El Ejecutivo Municipal acaba de enviar al Concejo un expediente para tratar de aprobar los nuevos destinos que se le dieron en la práctica y a fuerza de irregularidades, al Club Ministerio de Obras Públicas, donde se construyó una guardería náutica, con expendio de combustible y hasta un restó con aspiraciones de salón de fiestas, Taura. "Este es el tercer intento , en este caso de Pablo Javkin, tal como lo hicieron sus antecesores Miguel Lifschitz y Mónica Fein", dice la concejala de Iniciativa Popular Fernanda Gilgiani. “El club del Ministerio de Obras Públicas tiene una cesión precaria. Se talaron árboles y se hicieron obras sin ningún permiso. Se hizo un convenio para hacer una guardería náutica, que fue rechazado. Ahora hacen un nuevo intento para hacer esa guardería y ofrecer servicios gastronómicos”.
Gigliani viene denunciando desde 2012 las distintas irregularidades: como que los trabajos en el club se desarrollaron "a puertas cerradas". La legisladora detectó que se construyeron las estructuras para dos naves de camas náuticas "sin mostrar o exhibir ningún permiso de obra".
También llegaron a sus manos pruebas en imágenes y videos que expondrían que se enterraron, por lo menos, cuatro tanques de combustibles de 15 mil litros cada uno sin permiso municipal y sin autorización de la Secretaría de Energía de la Nación. Serían 60 mil litros de nafta que no tienen control alguno y que suponen un riesgo inmenso para la zona y el medio ambiente. "Es una maniobra que podría generar consecuencias gravísimas", advirtió la concejala.
También llegaron a su poder facturas que recibieron socios históricos del club a nombre de "Servicios Náuticos Vip SA", desconociendo si la firma tiene habilitación comercial en la ciudad para operar.
El conflicto nace a raíz de que se trata de tierras cedidas por el gobierno nacional al Municipio para la ampliación del Parque Nacional a la Bandera y no para explotarla con fines comerciales. Es que el MOP tiene una sesión precaria hasta el 2030 y el objetivo de esa cesión es que se pueda utilizar el espacio para actividades recreativas, deportivas y culturales.
Lanzarse de forma intempestiva y a espalda de todos a "hacer un negocio de guarderías náuticas desvirtúa ese requisito que se pide en la sesión y, lo que es peor nunca se autorizó una tercerización", destacó la concejala Gigliani, quien realizó acciones para obtener información oficial sobre lo que está sucediendo puertas adentro del club.
La historia comenzó cuando Miguel Lifschitz era intendente de Rosario en 2003, el Estado Nacional le otorgó a la ciudad una serie de terrenos con la finalidad de que estuvieran destinados a un uso cultural, recreativo y deportivo. Entre ellos, "aparentemente", estaba el del club MOP.
Se indica "aparentemente" porque desde entonces Rosario y la Nación mantienen un litigio judicial sobre si efectivamente se otorgaron al Municipio esas tierras del MOP o no. La ciudad dice que sí; el Estado Nacional dice que no.
Mientras la Justicia, lentamente, sigue tratando de determinar quién tiene razón, el terreno del club se rige por una cesión precaria de Nación -con vigencia hasta el 2030- para que se pueda explotar el espacio con fines recreativos, culturales y deportivos.
Este punto es clave en la discusión. Resulta que Lifschitz llevó al Concejo un proyecto para que en el club MOP se levantara un complejo de guarderías náuticas y otro gastronómico -lo que sería Taura-. No solamente los concejales votaron por unanimidad en contra de la iniciativa oficial, sino que tampoco acompañaron la propuesta unos 200 socios históricos del club, porque veían que no se respetaba el fin cultural, recreativo y deportivo. Luego la sucesora en el cargo de Lifschitz, Mónica Fein, fue a la carga en dos oportunidades, aunque no tuvo éxito. La última vez que se trató el tema, el Palacio Vasallo no resolvió ni por sí, ni por no. Es decir, no se votó.
Fernanda Gilgiani, con aportes de vecinos de la zona, contó a este medio que detectó que, pese a que el Concejo no aprobó la iniciativa oficial, ni la Justicia se expidió al respecto sobre la posesión de los terrenos, las obras en el MOP comenzaron de igual manera a la sombra de la sociedad.