Organizaciones socioambientales de la Ciudad de Buenos Aires denunciaron que el Gobierno porteño taló ejemplares de árboles dentro de la Reserva Ecológica Costanera Sur. Aseguran que fue para levantar una construcción, que podría ser un bar, aunque desde el GCBA señalaron que será para un "área de servicios" con un "sector de descanso". También aseguraron que los ejemplares extraídos serán "compensados" en otros puntos del lugar. Las organizaciones, en tanto, rechazaron la pérdida de follaje en el área protegida y lamentaron que la reserva esté adquiriendo "cada vez más el estilo parquizado de la Ciudad". 

"Justamente en esa zona se necesita cada hoja. Es una de las zonas más contaminadas de la ciudad por la central eléctrica y por el polo petroquímico, con óxido de azufre y nitrógeno y partículas solidas, así que no se puede perder una hoja más", advirtió a Página 12 María Angélica di Giácomo, referenta de la organización Basta de Mutilar Nuestros Árboles. La organización fue una de las primeras en levantar la voz ante la novedad, publicada en su cuenta de Twitter por el abogado ambientalista Enrique Viale, quien denunció que la tala se produjo para construir un bar. 

"En la Reserva Ecológica Costanera Sur están construyendo un bar y están talando árboles. No sé me ocurren calificativos, además de ilegal y profundamente irracional", alertó el abogado en su publicación, en la que incluyó fotos de la tala en las que se ve el área "despejada" y camiones llevándose los restos de los árboles. El sector del que se removieron los árboles está ubicado en la unión de los distintos senderos de la reserva, cerca del llamado "Punto de Encuentro". 

Consultado por este diario, Viale sostuvo que en el caso se ve "el impacto de romper árboles, pero también el de romper lo que caracteriza a una reserva o un parque, que son lugares sin comercio. El concepto de usar parte de la Reserva Ecológica para un emprendimiento comercial parece una locura porque va en contra del concepto mismo de espacio público". "Más allá del impacto ambiental, esto es abrir una canilla que no sabés cuándo se cierra", añadió.

Página 12 preguntó a fuentes de la Secretaría de Ambiente de la Ciudad, que tiene a cargo la reserva, quienes no confirmaron que en el lugar se vaya a construir un bar, aunque sí indicaron que el trabajo forma parte del Plan de Obras de Mejora que incluye un "área de servicios" con baños, una pasarela y "un sector de descanso para los vecinos y vecinas que se acerquen a visitar el predio”. Sobre el "sector de descanso" no brindaron más detalles. 

También informaron que los árboles removidos fueron cuatro: tres ejemplares exóticos y uno nativo que, sostuvieron, se trasladará a otro sector de la reserva. En cuanto a los exóticos, indicaron que desde el año pasado existe un sistema de "compensación" y que en reemplazo de los ejemplares removidos se plantarán otros de las mismas características en otros puntos de la reserva. 

"Informaron que fueron talados tres árboles exóticos, como si no fueran importantes para filtrar contaminantes o no contribuyeran a aliviar los efectos del cambio climático. Tienen beneficios para la salud ambiental física y psíquica, no podemos pensar que tenemos permiso de la naturaleza para talar árboles exóticos", respondió por su parte Di Giácomo sobre la decisión del GCBA de remover los árboles. Sobre la tala del ejemplar nativo, la referenta de Basta de Mutilar pidió que sea trasladado con cuidado, ya que en otras ocasiones han denunciado que los árboles son mutilados o lastimados en el camino.

Desde la organización también cuestionan la decisión oficial de levantar construcciones dentro de la reserva, en lo que consideran un camino hacia una parquización contraria a los objetivos ambientales del área protegida. "La reserva está adquiriendo cada vez más el estilo parquizado de la Ciudad y cada vez parece menos una reserva. Ahora están decidiendo qué hacer en ese lugar talando árboles, levantando construcciones, ensanchando cada vez más los caminos", alertó.

"Esa reserva no existía, ahí había río. Con la voluntad demoledora de la Ciudad, cuando se construyeron las autopistas se demolieron viviendas, edificios, cortaron por la mitad el Parque Chacabuco y Avellaneda y todos esos restos los tiraron al río porque no se valoraba la costa. La naturaleza, con lo que tiene a mano, armó ahí un vergel. Ahora hay que respetar eso porque fue un regalo de la naturaleza a quienes normalmente se dedican a destruirla. Es un lugar que merece más respeto", reflexionó Di Giácomo. A pocos metros de la reserva, humedal costero protegido internacionalmente, se construirá el barrio de torres de lujo del Grupo IRSA que el oficialismo ya autorizó a realizar en los terrenos de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors.