El kirchnerismo volvió a poner el pie en el acelerador para reforzar el operativo clamor para que Cristina Fernández de Kirchner sea la candidata a presidenta del peronismo. Bajo el lema "democracia o mafia judicial", una masiva movilización en la Plaza Lavalle, frente a los tribunales, pidió que se levante la proscripción contra la vicepresidenta. El discurso que cerró la manifestación estuvo a cargo del gobernador bonaerense, Axel Kicillof: "Vamos a llenar las urnas de votos y vamos a romper la proscripción para que Cristina decida. Si ella quiere, el pueblo la va a acompañar y va a volver a ejercer cargos”, dijo ante la multitud convocada por el PJ bonaerense y el porteño, otras organizaciones políticas, sociales y sindicales. 

En el documento que leyeron los organizadores, exigieron la renuncia de todos los miembros de la Corte Suprema, que los jueces y camaristas involucrados en el episodio de Lago Escondido sean inmediatamente removidos por el Consejo de la Magistratura, y que cese de inmediato la persecución político judicial y la proscripción. La candidatura de CFK es hoy "el único plan posible" del oficialismo, le dijo a Página/12 un dirigente kirchnerista al finalizar el acto

Kicillof, ovacionado por el público, fue el último en hablar. Se acercó al estrado y remarcó que el Poder Judicial "no da respuestas a nuestro pueblo". "Este Partido Judicial también impide que se cumplan los derechos más básicos. Nos afecta con sus fallos todos los días. Estos jueces nunca dijeron nada contra el préstamo del FMI que se tomó ilegalmente y nunca se enfrentaron a los poderes concentrados", dijo y sentenció: "No son independientes. Son un instrumento de los poderes concentrados". En esa línea, el gobernador agregó que "este año se va a elegir de nuevo entre la derecha y los derechos. Con esta Corte nuestros derechos no están garantizados. Vamos a llenar las urnas de votos y vamos a romper la proscripción contra CFK".

La jornada comenzó cerca de las 15, cuando las columnas de La Cámpora, la CTA y distintas agrupaciones sociales, sindicales y políticas comenzaron a avanzar por la 9 de Julio para llegar a la Plaza Lavalle. Muchos de ellos lo hacían cantando, con banderas de sus organizaciones o con carteles confeccionados para la ocasión. Al lado del cartel que siempre lleva La Cámpora, había otro con las mismas letras blancas que decía "Cristina 2023" y también una foto de la vicepresidenta gigante, que fue prolijamente recortada y puesta sobre cartón. Además de carteles en respaldo a CFK, había varios en contra del Poder Judicial. Uno tenía la foto de los supremos y abajo consignaba: "que se vayan".

En el escenario, además de Kicillof, estuvieron la diputada Vanesa Siley; el secretario general de la CTA, Hugo Yasky; las Madres de Plaza de Mayo y los referentes que se juntan hace meses en Ensenada: Mario Secco, intendente de esa localidad; los ministros bonaerenses Andrés Larroque, Cristina Álvarez Rodríguez y Walter Correa; la vicegobernadora, Verónica Magario; los sindicalistas Roberto Baradel y Omar Plaini; el ministro de Cultura, Tristán Bauer; otros intendentes como Fernando Espinoza, de la Matanza; Mariel Fernández, de Moreno, y Jorge Ferraresi, de Avellaneda; y, entre otros, el diputado Leopoldo Moreau. Uno de los últimos en llegar fue el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, que se ubicó en primera fila al lado de Kicillof. 

También tuvieron un lugar protagónico en el escenario las Madres del Dolor y otros familiares de víctimas que piden justicia, como Osvaldo Balossi, sobreviviente de Cromañón; Ignacio Politzer, hijo de las víctimas de la tragedia de Austral; Marta Ramallo, madre de Johana Ramallo, víctima de trata, y Doly Sygampa, madre de Ezequiel Demonty, entre otros.

Hubo ausencias que llamaron la atención como la de Máximo Kirchner, presidente del PJ bonaerense —que había convocado a la marcha en la última reunión del partido—, y las de intendentes como Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora. En sus entornos explicaron que estuvieron en un encuentro en Monte Hermoso con mandatarios de la Sexta Sección. 

Sin votos, con fallos

Durante su discurso, Kicillof, hizo un repaso de la historia reciente y de los golpes de Estado que sufrió el país, empezando por el de 1930, y recordó: "No hace falta recuperar la historia del país para saber que el partido militar siempre fue un instrumento de las élites para terminar con los procesos populares", dijo. Luego agregó que "la guerra judicial les ha servido para intentar gobernar a través de fallos. Cuando no tienen los votos tienen los fallos y sentencias. Esto se tiene que terminar. No podemos vivir con una democracia de rodillas". 

El gobernador recordó que la violencia contra la vicepresidenta se vio incrementada desde el pasado 1º de agosto cuando comenzó "la saga televisiva donde jueces y fiscales leyeron" primero la acusación y luego la sentencia contra CFK en la causa Vialidad. Al mismo tiempo —añadió— "empezaron a sucederse hechos de violencia que desembocaron el 1º de septiembre en el atentado". "Creían que con la sentencia no iba a alcanzar y por eso intentaron atentar contra la vida de CFK", resaltó y cuestionó que el Poder Judicial no investigue a los autores intelectuales del intento de magnicidio. "Tenemos paciencia y somos pacíficos, pero no somos tontos. Esto se tiene que acabar", subrayó. Kicillof también se tomó un momento para apuntar contra Mauricio Macri. "No se bajó de su candidatura por un acto de falta de egoísmo. Lo bajó el pueblo en 2019 cuando no lo votó y ahora porque no lo pensaba votar", dijo.

Hambre y ajuste

Hugo Yasky también habló de la oposición cuando comentó que el día anterior había visto los discursos de los seis precandidatos que se presentaron en la Sociedad Rural: "Veía a los candidatos de la oposición compitiendo a ver quién prometía más hambre y más ajuste para poner más plata en las manos de los dueños del capital económico", dijo e hizo un paralelismo: "Esa vergüenza choca contra nuestro pueblo, que hoy está en la calle", remarcó. La persecución a CFK, opinó "es para disciplinar a este pueblo que desde Perón y Evita nunca les soltó la mano a sus líderes". 

Yasky estuvo con CFK en el Senado el miércoles. Fue junto con Siley y otros sindicalistas. Contó que la vicepresidenta les dijo: "Los que están pensando que me voy a dedicar a cuidar a mis nietos, mejor que se olviden", y eso despertó las esperanzas de varios de los que hoy estaban frente a Tribunales. En el estrado, Yasky dijo que él iba a hablar en representación del movimiento obrero "que nunca se arrodilló ante los poderosos" y pronunció: "Queremos un pueblo con educación, trabajo y con derechos y por eso queremos la libertad de nuestra líder para que pueda ser nuestra candidata a presidenta".

Por último, tiró un dardo en dirección a Casa Rosada. "Así como se garantizan los dólares, tenemos que pedirle al Gobierno que garantice los pesos para que todas las familias lleguen a fin de mes", dijo. Siley, que lo siguió en el uso de la palabra, continuó con las críticas al sector del peronismo contra el que, posiblemente, el kirchnerismo vaya a internas. "Nuestro sector construyó la mayoría que empujó a una conformación más grande para llegar al gobierno en 2019. Con ese derecho discutimos las políticas del Gobierno y por eso decimos que queremos que se recomponga el salario con suma fija y que se rediscuta el acuerdo con el FMI", reclamó.

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