"La patria necesita a Cristina", sintetizó uno de los miles de asistentes al acto realizado en plaza Lavalle, frente al Palacio de Tribunales para pedir el "fin de la proscripción" contra la vicepresidenta. Agrupaciones políticas junto a organizaciones sociales, sindicales y referentes de derechos humanos participaron del masivo encuentro, al que también asistieron una gran cantidad de personas sin adscripción partidaria pero con un fuerte reclamo: el cese de la "persecución judicial" contra la líder del Frente de Todos. En línea con lo que expresaron desde el escenario algunos de los principales dirigentes de la coalición, los militantes afirmaron que "Cristina es quien mejor representa al pueblo" y aseguraron: "Nos vamos a seguir movilizando para demostrarle el apoyo y el cariño".
Bajo la consigna "Democracia o mafia judicial", militantes y ciudadanos llenaron la plaza con banderas y carteles de todo tipo para expresar el rechazo al abroquelamiento de la Justicia en favor de los poderes concentrados. Los unía un último deseo: que Cristina revea su decisión y se presente como candidata a presidenta en las próximas elecciones. Una esperanza que nació en la convocatoria del PJ bonaerense y porteño, y que luego floreció con el acompañamiento de organizaciones sociales, sindicatos y una ciudadanía comprometida que ve en la vicepresidenta la principal resistencia al "avance de la derecha". "Vine porque estoy convencida de que la Corte Suprema de Justicia tiene que cambiar. Ojalá sea Cristina la candidata, aunque no podamos pedirle tanto, pero tenemos que ganar porque lo que se viene si gana Milei o Pato Bullrich es mil veces peor que lo que vivimos con Macri", dijo Liliana, recientemente jubilada tras una larga carrera de enfermera. "Con toda la Justicia para ellos, con todos los poderes para ellos, con el crédito del FMI, no sé en qué vamos a terminar si ganan de nuevo", advirtió.
"Probá el que te guste". Entre banderas de agrupaciones y puestos de choripanes, un vendedor invitaba a a los curiosos que se acercaban a contemplar la variedad de remeras y gorros estampados, con imágenes de Cristina y Hebe de Bonafini, o frases como "quiero ganar la tercera" y "mascota de nadie". Juan Carlos, un militante de la Agrupación CFK tanteó algunas remeras hasta decidirse por un gorro negro con la inscripción "CFK 2023" y unos dedos en "v". "El justicialismo no se va a disolver nunca, por más que haya difamaciones en contra del partido. Somos garantes de calidad de vida, calidad humana. Y creo que es más una unión de familias que un partido, esto es una comunión familiar, para mí personalmente tiene ese significado", aseguró. Y destacó: "Necesitamos concientizar a la gente. Los que quieren terminar con el peronismo vienen a robar, a llevarse los recursos para afuera".
La diversidad de la convocatoria se expresó notoriamente en la edad de los presentes. "El negro Cacho", un diariero jubilado se acercó a saludar a un grupo de adolescentes que, desde una ronda en el piso, le pedían una foto. Traía un cartel con la inscripción "Donde hay yeguas potros nacen". Aunque parecían de universos distintos, lejanos temporal y hasta culturalmente, compartían una visión común: los años de Néstor y Cristina eran los mejores que podían recordar.
"Para nosotros Cristina representa nuestra infancia. Yo tengo 17 años, nací en el 2006, en los últimos momentos del gobierno de Néstor y haber crecido con Paka Paka, haber visto a mi abuela poder jubilarse, ver a la gente conseguir derechos que nunca había tenido son cosas que me recuerdan una infancia muy feliz", dijo Martina, que asistió con los centros de estudiantes del Pellegrini y el Nacional Buenos Aires. La historia de Cacho, a su vez, estuvo marcada por los años de dictadura: "Nosotros veníamos del partido Comunista. Yo estuve varias veces preso por mi militancia política. Mi papá fue secuestrado y torturado en la Mansión Seré. Ya no estaba cuando asumió Néstor, pero yo sí lo vi y en ese momento no hubo más nada. Lo mismo con Cristina. La patria la necesita, no yo ni cualquiera, la patria".
A Cacho lo invadieron las lágrimas al escuchar que nuevas generaciones se vuelcan a la militancia. Viene siempre a los actos desde Moreno y se reconoce un "hombre de campo". "Los que somos bien de campo sabemos lo que son las yeguas como Cristina y los potros como Máximo, esos son los que necesitamos", aseguró. Por su parte, Martina afirmó: "cuando hablamos de les treinta mil desaparecides, son personas que dieron la vida por sus ideales y nos gusta sentirnos referenciados en esa militancia. Hoy venimos a defender la democracia, lo que está pasando con Cristina es un atentado a la democracia".
La plaza de la unidad
La plaza Lavalle, ese pulmón verde situado en pleno centro porteño que se ha ido consolidando como espacio de disputa de sentido, exhibía este jueves su mayor convocatoria. Cecilia Sada, una bailarina retirada, reconoció: "Hace tres años que vengo a Tribunales acompañando las marchas que organiza Ramos Padilla y los medios nunca las publicitaron. Por suerte el ayuno del padre Paco generó mayor convocatoria y hoy estoy contenta porque somos muchos y llenamos las tres plazas. Espero que se hagan eco de toda esta gente que no soportamos más la injusticia del poder judicial argentino. Desde la condena a Cristina hasta el intento de liberación de genocidas con el dos por uno". De su cuello colgaba una pechera hecha en cartón que rezaba: "Acusar sin pruebas es delito". A su lado, su compañera tenía otro: "No paguemos sueldos corruptos", con los nombres de Luciani y Uriburu.
Se vivió un clima de lucha y resistencia. El acto terminó pero la desconcentración se realizó lentamente. Sobre Talcahuano los bombos y las trompetas seguían sonando y acompañaban la retirada. Un militante de La Cámpora resumió su expectativa a futuro: "Nos vamos a seguir movilizando para demostrar el apoyo y el cariño hacia Cristina. Es la única estadista que representa lo que necesita la Argentina".
Informe: Diego Castro Romero