Desde Cipolletti

Nació y se crió en la capital de Santiago del Estero, pero la fuerza del estigma la obligó a emigrar de muy joven al Alto Valle de Río Negro en plena crisis del 2001. Tenía 24 años y aún no sabía lo que la historia le tenía preparado.

En ese territorio del norte de la Patagonia, rodeada de chacras donde abundan las peras y manzanas que son emblema en el mundo entero, pudo ser la persona que su cuerpo y corazón sentían desde siempre, pero que una sociedad retrógrada la obligaba a ocultar. Ornella Reina Infante reza su actual DNI, que desde 2012 tras la promulgación de la Ley 26,743 de Identidad de Género le permitió, al igual que a miles de personas transgénero de toda la Argentina, presentarse orgullosa y con la cabeza en alto tras escuchar su nombre.

Orne, como le dicen sus amigues, es hija de un trabajador farmacéutico y una docente, y la mayor de cuatro hermanos. A los 20 años su cuerpo ya podía dar testimonio de la violencia institucional sufrida sólo por caminar por la calle. Es que por esos tiempos existían los códigos contravencionales que facultaban a la Policía poder encerrar en un calabozo a cualquier persona por su apariencia, más aún si la vestimenta no se correspondía con su género biológico.

Esta fue una de las primeras batallas que dio Ornella junto a la reconocida Claudia Pía Baudracco y que abrió el camino hacia la libertad; poder derribar las normas que imponían a la comunidad cómo vestirse, expresarse y sentirse.

“La primera vez que me puse un vestido estaba en Tucumán. Me llevaron presa y me torturaron en la comisaría. Yo sólo buscaba sentirme cómoda y feliz, y me trataron como a una delincuente. Ese fue el primer gran golpe que me dio la vida y por lo que entendí que tenía que organizarme y luchar para terminar con este sistema que predica el odio”, contó. Desde ese entonces cada vez que escucha el ruido de una reja, su memoria no duda en trasladarse al momento en el que la encarcelaban.

Orne nunca fue una distraída. Creció en una familia militante y peronista que entendía muy bien sobre conquistar derechos. Su padre fue secretario de actas de FATFA, la Federación Argentina de Trabajadores de Farmacia, y su madre era la jefa de personal de ATSA, la Asociación de Trabajadores de la sanidad Argentina. Además, el comedor de su casa lucía los cuadros de Perón y Evita. Con esa herencia ideológica era inevitable no ser una luchadora.

Mi familia siempre estuvo presente en todas mis decisiones. Cuando cambié de género hubo intensas discusiones al respecto, pero siempre en el marco del respeto. Es más, muchas veces esas discusiones eran por mi forma de ser en la vida más que por mi identidad sexual, que a veces quedaba en segundo plano. Siempre me decían que solía plantear discusiones demasiado avanzadas para mi edad y para el momento que vivíamos, y entiendo que a veces mis viejos no contaban con las herramientas necesarias para responder a mis cuestionamientos. Hoy están orgullosos de quien soy y del camino que estoy recorriendo, y eso me reconforta”, recuerda con nostalgia.

Desde joven el movimiento peronista fue la organización que le brindó un espacio de contención política, lugar donde pudo comenzar a construir su carrera. Primero fue a través de la Mesa por la Igualdad, la Federación Argentina LGBT y la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA) creada en 1993. Más reciente, en el 2012, se sumó a la integración del Movimiento Evita de Río Negro.

La trascendencia a nivel nacional la llevó a recibir de la mano de la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner su nuevo DNI, foto que quedó plasmada para siempre en su corazón y que recorrió los principales medios del país. Ella lucía un fino vestido negro adornado con las insignias de las organizaciones LGBT, una larga cabellera castaño clara y una sonrisa que cubría gran parte de su rostro: la felicidad de ese momento era imposible de ocultar. En 2019 fue designada por el Presidente en la Dirección Nacional de Políticas y Prácticas Contra la Discriminación del INADI y forma parte de la conducción nacional del Movimiento Evita.

“Es muy emocionante poder recordar aquel día del año 2006 cuando ATTTA y la Federación Argentina LGBT presentaron el primer proyecto de identidad de género. Seis años después logramos no sólo convencer a la sociedad de su importancia, sino también a los legisladores nacionales. Esa ley me salvó la vida, y también salvó a miles de compañeras y compañeros más. Que el Estado nos reconozca como tales fue vital”, explicó.

Dijo que el poder contar con una ley de estas características, de avanzada en el mundo, otorgó la posibilidad para después acceder a los demás derechos. “Me llena de emoción y me trae a la memoria todas las compañeras que fallecieron sin poder disfrutar de una ley que ellas mismas gestaron, como el caso de Claudia Pía Baudracco, la principal impulsora, quien falleció el 18 de marzo de 2012”, recordó. Es que la comunidad trans, lamentablemente, padece una expectativa de vida de entre 35 y 40 años. A quienes superan esa edad se les denomina “sobrevivientes”.

“Este reconocimiento por parte del Estado nos permitió poder ocupar lugares históricamente negados. Desde recuperar el amor con nuestras familias a transitar la escolaridad con libertad y soñar con un trabajo registrado. Hasta hace muy poco nada de esto era posible, ni siquiera lo podíamos imaginar. Peor aún, ni se pensaba que una persona trans pudiera llegar a ser legisladora”, expresó.

“Los lugares en los que hoy nos toca transitar a las mujeres y las diversidades en Río Negro son una oportunidad para transformar la realidad de todos los sectores postergados y que tienen falta de representatividad como son la juventud, las mujeres, los movimientos campesinos y los integrantes de pueblos originarios. Esa posibilidad es de la mano de Silvia Horne que trabajó históricamente con estos sectores. Soy consciente de que las mujeres siempre tenemos un plus de responsabilidad adicional y más aún si somos pertenecientes a la diversidad sexual y trans, pero les aseguro que estoy a la altura de las circunstancias; así lo demostré durante toda mis años de gestión frente a la dirección nacional de políticas y prácticas contra la discriminación del INADI”, afirmó.

Qué propone: la agenda política de Ornella Infante

Su amplia agenda apunta a presentar varios proyectos para transformar la vida de los rionegrinos y rionegrinas haciendo hincapié en el acceso al agua potable, servicio de transporte y conectividad, producción y urbanización de barrios populares.

“Trabajar en el acceso a la red de agua potable como un derecho universal es uno de los principales ejes de gobierno. Lamentablemente en la provincia de Río Negro esa situación está alejada de la realidad. En mi casa no tengo agua potable y vivo a sólo unos kilómetros del casco céntrico de Cipolletti. El agua que uso para beber, lavar la ropa y bañarme la saco con una bomba, y cuando se corta la luz me quedó sin líquido. Esto es lo que le pasa a todos los que vivimos en barrios no urbanizados”, contó.

Agregó que donde vive, en la Isla Jordán de Cipolletti zona de ribera del río Negro, no cuenta con transporte público de pasajeros ni conexión a internet pese a estar a sólo tres kilómetros del centro y a uno de la Ruta Nacional 22. “Imaginen esta situación pero en los parajes que se encuentran mucho más alejados de las urbes, viven aislados por completo. El acceso al transporte y a la conectividad debe ser un derecho que garantice el Estado”, remarcó.

Proyectan también la creación de cooperativas de trabajo para que puedan llevar adelante las diferentes obras públicas, pero aclaró que esto no quiere decir la desarticulación de las empresas ya establecidas, sino el trabajo de manera conjunta.

“También planteamos el abordaje integral a la violencia de género. Hoy en Río Negro no existe una política para erradicar la violencia institucional. Necesitamos crear casas de tránsito y garantizar un ingreso económico extendido en el tiempo que permita alejarse del violento. Todo esto hoy no sucede. Acompañamiento posterior, pero sobre todo trabajar para prevenirlo; el Estado está llegando tarde”, reclamó.

Se reconoce además una militante por la producción de cannabis y su uso en todas sus formas, y se compromete a llevar esa discusión al parlamento rionegrino.

“Voy a impulsar la discusión para la producción del cannabis para todos los sectores, especialmente para el sector de la economía popular. Es importante tener un debate serio al respecto e impulsar la producción del cannabis como salida a la crisis de la agricultura tradicional. También debemos debatir sus distintos usos. Yo milito la causa por el uso libre sin estigmatización. Estoy convencida que hay que legislar para que cese la persecución de los pibes y pibas, y evitar también los robos de plantas a los productores cannábicos que hoy sólo lo hacen con fines terapéuticos. Es un debate que divide fuertemente el escenario, e incluso dentro de la misma fuerza que integro, pero tarde o temprano tendremos que darlo”, adelantó.

Dentro de su carpeta de proyectos legislativos, Infante va a trabajar la implementación del relevamiento y la urbanización de los barrios populares, iniciativa que impulsaron a nivel nacional cuando trabajaba como asesora junto a la diputada Silvia Horne.

“El Alto Valle tiene la mayor cantidad de barrios populares de toda la provincia. En el caso de Cipolletti no se les dio respuesta ni cuando Alberto Weretilneck (actual senador y candidato a gobernador) era intendente ni en sus gestiones al frente de la provincia. Necesitamos un gobierno peronista que dimensione la problemática y trabaje para resolverla. Se trata de derechos que le corresponden a los ciudadanos. Río Negro es una provincia que tiene todo para ser pujante, incluso más que Neuquén porque contamos con salida al mar, pero lamentablemente no corremos con la misma realidad. Queremos un gobierno popular que piense en los últimos de la fila, en los trabajadores, y que los empresarios no nos vean como enemigos sino que vean una oportunidad de crecer también”, remarcó.

Sobre la situación actual de la provincia, opinó que se encuentra atravesando una grave crisis provocada por 12 años de un gobierno que se dedicó a endeudarse para mantenerse en el poder y no para resolver los problemas de su población. “Hoy los docentes se encuentran con un plan de lucha por mejoras salariales que lleva a tener las escuelas cerradas. Los trabajadores de la salud también están de paro y en las rutas porque los hospitales están vacíos de personal y de recursos tecnológicos, y hasta los policías están de huelga. Es una situación gravísima que pone al descubierto el desgobierno de Weretilneck que manejó la provincia desde su banca en el Senado. Es momento de ponerle un fin, renovar y empezar a dar respuestas a los problemas más básicos como son la educación, la salud y la seguridad”, sentenció.