Esta vez no hubo diferencias ni malos tragos. Ambos se dividieron tareas. Mientras en Plaza Lavalle Axel Kicillof fue el encargado de cerrar el acto en solidaridad con Cristina, Máximo Kirchner encabezaba una actividad en Monte Hermoso para aglutinar a los dirigentes del Partido Justicialista bonaerense de la zona meridional. Los dos jefes, el de la gestión y el del PJ, tuvieron el lugar que les asignó Cristina Fernández de Kirchner.
No siempre fue así. En la Universidad Tecnológica Nacional de Avellaneda la militancia liderada por el fundador de “La patria es el otro”, Andrés Cuervo Larroque, vio un sábado cómo Máximo retaba a Kicillof porque supuestamente el gobernador no había incorporado suficientes militantes a la administración provincial.
Según pudo saber este diario no fue el único hecho de ese día. Quienes vieron llegar a Máximo a Avellaneda coincidieron en observarlo como desganado y sin ganas de hablar.
“Fue solo por Cristina”, conjeturaron. “Si no, ni iba.”
El discurso de fondo corrió por cuenta de Kicillof. Máximo habló después pero no hizo la misma elaboración que el gobernador.
Ambos mantienen diferencias que, salvo Máximo ese día, evitan transparentar en público.
“Que critiquen todo lo que les parezca, pero no es fácil gobernar una provincia de 17 millones de habitantes con la inflación en contra y los instrumentos para la macro en manos del Gobierno nacional”, suelen argumentar los allegados a Kicillof. “Podemos suplementar y corregir para reducir el daño, como la segmentación impositiva o los descuentos del Banco Provincia en comercios de cercanías, que permiten comprar carne a un 30 por ciento menos, pero no podemos corregir los resultados económicos nacionales que, por supuesto, impactan sobre la Provincia.”
Las diferencias se licúan cuando se habla de liderazgo. Tanto Máximo como Kicillof reconocen la referencia única de CFK, y lo mismo sucede con Martín Insaurralde, Fernando Espinoza y el resto de los líderes territoriales del Conurbano. No es casualidad que la principal iniciativa de movilización hacia Plaza Lavalle haya salido justamente del último encuentro del Consejo del Partido Justicialista, que se reunió en La Plata y fijó la fecha del 13 de abril como una forma de recordar que un 13 de abril de 2016 Cristina habló desde una tarima montada frente a los tribunales federales de Comodoro Py el mismo día en que la había citado el juez Claudio Bonadío para su primera indagatoria. Allí quedó fijada la consigna de “Democracia o mafia judicial”, un hilo que desarrolló Kicillof como orador principal en Plaza Lavalle siguiendo una línea argumental de la propia CFK. Había sido ella la primera en colocar a los sectores conservadores del Poder Judicial como un ariete contra los partidos populares, en una seguidilla de persecuciones que arrancó con Hipólito Yrigoyen y siguió con Juan Perón.
También acuerdan Máximo y Kicillof en dinamizar el PJ como herramienta electoral. Esta semana se inició una campaña de afiliación del PJ bonaerense con la consigna #Afiliate. Incluso en la página web partidaria está habilitada una solicitud de preafiliación que luego facilitará a los apoderados el contacto con los solicitantes. Los únicos requisitos son ser mayor de 16 años (edad que da la aptitud electoral), no estar afiliado a otro partido y firmar la ficha correspondiente.
“Los compañeros pueden acercarse a la unidad básica más cercana, y tanto la rama femenina como la sindical y la de juventud están organizando campañas específicas de afiliación, y lo mismo desde la presidencia de cada distrito electoral del PJ”, dijeron las autoridades de la agrupación que encabeza Máximo Kirchner.
Tanto en Monte Hermoso como en La Plata y en los alrededores de Plaza Lavalle dirigentes justicialistas analizaron el escenario electoral marcado por varias características:
*La inexistencia, por el momento, de un candidato nacional del peronismo, que suma interrogantes al escenario bonaerense porque el distrito no tiene tradición de corte significativo de boleta y porque, como confiesan los intendentes en privado, "llueve de arriba para abajo". O sea, manda el candidato que encabece toda la boleta.
*La persistencia de Kicillof como el peronista mejor rankeado.
*La crisis en el PRO por el enfrentamiento entre Horacio Rodríguez Larreta, por un lado, y por otro el tándem que forman Patricia Bullrich y Mauricio Macri. En ese tablero, la satisfacción por situaciones de crisis como la de Independiente, que mostró el fracaso del armado de los bullrichistas Néstor Grindetti y Cristian Ritondo, tiene un límite. Ningún dirigente peronista de peso dejó de prestarle atención al silencio de Diego Santilli, el precandidato larretista a gobernador. "Está callado y goza el conflicto que les estalló a los otros, ojo", advirtió uno de ellos ante la consulta de este diario.
*El crecimiento de Javier Milei en su imagen entre los votantes bonaerenses, y el aumento de la popularidad de Fernando Burlando. La precandidatura del abogado famoso es una movida que todavía no aparece con un copyright específico. Sin embargo, los conocedores de la rosca política platense recuerdan perfectamente que en 2019 Burlando también apareció como precandidato y, aunque luego se bajó, quedó en claro que lo alentaba el ex presidente y ex gobernador Eduardo Duhalde.
"Estamos juntos pero atentos", dicen los dirigentes del PJ. "Para octubre falta mucho pero falta poco."