, citan a Marta Minujín, a Katy Perry y a su amiga Kobra Kei, y hasta leen fragmentos de Antonin Artaud y de Un curso de milagros. Es una mezcla tan poco convencional como los videos de Infinito Infinito (88), Rikikish o Universo Amor, o como sus extravagantes performances en vivo.
Los anhelos de estas pleyadianas sintonizan con el arte LGTB y con un imaginario de amor y paz universales. Un delirio íntimo y colectivo, kitsch, colorido y bailable: “Se trata de darnos amor y no ponernos freno”, explica Verdelicia y decide que es hora de ponerse los disfraces, que por supuesto están preparados, junto con los globos. “Cuando nos juntamos, nos ponemos a improvisar y actuar sin límites y sin maldad. Y salen coreografías que no sabemos ni qué son”, reseña Keity. Y Blanca Cura concluye: “Esto es un pacto de almas: yo escuché un día Universo Amor y sentí que eso era parte de mi ser. Y de repente lo que estaba en la pantalla era real y pase al otro lado de la pantalla”.
Keity Moon tiene su lectura del mundo: “Más que de Jesús, los Buddhas, Lennon, la Madre Teresa o Einstein, venimos de la mala onda: nuestros abuelos, nuestros viejos, los taxistas y la gente de más de 60 años se volvieron locos porque se creyeron toda la negatividad de los noticieros, ¡que me dejaron a todos los taxistas locos!”.
Quizás Lxs Reales solo sea un invento, una locura, una banda nueva e inexperta que por momentos parece salida de La ciudad de las mujeres de Federico Fellini pero con una estética pos millennial, pero basta verlas cantando por la calle En el V.I.P del Universo y observar las reacciones de los transeúntes para entender que Lxs Reales ni son ni se hacen: se nacen.
* Domingo 27 a las 21 en Peuteo, Gurruchaga 1867.