"Esperamos tener una reunión la semana próxima porque la situación es muy grave y queremos hacer un planteo integral sobre la problemática de seguridad en las escuelas", dijo Paulo Juncos, de Amsafé provincial, ante los hechos que esta semana pusieron en alerta a diferentes comunidades educativas. Para el sindicalista, las autoridades provinciales "no toman dimensión de la magnitud del problema". Es que a las balaceras del sábado pasado contra dos escuelas de los barrios Ludueña y Empalme Graneros, se sumaron otros hechos cometidos en cercanías a establecimientos educativos, que generaron alerta, y tanto el gremio de docentes públicos, como los privados nucleados en Sadop, pidieron una reunión con el Ministerio de Seguridad. El último caso que generó tensión fue una balacera entre personas que iban en moto, en cercanías a la escuela Nº 114 Justo Germán Deheza, en barrio Tablada, a las 4 de la tarde, por lo que muchas familias fueron a buscar a los alumnos antes del horario de salida.
“Dos tipos en motos empezaron a tirotearse. Fue a las 4 de la tarde, pero en este barrio no hay horarios", relató la abuela de un niño. Y agregó: "En el barrio hace rato que vivimos esta situación. Por Chacabuco y Seguí, se viven tiroteando”, relató en LT8. La mujer describió que su nieto "llegó a casa pálido".
Desde la escuela indicaron en Canal 3 que el hecho "no fue en contra de la escuela", sino que "fue en las cercanías", y que "los padres se asustaron, ya que es un tema sensible", y retiraron a los chicos. "La escuela no fue amenazada y hay clases normalmente", señalaron ayer al mediodía.
Según se indicó desde Fiscalía, cuarenta minutos después del tiroteo entre las personas que iban en moto por Grandoli y Seguí -en el que no se registraron heridos-, un joven de 22 años fue baleado cerca de allí, en Pasaje Villar y Chacabuco. Los primeros datos dieron cuenta de que fue desde una moto en la que circulaban dos personas.
Esta semana comenzó sin clases en las escuelas José Mármol, de Larrea al 300 bis; y Rosa Ziperovich, de Albert Sabin al 1100, que fueron baleadas el sábado con diferencia de 20 minutos. En ambos establecimientos, además, los agresores dejaron notas que no iban dirigidas a las instituciones, por lo que desde el gremio entendieron que "están usando a las escuelas como mensajeras". Al día siguiente, docentes, alumnos y gremios apelaron a la reacción del Estado en una movilización hacia la sede del Gobierno provincial. Y el miércoles, la escuela Nº 1182 San Luis Gonzaga, de Carrasco y Teniente Agnetta, en Empalme Graneros, debió permanecer cerrada porque la noche anterior desconocidos pasaron en moto por la comisaría 20, lindera al establecimiento, y efectuaron disparos al aire.
En ese contexto, Juan Pablo Casiello, de Amsafé Rosario, sumó que el jueves por la tarde mientras se dictaban clases en la escuela de Tablada se escucharon disparos (a una media cuadra) y luego muchas familias fueron "asustadas" a buscar a los chicos, antes del horario de salida. "Es sentir que hay una sensación de impunidad. Esto vuelve a encender las luces de alarma, y la preocupación por sentir que estas bandas son las dueñas del territorio y más policías o más gendarmes no son garantía de nada". Además, esperan que se realice la reunión con el ministro de Seguridad, que también reclamó esta semana el sindicato de docentes privados, Sadop.
Por su parte, el secretario gremial de Amsafé provincial, Juncos, se quejó de que las autoridades provinciales "no toman dimensión de la magnitud del problema", y reiteró en LT8 el pedido de audiencia al Ministerio de Seguridad para abordar la problemática. También “Ya es viernes, así que ya esperamos tener una reunión la semana próxima, porque la situación es muy grave en muchas zonas de Rosario. Pero es una preocupación provincial y queremos hacer un planteo integral sobre las problemáticas de seguridad en las escuelas”, dijo Juncos. Al mismo tiempo, consideró que el tema “no se soluciona con un patrullaje en situaciones determinadas. Debe haber una intervención integral del estado. El avance del narcotráfico en comunidades de Rosario no requiere de una presencia momentánea de la policía, sino de mayor acción del Estado con una política más amplia”.
En ese sentido, aseguró: “Estamos preocupados por el riesgo que corren los y las docentes en las escuelas, pero también por las y los alumnos y las comunidades en general. Las respuestas deben llegar con rapidez y contundencia. Ante la falta de eso, las organizaciones criminales avanzan en las comunidades y hay miles de docentes que trabajan en ese contexto”, sostuvo Juncos. "Percibimos lo mismo que percibe la mayoría de la sociedad. Hay un descontento muy grande con la clase política. Todo el mundo advierte la gravedad de la situación y no vemos un abordaje que tenga que ver con las necesidades que se requieren para resolver este problema. En Rosario hay un desmadre de situación terrible. Y hasta tenés la sensación de que se minimizan algunas situaciones. El gobernador dijo 'nos usan como mensajeros' ¿Qué estamos esperando?”.
Y alertó que "hay departamentos como San Lorenzo y Constitución que empezaron a tener situaciones similares, no de la gravedad de Rosario, pero si subestimamos eso, el problema será más grande”.