El presidente francés Emmanuel Macron promulgó la reforma jubilatoria pocas horas después de recibir el aval de la justicia constitucional este viernes, y pese al rechazo de los sindicatos y la oposición, que llamaron a redoblar las protestas que desde hace tres meses tienen lugar en todo el país.

La promulgación de la ley, que eleva de 62 a 64 años la edad de jubilación para 2023 y que adelanta a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa, figura ya en el boletín oficial del Estado francés, y según afirmó el ministro de Trabajo Olivier Dussopt, entrará en vigencia en septiembre de este año.

"Decidimos promulgar la Ley a menos de 24 horas de la decisión del Consejo Constitucional como es el caso para todas las leyes económicas y la misma entrará en vigor en septiembre próximo. Le pedimos a los franceses que hagan un esfuerzo y acepten esta reforma", afirmó al diario Le Parisien.

La reforma fue publicada cerca de las 5 de la madrugada (hora de Argentina), a menos de 12 horas después de recibir el aval del Consejo Constitucional del país, institución garante de la Carta Magna.

La oposición llama a redoblar las protestas contra la reforma jubilatoria

"Macron quiere intimidar a toda Francia de la noche a la mañana", criticó el fundador de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, en relación al lapso de tiempo que pasó entre el fallo de la Consejo Constitucional y la promulgación de la reforma. Además apuntó que “la lucha por la revocación de la ley es ahora una cuestión de dignidad". El líder opositor de izquierda denunció también al presidente por mostrar un "despliegue de arrogancia" al publicar la Ley de forma tan rápida. 

"Una ley promulgada de noche, como los ladrones", reaccionó en sintonía el dirigente comunista, Fabien Roussel. "¡Qué provocación! Nueva fanfarronada de Macron mientras el país nunca estuvo tan fracturado", escribió en su cuenta de Twitter Marine Tondelier, líder del partido Europa Ecología Los Verdes (EELV).

La prensa francesa de forma unánime publicó este sábado que se trata de una "victoria pírrica" y "un desastre para la nación", en referencia a la oposición mayoritaria a la reforma, según consignó la agencia de noticias AFP.

Los sindicatos alertaron que Francia vive una "crisis democrática", después que el presidente decidiera a mediados de marzo adoptar por decreto su impopular ley, al temer perder la votación en el Parlamento donde carece de mayoría absoluta.

El líder del gremio UNSA, Laurent Escure, disparó que Macron "parece disfrutar echando más leña al fuego", y consignó que "nada bueno saldrá de esto".

Las centrales sindicales, punta de lanza desde enero de las protestas, convocaron una "movilización excepcional" el 1º de mayo, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, para marchar contra la reforma. Ya rechazaron reunirse con el Gobierno y con Macron antes del 1º de mayo. La popularidad del Jefe de Estado, según los sondeos, cayó a menos del 30%.

Los opositores están decididos a continuar con la lucha y se aferran a un antecedente no tan lejano: en 2006, las protestas obligaron al Gobierno del entonces presidente Jacques Chirac a no aplicar un polémico contrato para jóvenes, pese a estar promulgado.

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