Su familia y sus vecinos del barrio Virgen Desatanudos la buscaron con las linternas de sus celulares hasta encontrar su cuerpo sin vida en un descampado. Su crimen dejó al descubierto todas las desigualdades que atravesaron la corta vida de Sabina y pasó a ser una bandera de lucha en reclamo de condiciones dignas y protección de las niñeces.
Sabina era la cuarta de ocho hermanos y antes de ser interceptada, ultrajada y asesinada, formaba parte activa en los reclamos de urbanización de su barrio.
En la lectura de la sentencia que condena a Roque Adrián Rodríguez como único autor material de los hechos, se destacó que la falta de urbanización fue un factor determinante para la concreción de este crimen. Actualmente Rodríguez cumple la pena de cadena perpetua pero las condiciones del barrio Virgen Desatanudos siguen siendo las mismas a pesar de la visibilización y conmoción que generó en la sociedad riojana el caso.
Yaye Silva, parte de la red de organizaciones de la Garganta Poderosa, comunicadora y activista del barrio Virgen Desatanudos, en diálogo con La Rioja/12 expresó “que aún habiendo pasado 4 años con justicia de por medio, el dolor sigue intacto. Lo difícil del duelo es no saber cómo poder hacer que duela menos”.
Yaye explicó que “cada abril, cada 14 es recordar todo, paso a paso. Y nos aferramos a lo que nos alivia que somos nosotros mismos, la familia y tratar de darnos fuerza”.
Desde sus redes sociales muestra un tatuaje de Sabina con una cámara de fotos participando de los talleres que solía compartir en esta organización social. “Creí de manera ilusa que con la respuesta de la justicia ese dolor se calmaría”, publicó haciendo referencia a la cadena perpetua que el tribunal de la Cámara Tercera en lo criminal y Correccional de la primera Circunscripción Judicial, presidida por la jueza Edith Elizabeth Agüero, condenó hace 7 meses a Roque Adrián Rodríguez por el abuso sexual seguido de muerte y homicidio calificado sucedido en 2019.
“Pero sigue ahí, y cada 14 nos recuerda lo injusta que fue la vida para ella” reflexiona Silva respecto el dolor que atraviesa el barrio que reclama abandono.
Claudia Vera, referente del merendero Sonrisas Poderosas del que participaba Sabina, es una de las activistas del barrio que no deja de recordar que este femicidio infantil “fue producto del abandono del Estado.” Presente en cada acto, cada marcha, llevando la bandera de Sabina, insiste en seguir hablando de las carencias que vulneran niñeces “para que no haya más Sabinas”.