Un mal recuerdo a veces vuelve a nuestra memoria. Estamos en una clase de educación física. Es la época en la que el cuerpo y el deseo se enrarecen. Dos capitanes, ungidos por sus aptitudes para el juego, van dividiendo al grupo en dos. Están eligiendo a les integrantes de sus equipos respectivos. Se van primero les que tienen mejor reputación, en cambio nosotres quedamos para lo último. Algunes podríamos jugar mejor si el entorno fuera más amigable con nuestra rareza, pero no, no hay tiempo ni paciencia para eso. Otres podremos acercarnos a les más elegides si logramos negociar con ese entorno. Engrosar la voz, sacar el pecho, correr con todo detrás de la pelota para ganar las palmaditas del capitán (en secreto, querer ganarse el chirlo). Muches quedaremos para siempre enemistades con el deporte porque sentiremos (nos harán sentir) que no es para nosotres.

Abril Mantegazza, integrante del equipo de básquet de Dogos.

Por fortuna, en línea con la tendencia polirrubro a disputarle el placer a les hétero, hoy contamos con cada vez más opciones para practicar deportes sin negociar nuestra felicidad. En palabras de Guille Giménez (38 años), referente de Yacarés BA, “los espacios deportivos inclusivos, de a poco y con mucho activismo, van ganando terreno. Ya comenzaron a organizarse, a articularse y a generar sus propios encuentros deportivos y agendas. Cada vez son más los equipos cuya única preocupación es el desarrollo de prácticas deportivas sin las violencias a las que estábamos históricamente acostumbrades”.

Solo en el Área Metropolitana de Buenos Aires se detecta una activa fauna deportiva, en la que pueden avistarse orgulloses ejemplares de Zorres, Dogos, Yacarés, Huemules, Ciervos Pampa, Delfines, Panteras y Yararás. Pero la tendencia es federal: hoy existen casi 45 agrupaciones deportivas LGBT+ en todo el país y una Red llamada Tercer Tiempo avanza con el plan de nuclearlas a todas en un gran conglomerado con incidencia política.

Hay equipos

Nicolás Bottino Cané, de 34 años, juega al básquet en Zorres BA. Para él, “da alegría saber que estos espacios se multiplican y se visibilizan. Demuestra no solo que un deporte no binario es posible, sino que la comunidad LGBT+ tiene derecho a hacer deporte en lugares seguros, sin discriminación y sin violencia”. Nicolás, quien además coordina la comunicación de les Zorres, sostiene que “es sanador hacer deporte con otres que te entienden, te contienen y que quizás vivieron experiencias similares a las tuyas. En Zorres nos pasa eso: somos como una gran familia deportiva. El deporte hace posible un sentido de comunidad”.

En esa misma línea se expresa Abril Mantegazza, de 24 años, integrante del equipo de básquet de Dogos. “El amor por el deporte va mucho más allá de competir o ganar. No hay nada más lindo que la pasión de ser parte de un equipo, aprender una disciplina y hacer algo que te gusta”, afirma Abril. “Es un shock de endorfinas que no se puede explicar: lo tenés que vivir”.

Dogos, que además de básquet ofrece prácticas de fútbol, vóley, waterpolo y natación, es un equipo pionero en materia de deporte que alienta activamente la incorporación de personas lgbti a los equipos. “En 1997, éramos el único equipo de diversidad sexual en América Latina”, recuerda Hugo Melano, coordinador de Dogos Natación y Waterpolo. Con 36 años, Hugo es guardavidas y pertenece a la Asociación Argentina de Deportistas por la Diversidad (AADD). “Hoy nuestros logros tienen alcance internacional. Pertenecemos a la International Gay & Lesbian Acuatics (IGLA) y no solo hemos acompañado el surgimiento de organizaciones en otros países, como Uruguay Celeste y Cóndores Chile, sino que participamos en torneos internacionales. El año pasado competimos en Los Ángeles: fuimos 8 nadadores y ganamos 28 medallas. Este año, la delegación de natación se prepara para competir en junio en el Torneo Internacional de Deportes Acuáticos en Londres”.

Cambio de paradigma

Desde 2018, Yacarés BA se presenta como “un espacio social, deportivo, inclusivo y diverso”. Al día de hoy, más de 150 personas forman parte de sus equipos de vóley, básquet, fútbol y natación. “Más allá de los beneficios que el deporte tiene a nivel salud física y mental, nosotres habitamos el derecho a equivocarnos. Esto es un cambio de paradigma: comprendemos los procesos particulares de cada integrante y los abordamos amorosamente”, informa Guille. “Es re loco lo que te pasa en el cuerpo y la autoestima cuando tu juego empieza a mejorar en un contexto no violento”.

Dentro del equipo de básquet de Dogos, Abril juega junto a “muches compañeres que eran deportistas de pequeñes y decidieron dejarlo después de vivir situaciones de violencia. Hoy se pueden reencontrar con eso que tanto les gustaba, en un espacio que les garantiza vínculos sanos y libres de prejuicios”.

Guille Giménez, referente de Yacarés BA

La experiencia de Nicolás en Zorres BA es similar. “Después de diez años sin pisar una cancha, quería jugar y pasarla bien, y eso lo encontré acá. Todes jugamos la misma cantidad de tiempo y no importa si no embocás una bandeja o un triple porque el goce pasa por otro lado. Hay personas que le tenían miedo a la pelota, y ahora no las para nadie”.

Reduccionismo y confusión

El empoderamiento no es ecuánime, de ahí que exista la necesidad de ampliar la oferta deportiva para personas LGBT+. La creación de propuestas amigables se relaciona directamente con el grave atraso de las instituciones deportivas oficiales. Para empezar, el criterio binario que tradicionalmente divide a las ligas en femeninas o masculinas excluye a muches de las prácticas deportivas. Como observa Guille, “aunque en la Constitución Nacional se indique que el deporte es un derecho para todes, en la realidad las personas trans están vedadas del deporte oficial. Incluso hoy seguimos escuchando el reduccionismo de las ‘ventajas competitivas’ para justificar la exclusión de compañeras trans”.

En este sentido, Hugo aporta un dato alarmante. “El año pasado, en la Federación Internacional de Natación (FINA) se aprobó la apertura de una tercera categoría en la que deben inscribirse, para competir, las personas trans independientemente del género que perciban. El fallo es confuso porque indica que los varones trans no están en disparidad de condiciones físicas para competir contra varones cis, pero sí que las mujeres trans tienen una ‘ventaja deportiva’ con respecto a las mujeres cis. Por esa razón, las mujeres trans solo podrán competir contra mujeres cis cuando hayan completado su hormonización antes de la pubertad, lo cual, como sabemos, casi nunca ocurre”.

La confusión es igualmente espantosa a nivel nacional. “Aunque rija la Ley de Identidad de Género, en la práctica los clubes no saben cómo respetarla, no hay recursos para adaptar los vestuarios ni capacitaciones para mejorar el trato a cualquier persona que no sea cis. ¡Ni hablar de la falta de ESI!”, se indigna Hugo. “Cuando una marica o una persona trans aparece en un club, todo el mundo hace agua”.

Como respuesta a la desidia oficial, surge una apuesta al “cambio constante” y al “deporte no binario”. En palabras de Guille, “tenemos muchos proyectos: inaugurar ligas oficiales de disidencias, abrir nuevas disciplinas y seguir articulando con organismos públicos, entre otros. Particularmente, en Yacarés, dejamos de ser un equipo de solo varones gay cis para incluir y abrazar a todas las identidades y disidencias. Por ejemplo, articulamos con espacios como el Hotel Gondolín, de donde surgieron nuestras primeras jugadoras trans. Constantemente buscamos nuevos puntos de encuentro e intercambio entre entrenadorxs y jugadorxs de las disciplinas de los diferentes equipos que constituyen la Red Tercer tiempo, lo que nos permite compartir prácticas y estrategias de abordaje, entender necesidades y activar soluciones en conjunto”.

Tercer tiempo

Yacarés BA es uno de los miembros fundadores de la Red Tercer tiempo (@redtercertiempo en Instagram), una iniciativa federal que nuclea espacios y organizaciones deportivas de todo el país. La Red organiza encuentros deportivos y actividades variadas: talleres, eventos culturales y asambleas de activismo en diferentes sedes a nivel nacional. “El año pasado organizamos el encuentro ‘Amor y Orgullo’ en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD)”, recuerda Guille. “Este año, lo vamos a repetir del 25 al 28 de mayo, en el Parque Olímpico. Quizás no se llegue a comprender la magnitud de lo que significa para nosotres, como disidencias, poder pisar las canchas de estos centros deportivos reservados para las selecciones nacionales y les atletas de las Olimpíadas. Es igualmente poderoso poder viajar a otras provincias para acompañar los procesos de compas que la tienen mucho más difícil”.

Hugo Melano, coordinador de Dogos Natación y Waterpolo.

Zorres BA también forma parte de la Red. Nicolás valora la iniciativa porque “es importante para conocer y aprender de otras experiencias. Nos reunimos con referentes de básquet o vóley de otras provincias, para saber cómo venimos, qué necesitamos, qué podemos hacer para afrontar determinada situación o cómo se puede hacer para abrir un espacio nuevo. La respuesta colectiva es muy eficaz”.

La Red Tercer Tiempo no solo entrecruza diversos sueños deportivos; su incidencia política es real en todo el territorio. Sus miembros se preparan para realizar, en conjunto, la presentación de un proyecto de Ley para que se instituya el 19 de febrero de cada año como el “Día contra la discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género en el deporte” a nivel nacional.

Además, si bien la autogestión es la regla para los equipos que la integran, la Red Tercer Tiempo articula con diferentes organismos públicos como la Secretaría de Deportes de la Ciudad, el INADI y el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad para acceder con mayor facilidad tanto a los espacios para los encuentros deportivos federales como a talleres de formación y materiales de entrenamiento. Así lo confirma Nicolás: “por ser parte de la Red, les Zorres conseguimos que el Ministerio de Deporte de la Nación nos brinde pelotas, conos e infladores, incluso bolsos y zapatillas”.

Futuros campeones

“Mi ideal es que nuestros espacios dejen de ser una excepción a la norma y que todos apuesten por un deporte no binario, sin discriminación ni violencias”, propone Nicolás. “Mientras tanto, se van armando cada vez más equipos. En los primeros encuentros había tres o cuatro, y en los últimos no podíamos parar de contarlos. Eso habla de un gran crecimiento y de una necesidad que se ve en todo el país”.

Abril se suma a la perspectiva de crecimiento, pero opina que “nos falta difusión, que más gente se entere de que cuenta con estas posibilidades, que se popularicen y no sean algo tan de nicho”.

Por su parte, Hugo aspira a que el deporte sea, para otres, la herramienta de poder que fue para él. “Yo nací en Jujuy, en un pueblo llamado Yuto donde vivíamos muy humildemente de la caza y de la pesca, y ni siquiera nos llegaba la electricidad. En ese momento, de hacer deporte, nada”, recuerda. “Cuando vine a Buenos Aires, tenía seis años y vivíamos en el campo, ¡mi amiga más cercana vivía a 5 kilómetros! Luego llegué a la Ciudad, donde me discriminaron por diversos motivos, en todos lados. Recién cuando entré en Dogos pude abrirme libremente al mundo y autodescubrirme. Eso es lo que te da el deporte y lo que yo quiero darles a otres: ese espacio de liberación, esa chance”.

Mapa provisorio de equipos LGBT+

En Buenos Aires:

- CABA: Dogos, Yacarés BA, Zorres BA, Yararás BA, Furia Rosa Fútbol Club, Amerik Vóley, Defensores de Buenos Aires, Delfines BA, Huemules, La Ranchè Fútbol Queer, Panteras Vóley, Perros Callejeros, Rústicas BA, Víboras Rosas Vóley, Ciervos Pampas Rugby y Ruda Macho Rugby;

- San Isidro: Visibles LGBTIQ;

- Mar del Plata: Lobos marinos, Sirenos y Zorros.

A nivel federal:

- Chubut: Fusión LGBT Voley;

- Córdoba: Devenir Diverse, La Liga, Rayos CBA;

- Entre Ríos: Carpinches Paraná;

- La Rioja: Azahares Vóley y Flamencos Rugby;

- Mendoza: Huárpes Vóley;

- Misiones: Colectivo 108;

- Salta: Amaru Natación, Medusa Salta, TEB: “Todo lo que Está Bien” y WFC;

- Santa Fe: Bucaré Rosario, Lobitos de Río, Quimeras Rosario, Yaguaretés Rosario y Gauchos Santa Fe;

 

- Tucumán: Alfa Fútbol Club, Bulldogs Tucumán, Guadañas Tucumán, Monarca Tucumán, Nórdicos Rugby y Ponicornio.