No hay casa en la que haya uno. Con o sin tapa. Prestado u olvidado. En el freezer, en la alacena, vacío, con cereales o haciendo de maceta. Apilados de manera prolija, con colores, tapas herméticas o a ganchos. La palabra tupper ya forma parte del día a día, aunque no se sepa, quizás, su origen preciso. Es un elemento indispensable de los hogares, pero eso podría cambiar.
La famosa marca Tupperware, que popularizó mundialmente la comercialización de recipientes de plástico para almacenar alimentos, advirtió que podría quebrar en los próximos meses, a no ser que consiga nuevas fuentes de financiamiento.
El fabricante estadounidense comunicó que existen “dudas sustanciales” sobre su capacidad para seguir en marcha como empresa. Esto es así pese a su intento de reposicionarse para atraer a un público más joven.
Sin embargo, ninguna de estas estrategias sirvieron para frenar la caída de sus ventas. Por eso, el lunes el precio de las acciones de la compañía vio una caída de casi 50% antes de recuperarse ligeramente el martes.
La firma advirtió, además, que sus acciones están en peligro de ser eliminadas de la Bolsa de Nueva York, debido a que todavía no presentaron su informe anual y podrían tener que reestructurar su deuda por tercera vez, después hacerlo ya dos veces desde agosto de 2022.
Según explicaron, la empresa ahora tiene el objetivo central de ver cómo hacerles frente a los costos crecientes de los intereses de sus préstamos, mientras trata de mejorar el negocio.
Ante este panorama, la compañía admitió que “actualmente prevé la posibilidad de no tener una liquidez adecuada en el corto plazo” y agregó que su continuidad está en riesgo.
Errores y cambios que nunca se hicieron
Los propios gerentes de Tupperware reconocieron que una serie de errores y cambios que nunca se hicieron fueron, en parte, los motivos de este derrumbe.
Así lo dijo Neil Saunders, director general de ventas minoristas de la consultora GlobalData, que señaló que la empresa “fracasó a la hora de evolucionar con los tiempos en cuanto a sus productos y distribución”.
Además, marcó cómo los clientes jóvenes se vieron atraídos hacia los productos reutilizables, más amigables con el medio ambiente a la hora de satisfacer sus necesidades de mantener la comida fresca.
Este combo hizo que, si bien Tupperware reportó un leve incremento en sus ventas durante la pandemia, cuando las personas estaban cocinando en sus casas, la tendencia duró poco y no fue suficiente para dar vuelta el panorama.
La revolución de un químico estadounidense llamado Earl Tupper
Tupperware fue fundada por Earl Tupper, un químico estadounidense, en 1946. Sus productos herméticos de polietileno empezaron a venderse en grandes almacenes.
Sin embargo, los recipientes no lograron el éxito que se esperaba porque los clientes tenían problemas a la hora de usarlos.
Esto se debe a que las personas estaban acostumbrada a los productos de vidrio y de cerámica, y a este nuevo contenedor se le tenía que extraer el aire para poder sellarlo.
Es en este momento de la historia cuando apareció Brownie Wise, una mujer que vendía productos de limpieza en fiestas caseras.
Wise usó demostraciones para atraer clientes y reclutó a otras vendedoras para que la ayudaran. Fue este mecanismo el que hizo que Tupper la terminara contratando y, tiempo después, terminó como vicepresidenta de la compañía.
Así, el negocio prosperó a través de fiestas caseras, algo que a su vez les permitió a muchas mujeres generar ingresos.
Sin embargo, se cree que el fundador y su vicepresidenta tuvieron cruces por la estrategia de la compañía, y en 1958 Tupper despidió a Wise.