La jueza de Menores María Dolores Aguirre Guarrochena archivó un caso de violencia de género adolescente por no encontrar un espacio que se dedique al abordaje de la problemática, donde pudiera incorporarse el varón no punible. "Llama poderosamente la atención que el Instituto Municipal de la Mujer (IMM) respondiera que el dispositivo con el que cuentan está dirigido a varones mayores de edad que ejercen o han ejercicio violencia, ya que el abordaje clínico requiere intervenciones psicológicas acordes a la estructura psíquica adulta", expresa el fallo. Para la magistrada, la problemática infantojuvenil -consecuente con una cultura social patriarcal- "conlleva un atravesamiento interdisciplinario" y no solo psicológico. Desde el IMM, Carolina Mozzi aseguró que tras el planteo de la jueza, el Instituto iniciará una capacitación a acompañantes de la Dirección de Justicia Penal Juvenil para el abordaje de la violencia machista en la adolescencia, en casos judicializados, ya que en otros ámbitos hay dispositivos activos.
La denuncia de D. F. (se protege la identidad) fue presentada en febrero de 2016, cuando relató que B. entró a su casa, mientras ella estaba con su madre y su hermana, "la tomó de los pelos para sacarla y le pegó en la cara". Según manifestó la denunciante, el muchacho la había golpeado "tres o cuatro veces" antes de ese episodio, aunque no le dejó lesiones, como en la última oportunidad. Los golpes fueron constados por Medicina Forense del Tribunal y se indicó que "no pusieron en peligro su vida".
El problema no terminó en ese ataque, sino que la denunciante también indicó que en las redes sociales, su ex novio le dejó un mensaje: "Me dijo que me iba a matar", relató la jovencita. "Creo que hace todo esto por rencor. Capaz que no quería que lo deje", declaró.
En ese contexto, Aguirre Guarrochena expresó que "más allá de la tipificación del femicidio y del agravamiento de las lesiones leves a gravísimas, el Código Penal aún no contempla específicamente el delito de violencia de género, como tal; sino solo algunas de sus manifestaciones más evidentes. Algunas de las agresiones que se cometen en un contexto de violencia hacia las mujeres quedan tipificadas inexorablemente en tipos penales clásicos (lesiones leves, amenazas, etc.) que se repiten con una singular frecuencia (obligando a víctimas a radicar una serie de denuncias, con lo que ello significa). Incluso, otro tipo de agresiones que se cometen en esos contextos, ni siquiera son captados por un tipo penal (acoso, ejercicio de control, hostigamientos, descalificaciones)", lamentó. Y agregó: "En el caso de las personas menores de edad, esos delitos presentan la particularidad de su escasa significación penal, ya que estas personas son menores no punibles, de acuerdo a la normativa aplicable".
Ante ello, la magistrada ofició a los organismos públicos "encargados de las cuestiones de género (IMM) a fin de incorporar al joven a algún espacio que favorezca el abordaje de las cuestión". Allí le respondieron que los dispositivos existentes son para adultos. "Nada debería impedir que las personas menores de edad sean alcanzadas por las políticas públicas tendientes a desmantelar las condiciones que favorecen la perpetuación de la cultura patriarcal. Los aparentes obstáculos que justificarían excluirlos son solo eso".
Al mismo tiempo, advirtió que "por el contrario, la Convención de Belém do Pará propicia todo tipo de estrategias para prevenir la violencia contra la mujer; aspecto que no logra visualizarse en la contestación (del IMM), agravándose la cuestión por tratarse de organismos públicos".
Ante ello, la jueza vio "agotadas las posibilidades del Juzgado para brindar una respuesta efectiva"; y resolvió el archivo.
Ante la consulta de este diario, la directora del IMM, señaló: "Las herramientas que podemos tener, con recursos limitados, no nos permitieron dar la respuesta que hubiéramos esperado". Sin embargo, el reclamo de la magistrada sirvió para futuros casos. "En función de que nos inquietaba esta cuestión nos pusimos en contacto con la Dirección de Justicia Penal Juvenil y acordamos un acompañamiento y capacitación a profesionales que trabajan con los chicos en sistemas de libertad o en el Instituto de Rehabilitación al Adolescente".
Mozzi aclaró: "Esto es en cuanto a jóvenes judicializados, pero tenemos otros abordajes con juventudes, dentro de las escuelas y con el Ministerio de Educación en materia preventiva: desde el año pasado pasaron por ellos 1500 chicos y chicas de 70 escuelas".