Jonathan Jacob Meijer, el neerlandés de 41 años que como donante de semen puede tener al menos 550 hijos, declaró este jueves en un juzgado de La Haya, en el marco de la demanda de una de las madres. Ocurre que el hombre le dijo a la mujer que no pensaba tener más de 25 hijos por este método de inseminación. Esa cifra es la máxima permitida en los Países Bajos. La demandante pide que no se le permita seguir con sus donaciones, que realizó en al menos 13 clínicas. 

El hombre se quejó de ser presentado como “un toro rabioso con afán reproductor” e insiste con que si se le prohibe ser donante será “un grave ataque a su integridad física”. De hecho, su abogado habló de un “intento de castración jurídica”. 

La sentencia se espera para el 28 de abril y la demandante es patrocinada por la fundación Donorkind, que trata de generar contacto entre los nacidos de esta manera. Jonatan M. insistió en que las donaciones son un "trabajo" y "un servicio con valor añadido”, dado que no tiene objeción en tener contacto con su descendencia. 

Donorkind planteó una multa de 100 mil euros y que no se le permita ser donante dentro y fuera de Países Bajos, así como la destrucción de todas las muestras que se conservan en clínicas de fertilidad. Había una única excepción en este último punto: si una mujer inseminada con su esperma quisiera darle a su hijo un hermano biológico.

En 2017 estalló el escándalo, cuando la Asociación holandesa de Ginecólogos y Obstetras detectó 102 hijos de Meijer a través de donaciones en once clínicas. El abogado del demandado, Richard van der Zwan, sostuvo que este  “es el dueño de su cuerpo, y las personas tienen derecho al aborto, la eutanasia y también a la procreación”

En un momento de la audiencia, el juez le preguntó si era posible que 500 hermanos pudieran establecer un lazo fraterno. “Eso depende de los padres. Estamos ante un nuevo concepto, y depende de nosotros, los adultos, darle forma”, respondió el múltiple inseminador.

Meijer tenía entrevistas con mujeres que querían ser inseminadas y les decía que no había llegado a las 25 donaciones establecidas por la ley y que no pensaba superarlas. Eva, la querellante, lo llevó a juicio para resguardar a su hijo ante la noticia de que tiene medio millar de hermanos. 

El quid de la cuestión pasa porque en Países Bajos se prohibieron las donaciones anónimas en 2004. A partir de los 16 años, los nacidos por este método pueden acceder a la identidad de su  padre. Como las clínicas de fertilidad no cruzan datos fue posible que Meijer hiciera 20 veces más donaciones que las permitidas.